Se considera que el campo de lo ambiental abarca el estudio de la relación sociedad/naturaleza, donde las interacciones o intercambios se dan en una cierta dinámica de flujos de energía, información y materia en el espacio denominado asentamiento.

Al asentamiento se le puede definir como un estabilizador de dichos intercambios; esto es, una instancia normalizadora o reguladora de los ciclos de materia-energía-información. Es así como se puede sostener que los asentamientos cumplen la función mediadora entre sociedad y naturaleza. Siendo una clave interpretativa del concepto de ambiente precisamente aquella que esta basada en la complejidad de las mediaciones entre naturaleza y su apropiación social.

El hecho de atribuir la idea de estabilizador en la dinámica de intercambio de flujos al concepto de asentamiento supone una primera forma de identificar y tipificar al hábitat como soporte de una instalación social organizada. Esta función estabilizadora es propia de la eventual posibilidad de acumulación, cuya administración se encuentra en las claves históricas vinculadas a la invención del instrumento "ciudad".

Las ciudades o asentamientos urbanos constituyen la clase de hábitat más desarrollado por ser las que tienden a acoger a grandes contingentes de población y que contienen las problemáticas más álgidas en materia ambiental.