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6.3 EL MEDIO AMBIENTE Y LA MEDICION DE LA ECONOMIA
La utilización del medio ambiente natural para fines económicos no se tiene en cuenta en el cálculo de los costos en el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) y no se refleja, por tanto, en las cifras globales importantes de las cuentas nacionales, por ejemplo en el Producto Bruto Interno.
Algunas utilizaciones pueden registrarse no a precio de costo, sino como "otros cambios en el activo", que reflejan variaciones en el valor de mercado del activo natural de que se trate. El costo de la disminución de los recursos naturales incluye solamente los gastos de extracción, mientras que las pérdidas de capacidad de generación de ingresos para períodos de producción y generaciones futuras, causadas por una disminución de la riqueza natural no se toma en consideración en las cuentas de producción del SCN, sino que se registran como "otros cambios de activo" que no producen efectos sobre los gastos o sobre el PBI.
Por ejemplo, si la tierra se usa como relleno sanitario de desechos, en el SCN sólo se registran como costos los gastos de transporte de los desechos hacia el sumidero. La pérdida de calidad de la tierra sólo se puede reflejar si el precio de mercado de la tierras reflejan esas variaciones; sin embargo, esos usos del medio ambiente se consideran como parte del costo en el Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica Integrada (SCAEI). Por otro lado, los efectos sobre la salud humana pueden registrarse así mismo en el SCN, si se efectúan gastos efectivos para restablecer la salud, pero éstos tampoco se consideran como costos.
La mayor parte de los métodos de valoración de los beneficios y desventajas no económicos del uso del medio natural se han establecido independientemente de las cuentas nacionales, debido a que no se tienen en cuenta en las valoraciones de mercado.
Así el activo tangible incluye partes del medio natural como la tierra y los bienes del subsuelo en cuanto producen beneficios económicos a un propietario, manifestándose la característica de proporcionar esos beneficios mediante el control de los activos por una institución. Esto a menudo significa una propiedad explícita, sometida a una legislación estatal en el caso de los bosques naturales y/o la existencia de un precio de mercado. A esos activos se les designa como activos económicos. Desde un punto de vista ecológico, ese campo de aplicación puede ser incompleto: los bosques tropicales, por ejemplo, podrían tener un valor de mercado porque su producción de maderas tropicales se vende a precios elevados de mercado, mientras que otras funciones de esos bosques que podrían tener un valor no comercial desde un punto de vista ecológico no se registran. Entre otras funciones de esos bosques cabe mencionar el equilibrio climático mundial y su utilidad cultural y espiritual para las poblaciones indígenas.
Desde un punto de vista ecológico, los bosques tropicales son uno de los hábitats más importantes para una gran variedad de animales y plantas. Además la valoración de mercado de los activos no es la única forma de evaluación posible. Los activos naturales pueden tener un valor de mercado que difiere sustancialmente de un valor conjunto económico-ecológico, que no sólo refleja los usos económicos de esos bienes, sino que abarca igualmente un campo más amplio de funciones ecológicas adicionales.
Un sistema contable ambiental y económico integrado debe, por consiguiente, comprender no sólo los aspectos de mercado de las cuentas nacionales, sino también aplicarse a un concepto más amplio de valoración económica-ecológica.
Desde un punto de vista ecológico, una tarea importante de cualquier política ambiental consiste en equilibrar las necesidades de los seres humanos con los otros organismos vivos (animales o plantas). Las actividades económicas no deben por lo menos a largo plazo, dañar el medio ambiente. Por ejemplo, los servicios de eliminación de desechos de la naturaleza deben utilizarse sólo en la medida en que las corrientes de desechos pueden transformarse por procedimientos naturales en materiales que no son peligrosos para el ser humano, los animales y las plantas. La utilización de la tierra para actividades recreativas y otras actividades económicas no debe estar relacionada con una mayor destrucción de ecosistemas.
En los últimos veinte años, se han hecho propuestas para modificar el sistema de cuentas nacionales con respecto a los factores ambientales. No obstante, la mayoría de los expertos en cuentas nacionales rechazan esta posibilidad ya que las cuentas nacionales se utilizan para muchos otros tipos de análisis. En consecuencia, se prefirió establecer un sistema especial satélite fuera del marco tradicional de las cuentas nacionales para describir las relaciones entre el medio ambiente y la economía. Las Cuentas Satélite
Las cuentas satélite en general obedecen a la necesidad de expandir la capacidad analítica de las cuentas nacionales en determinadas áreas de interés social, de manera flexible sin sobrecargar o desorganizar la estructura integrada del Sistema de Cuentas Nacionales 1993.
Las cuentas satélite constituyen una forma flexible de desarrollar un sistema ampliado de cuentas nacionales para un determinado aspecto de la vida económica, las mismas que pueden ser progresivamente adecuadas a los cambios producto de reformas institucionales. Las cuentas satélite tienen como principal característica:
Los sistemas satélite de cuentas medioambientales ponen énfasis en ampliar los conceptos del Sistema de Cuentas Nacionales en lo referente a costos, formación de capital y stock de capital, los que se complementan con datos en términos físicos para corregir e incorporar el costo medioambiental y la utilización de activos naturales en la producción, o modificarlos mediante la incorporación de estos efectos en términos monetarios.
Existen diferentes enfoques de la contabilidad medioambiental que el Sistema de Cuentas Medioambientales ha resumido en tres:
El primero, generalmente denominado contabilidad de los recursos naturales; centra la atención en cuentas expresadas en términos físicos.
El segundo, relacionado con las cuentas nacionales y expresado en términos monetarios, recibe generalmente el nombre de contabilidad satélite monetaria. Identifica los gastos efectivos en protección medioambiental y se ocupa del tratamiento que se tiene que aplicar en el cálculo del producto neto al costo medioambiental de los activos naturales y otros causado por las actividades productivas. Esta contabilidad generalmente es más limitada en su cobertura que la contabilidad de recursos físicos.
El tercer enfoque se orienta hacia el bienestar social. Se ocupa de los efectos medioambientales soportados por los individuos y por los productores distintos que los causan. Estos efectos pueden ser frecuentemente mucho mayores que el costo causado y no afectan al producto neto, sino más bien al ingreso neto a través de transferencias de servicios medioambientales.
Primer enfoque: Contabilidad de los recursos naturales en términos físicos
Centra la atención en los balances de activos físicos; es decir, en los stocks de apertura y de cierre y en las variaciones de los materiales, energía y recursos naturales. Cuando resulta aplicable para determinados contaminantes, puede incluir variaciones en la calidad medioambiental de los activos naturales en términos de índices medioambientales.
Asimismo el "Marco para el Desarrollo de las Estadísticas de Medioambiente" elaborado por las Naciones Unidas y que se viene utilizando en el presente Compendio, incluye elementos estadísticos del medio ambiente a partir de los cuales pueden construirse balances de activos físicos.
Segundo enfoque: Cuentas medioambientales en términos monetarios
Sólo identifican por separado, dentro de las cuentas nacionales, los gastos efectivos en protección del medio ambiente. En algunos casos estos gastos se explicitan tratando las actividades auxiliares de protección del medio ambiente como establecimientos separados.
Se han realizado algunos estudios sobre valoración en varios países en vías de desarrollo, en los cuales el PBI se ajusta para tener en cuenta seleccionados costos medioambientales, incluido el costo de agotamiento del petróleo, la deforestación, el agotamiento de la reserva de pesca y el costo de la erosión del suelo. Aunque estos estudios se fundamentan en análisis detallados en términos físicos, que distinguen entre una variedad de especies de madera, peces y diferentes tipos de suelo basados en la localización geográfica y el uso agrícola, la atención última se centra en el ajuste del PBI, pero estos estudios no se ocupan de la asignación explícita de los ajustes medioambientales a nivel de cada actividad o del gasto.
Existen estudios sobre métodos globales de ajuste de las cuentas nacionales, toman como punto de partida al SCN, manteniendo la orientación analítica del sistema económico, asimismo, destacan la importancia del registro de los flujos y stocks físicos en apoyo del análisis económico monetario medioambiental.
Todos los métodos globales de contabilidad asignan los costos medioambientales del agotamiento y la degradación a las diferentes actividades económicas que los causan y muestran los correspondientes efectos sobre los activos naturales y otros activos.
Por otra parte, el Sistema de Contabilidad Medioambiental, introduce un concepto ampliado de acumulación de capital que permite la incorporación de los efectos del agotamiento y la degradación, así como la transferencia de recursos naturales a usos económicos.
Tercer enfoque: El enfoque del bienestar
Centra la atención en las repercusiones medioambientales del costo soportado o, en un sentido más amplio, en el bienestar. Este enfoque considera los servicios medioambientales gratuitos prestados a los productores y consumidores por la naturaleza y el consiguiente daño que sufre ésta.
Los servicios medioambientales prestados gratuitamente y el daño soportado se consideran implícitamente como transferencias de y a la naturaleza, que incrementan o reducen el ingreso nacional neto ajustado medioambientalmente.
Otro enfoque se basa en el concepto de los estándares de sostenibilidad del medio ambiente y en la estimación de los costos necesarios de prevención o restauración para alcanzar esos estándares. Este método se ocupa de las repercusiones experimentadas durante un período no especificado de tiempo. Propone que el costo debería cargarse a las industrias capaces de absorberlo, dado el precio de sus productos; estas industrias no son necesariamente las que causaron inicialmente la degradación.
El objetivo del sistema de contabilidad del medio ambiente debe ser vigilar los cambios ambientales causados por las actividades económicas y, por ende, convertirse en una base de las políticas ambientales y económicas integradas, esto entraña la existencia de estrechas relaciones entre el sistema tradicional de contabilidad económica y el nuevo sistema satélite.
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