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4.4 LA SITUACION DE SALUD EN EL PERU Y EL PROCESO DE REFORMA DEL SECTOR SALUD Augusto Meloni Navarro* Ernesto Gozzer Infante** En este breve resumen se trata de dar una visi¢n panor mica de la evoluci¢n de la situaci¢n de salud del Per£ en las £ltimas d‚cadas y las tendencias que plantean los desaf¡os m s importantes para las pr¢ximas; luego se hace un balance de los principales logros y dificultades del sector salud, finalmente se plantean los aspectos centrales de la reforma sectorial que est proponiendo el ministerio de Salud. ANTECEDENTES A pesar de la profundidad de la crisis econ¢mica sufrida por el Per£ en las dos d‚cadas recientemente pasadas, en los £ltimos a¤os se han producido mejoras importantes en las condiciones de salud de nuestra poblaci¢n. Sin embargo, la velocidad con la que han cambiado los indicadores es variada si la comparamos con el promedio mundial y la de otros pa¡ses de la regi¢n y sobre todo si hacemos una comparaci¢n al interior del pa¡s. En promedio, a nivel mundial el incremento de la esperanza de vida en los £ltimos cuarenta a¤os, ha sido mayor que durante toda la etapa anterior de la historia de la humanidad: se ha pasado de 40 a¤os en 1960 a 65 a¤os en 1990. En el Per£, la esperanza de vida pas¢ de 45 a 67 a¤os, respectivamente. Mientras que en Chile este mismo indicador pas¢ de 56 a 76 y en Bolivia de 43 a 64 a¤os entre 1960 y 1990, respectivamente. De continuar esas tendencias se espera que en el a¤o 2,000 la esperanza de vida en el Per£ llegue a los 69.8 a¤os. * Director Oficina de Financiamiento Inversiones y Cooperaci¢n Externa/Ministerio de Salud ** Consultor Programa Fortalecimiento de Servicios de Salud/Ministerio de Salud El gr fico siguiente es ilustrativo al respecto La mortalidad general ha experimentado un descenso importante, habiendo pasado de 21.6 en 1950 a 7.6 por mil habitantes en 1990, mientras que en Chile pas¢ de 14.4 a 6.4 y en Bolivia de 24.1 a 9.4 muertes por cada mil habitantes, para el mismo per¡odo. Para el a¤o 2,000 llegar¡a a los 6.2 por mil. En mortalidad infantil se observa un descenso m s lento. Esta tasa disminuye de 92.1 a 54, descenso menor, por ejemplo, que el de Chile que pas¢ de 120.3 a solo 15 o Cuba que disminuy¢ de 35.4 a 9 por cada mil nacidos vivos entre 1960 y 1993. De acuerdo a proyecciones preliminares, este indicador ser en el Per£ de 37 por mil en el a¤o 2 000. Los resultados preliminares de la ENDES 1 996, apoyan estas proyecciones (OEI/MINSA 1 995; INEI, proyecciones departamentales de poblaci¢n 1 995-2 025, mayo 1 996 y OPS/OMS las condiciones de salud de las Am‚ricas 1994). La transici¢n demogr fica sigue su curso en nuestro pa¡s, habiendo ahora una tendencia al crecimiento m s acelerado de la poblaci¢n adulta y senil y el consecuente aumento de la morbilidad por enfermedades cr¢nico degenerativas. Por otro lado, se est comenzando a observar una tendencia al repoblamiento de las zonas abandonadas como consecuencia de la violencia pol¡tica. Esta nueva situaci¢n requerir de cambios en la organizaci¢n de los servicios para atender de manera m s eficaz y con el menor costo posible estas nuevas necesidades. Las tendencias de la morbimortalidad presentan un panorama complejo, con una mezcla de enfermedades infecciosas prevalentes, emergentes y reemergentes y el sostenido aumento de las enfermedades cr¢nico-degenerativas, como se puede apreciar en la siguiente gr fica. La emergencia del SIDA plantea uno de los problemas de salud p£blica m s serios, por los costos y el impacto social que implica. Las 1,800 personas que se estima presentar n la enfermedad en el a¤o 2000, lamentablemente ya est n infectados, solo esperan el momento en que aparezcan los s¡ntomas. Aqu¡ hay que prepararse para atender a estos pacientes a la vez que se realizan intervenciones para prevenir nuevos casos. Las enfermedades inmunoprevenibles como el sarampi¢n, las enfermedades diarr‚icas y la tuberculosis tienen una franca tendencia al descenso. Esta tendencia se mantendr si la cobertura de inmunizaciones contin£a por encima del 90% como ahora, si se siguen mejorando las condiciones sanitarias, si se mantiene la educaci¢n a la poblaci¢n y el financiamiento del hasta ahora exitoso programa de control de tuberculosis. Por otro lado, enfermedades como la Malaria podr¡a pasar de 35,000 casos en 1990 a casi 200,000 en el a¤o 2,000 si es que las medidas tomadas no logran los efectos esperados No hemos entrado en esta ocasi¢n a ver como se comportan cada uno de estos indicadores en los diversos subgrupos geogr ficos, et reos y socioecon¢micos pero como no escapa a su conocimiento estos promedios enmascaran en casi todos los casos las grandes diferencias que hay entre diferentes localizaciones geogr ficas y grupos socioecon¢micos. Para enfrentarlos con mayor especificidad estamos utilizando el an lisis de brechas que muestra una tendencia a profundizarse para indicadores como mortalidad infantil entre departamentos de la costa y los del trapecio andino, esto ha llevado a plantear mecanismos m s efectivos para hacer realidad las prioridades de intervenci¢n, y est comenzando a ser usado en la asignaci¢n presupuestal. Logros del Sector Salud El programa de inmunizaciones ha alcanzado logros muy importantes, habi‚ndose pasado de una cobertura menor al 35% para todas las vacunas en 1978 a m s del 90% a partir de 1994, lo que traduce el esfuerzo de los servicios de salud para hacer frente a los problemas prioritarios en el pa¡s. Junto a ello, destacan, entre otros, logros como: la erradicaci¢n de la poliomielitis, la baja letalidad de la epidemia del c¢lera (solo 0.8% versus 15-20% en las epidemias de Asia y µfrica), que sirvi¢ para mostrar no s¢lo las graves deficiencias en cuanto a saneamiento ambiental sino la preparaci¢n de los servicios, la capacidad organizativa de las comunidades y el conocimiento adquirido por la poblaci¢n acerca del tratamiento y prevenci¢n de las principales enfermedades y las diarreicas en particular. A partir de 1994, se hicieron efectivas algunas intervenciones de car cter institucional dirigidas por el ministerio orientadas a la focalizaci¢n del gasto social, a trav‚s del Programa de Salud B sica para Todos, as¡ como al equipamiento, y desarrollo gerencial promovido por el Programa de Fortalecimiento de los Servicios de Salud. Con ellos se viene alcanzando un gran impacto, incrementando la disponibilidad y el acceso a los servicios para la poblaci¢n de m s bajos recursos. Ambos programas, incorporan los principios en los que se sustenta la Atenci¢n Primaria a la Salud, como son: la capacitaci¢n de personal, el uso de tecnolog¡as apropiadas, el aprovisionamiento de insumos cr¡ticos, la acci¢n interinstitucional, la cooperaci¢n internacional y el costo racional para la poblaci¢n y el pa¡s. De ese modo, a trav‚s de las acciones regulares del sector y mediante proyectos adicionales financiados con fondos del tesoro p£blico y los provenientes de la cooperaci¢n internacional, se procura revertir el deterioro que sufrieron los servicios de salud en la d‚cada pasada. Por otro lado, una experiencia a destacar es el fortalecimiento de la capacidad organizativa de la comunidad que cuenta ahora con los Comit‚s Locales de Administraci¢n de Salud, por intermedio de los cuales participa de manera efectiva en la gesti¢n de los servicios de salud de su localidad. Actualmente, cerca de 500 centros y puestos de salud funcionan con esa modalidad, que progresivamente esta siendo expandida a otros establecimientos, luego de las evaluaciones realizadas a los primeros dieciocho meses de funcionamiento. Dificultades A pesar de los estos logros antes referidos, es preciso se¤alar que los promedios nacionales mencionados encubren las enormes diferencias que hay entre las zonas menos favorecidas del pa¡s con aquellas de mayor desarrollo. De otro lado, la mayor dificultad para avanzar hacia salud para todos ha sido la severa crisis socio econ¢mica que el pa¡s sufri¢ durante la d‚cada de los ochenta expresada en hiperinflaci¢n, violencia subversiva e inestabilidad pol¡tica. La estrategia de Atenci¢n Primaria de Salud no tuvo su correspondencia o correlato econ¢mico y tecnol¢gico pues se continu¢ privilegiando el financiamiento de los hospitales p£blicos que consumen una gran proporci¢n del presupuesto p£blico en salud. Igualmente, no hubo un apoyo real a los lineamientos de pol¡tica que incorporaron elementos de atenci¢n primaria de salud. Las orientaciones de la reforma del sector salud Los Lineamientos de Pol¡ticas de Salud proponen la renovaci¢n metodol¢gica y conceptual del quehacer sanitario. Los cinco grandes lineamientos de pol¡tica del sector salud son: garantizar el acceso universal a los servicios de salud p£blica y atenci¢n individual, priorizando los sectores m s pobres y vulnerables; modernizar el sector salud, incorpor ndolo a la revoluci¢n cient¡fico-tecnol¢gica y renovando los enfoques en salud; reestructurar el sector en funci¢n de una mayor accesibilidad, competitividad y calidad en la atenci¢n de la salud; prevenir y controlar los problemas prioritarios de salud; y promover condiciones y estilos de vida saludables. En estos momentos, se est desarrollando una gran estrategia que es al mismo tiempo una gran oportunidad: la reforma del sector salud. Uno de los puntos m s importantes es que pone al tema de salud en un lugar privilegiado dentro de la discusi¢n a nivel nacional y refuerza la importancia que el gobierno debe dar a los sectores sociales y al de salud en particular. En pocas palabras, se puede decir que la reforma busca mejorar el acceso a los servicios de salud, modernizando las instituciones y recuperando la capacidad de liderazgo, apoyando la participaci¢n activa tanto del sector p£blico como privado. Pero tambi‚n, cambiando la cultura institucional centr ndola en el usuario, mejorando la equidad, la eficiencia, eficacia y efectividad de los servicios de salud. |