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3.1 Evoluci¢n de la Mortalidad en el Per¡odo 1950-1995. La esperanza de vida al nacer era de 43.9 a¤os, para ambos sexos, en el per¡odo 1950-1955. En esa ‚poca las mujeres viv¡an en promedio 2.1 a¤os m s que los hombres. Desde ese entonces, y hasta concluir los a¤os 60, anualmente se fue ganando cerca de medio a¤o m s de vida, de tal manera que entre 1965 y 1970 se hab¡a alcanzado una esperanza de vida de 51.5 a¤os. Los estudios disponibles muestran que el mayor mejoramiento en las condiciones de sobrevivencia se habr¡an dado entre 1965 y 1975, per¡odo en el cual la duraci¢n de la vida se increment¢ anualmente en 0.8 a¤os. El proceso social vivido por el Per£ a lo largo de los a¤os 80 ha estado caracterizado por un crecimiento de la pobreza que se ha materializado fundamentalmente en una persistencia de la desnutrici¢n cr¢nica en valores cercanos al 50% en los ni¤os de 5 a 6 a¤os. Paralelamente, el continuado descenso de la producci¢n econ¢mica nacional agudiz¢ las condiciones de vida de la poblaci¢n. Estos aspectos, indudablemente, limitaron las posibilidades de la expansi¢n de la esperanza de vida. En el quinquenio 1990-1995, la esperanza de vida al nacimiento ha sido de 69.2 a¤os para las mujeres, 64.4 para los hombres, con un promedio de 66.7 para ambos sexos. Estos valores sit£an al Per£ como un pa¡s de alta mortalidad, pues ocupa el lugar 14 entre los 20 pa¡ses latinoamericanos. En la regi¢n, 7 pa¡ses superan los 70 a¤os como expectativa de vida, siendo Costa Rica con 76.3 a¤os el m s adelantado (CELADE, 1994). En el rea urbana la esperanza de vida al nacer es de 70.3 a¤os, mientras que en el rea rural es apenas de 61.1 a¤os, valor que ten¡a el rea urbana unos 15 a¤os atr s. En cuanto a la mortalidad infantil, ‚sta ha venido en descenso. Entre 1950 y 1955, de cada mil ni¤os nacidos vivos fallec¡an 159 en el primer a¤o de vida, con una sobremortalidad del 10% en los hombres con respecto a las mujeres. Hasta los inicios de la d‚cada de 1970, la mortalidad infantil se hab¡a reducido hasta 110 por mil en el promedio de ambos sexos. Es a partir de 1975 que se experimenta la reducci¢n m s notable en este indicador situ ndose en 56 por mil como promedio para ambos sexos en el quinquenio 1990-1995. Para ese per¡odo la mortalidad infantil masculina se estima en 62 por mil, y la femenina en 49 por mil. El descenso m s notable se ha dado en el rea urbana, que en 20 a¤os vio bajar su mortalidad infantil en 54%; en cambio, en el rea rural fue en 44%. Cuadro 3.1 PERU: EVOLUCION DE LA MORTALIDAD 1950-1995 ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ³ PERIODO ³ ESPERANZA DE VIDA AL NACER ³ TASA DE MORTALIDAD ³ ³ ³ (A¥OS DE VIDA) ³ (POR MIL) ³ ³ INFANTIL ÃÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÅÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ´ ³ ³ HOMBRE ³ MUJER ³ AMBOS SEXOS ³ AMBOS SEXOS ³ ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ 1950-55 42.86 45.00 43.90 158.6 1955-60 45.11 47.50 46.28 148.2 1960-65 47.82 50.50 49.13 136.1 1965-70 50.07 53.00 51.50 126.3 1970-75 53.88 57.25 55.52 110.3 1975-80 56.68 60.48 58.53 99.1 1980-85 59.46 63.75 61.55 81.6 1985-90 62.08 66.77 64.37 68.0 1990-95 64.40 69.20 66.74 55.5 URBANA 1970-75 57.70 61.53 59.57 94.4 1975-80 60.44 64.50 62.42 83.8 1980-85 63.34 67.94 65.58 62.9 1985-90 65.89 70.92 68.34 51.5 1990-95 67.88 72.80 70.28 43.3 RURAL 1970-75 49.40 52.25 50.79 129.4 1975-80 51.70 55.13 53.37 119.0 1980-85 54.13 57.89 55.96 106.0 1985-90 56.55 60.63 58.54 89.9 1990-95 58.91 63.30 61.05 73.0 ÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ Fuente: INEI-DTDES Si bien es cierto el Per£ soport¢ una severa crisis econ¢mica a lo largo de los a¤os 80, hay elementos suficientes como para explicar y aceptar el descenso acentuado de la mortalidad infantil en ese per¡odo. Entre los m£ltiples aspectos que han contribuido a este hecho se pueden mencionar el acelerado proceso de concentraci¢n urbana que ha puesto al alcance de mayor poblaci¢n los servicios existentes. Un factor de singular importancia ha sido el aumento del acceso de las mujeres a la educaci¢n, expresado en una reducci¢n de su tasa de analfabetismo de 38% en 1972 a 18% en 1993. Por otro lado, el estado ha brindado mayor atenci¢n a la salud infantil; as¡, el PlanTrienal Multisectorial de Protecci¢n de las Salud del Ni¤o 1988-1990, y el Plan Nacional de Acci¢n por la Infancia 1992-1995 reforzaron las acciones orientadas al control de las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, la expansi¢n de las inmunizaciones, la atenci¢n materna y perinatal, como tambi‚n la vigilancia y promoci¢n nutricional (PCM-CONAPO, 1993). Para la reducci¢n de la mortalidad infantil se implementaron programas especiales con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (AID), y las agencias de las Naciones Unidas como UNICEF, OPS, y UNFPA entre otras. Un programa exitoso ha sido el de vacunaciones masivas que ha logrado llevar la cobertura con BCG al 89% de los menores de un a¤o, y con DPT al 87%. Este programa ha logrado reducir la incidencia de las enfermedades inmuno-prevenibles en menores de 5 a¤os, del 11% entre 1970 y 1975 al 1% en 1994. Asimismo, ha logrado erradicar la presencia de la polio en el Per£ (UNICEF- INEI,1994). Por otro lado, la prevalencia de la diarrea disminuy¢ del 32% al 18% entre 1986 y 1992, con un incremento del uso de la Terapia de Rehidrataci¢n Oral desde 20% en 1986 a 76% en 1993. Importantes mejoras tambi‚n se han dado en la cobertura de la atenci¢n pre-natalpor personal de salud, que de 1986 a 1992 aument¢ del 55% al 64% de todos los nacimientos. En el caso de los partos, la atenci¢n vari¢ del 50 al 53% (INE y otros 1987, INEI y otros 1992). Asimismo la lactancia materna se ha ido acentuando de tal manera que la mediana de meses ha pasado de 13 meses en 1978 a 18 en 1992. Los censos de poblaci¢n y vivienda de 1981 y 1993 revelan que ha aumentado el acceso al agua potable, sea de manera directa con conexi¢n domiciliaria a la red p£blica, o indirecta. La cobertura del servicio vari¢ del 49% al 57% de las viviendas, lo que es un factor favorable para la prevenci¢n de enfermedades. El descenso de la fecundidad tambi‚n ha sido un factor coadyuvante importante para la disminuci¢n de la mortalidad infantil, al evitarse los nacimientos de orden muy alto y ampliarse los intervalos intergen‚sicos. Los cambios ocurridos han ocasionado variaciones en la estructura de causas de la mortalidad de tal manera que la incidencia de las enfermedades perinatales se ha convertido en la primera causa de mortalidad infantil con el 32% de los casos, lo que es concordante con el descenso de la mortalidad. Tomando en cuenta los principales indicadores proporcionados por la encuesta ENDES 1991/92, los factores m s relacionados con el descenso de la mortalidad infantil en el Per£ ser¡an el descenso de la fecundidad, el aumento de la accesibilidad a los servicios calificados de salud, y la mayor actitud favorable a la b£squeda de ellos, lo que tiene mucho que ver con el mejoramiento del acceso a la educaci¢n por parte de las mujeres. La mortalidad infantil ha descendido considerablemente en el Per£, pero a£n se mantiene por encima del promedio latinoamericano, situado en 51 por mil (CELADE, 1994) y, m s a£n, es superado s¢lo por Hait¡ y Bolivia. |