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| RESUMEN EJECUTIVO |
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La presente publicación, muestra los resultados de la Encuesta
Nacional de Hogares de 1996, con relación a las principales
variables educativas: nivel de educación, asistencia escolar y
analfabetismo. Además, presenta un panorama de los gastos de los
hogares relacionados con la educación de los hijos, tales como
matrícula, pensiones, asociación de padres de familia, uniformes
y útiles escolares. Asimismo, se muestra información acerca de los
beneficios sociales que se brindan a los estudiantes en los
centros educativos y los servicios e infraestructura de éstos. Se
ofrece además, una visión a acerca de la capacitación
para el trabajo entre la población de 6 y más años de edad.
El nivel educativo de la población del país, muestra un panorama
positivo, se aprecia que el 61,2% de las personas de 15 y más años
de edad, han alcanzado a estudiar educación secundaria y superior,
cifra que supera al 55,9% encontrado en el censo de 1993. Por otra
parte, disminuye la proporción de personas sin ningún nivel de
educación, que de 12,6% en 1993, pasa a 8,8% en 1996.
La tasa de analfabetismo en 1996 es de 11 personas que no saben
leer ni escribir por cada 100 personas de15 y más años de edad, es
decir, que mantiene el mismo nivel encontrado en 1995.; el que
comparado con los hallazgos del censo de población de 1993, denota
una tendencia declinante.
Al igual que el nivel educativo, la asistencia escolar en 1996,
mantiene los mismos niveles encontrados en 1995. En el grupo
poblacional en edad escolar, es decir entre 6 y 24 años, la tasa
de asistencia es de 70,8%. Los niños menores de 6 años, es decir
los que estudian inicial, tienen una tasa de asistencia de 24,3%;
aquellos cuya edad está entre 6 y 11 años, muestran una tasa de
94,3%, y entre los jóvenes de 12 a 16 años de edad, 87 de cada 100
de ellos asisten al colegio. Esto quiere decir que la cobertura es
bastante alta para la educación primaria y secundaria, sin embargo
en educación inicial, el sector todavía tiene mucho por hacer.
En el 31,7% de los casos, las personas entrevistadas entre 6 y 14
años de edad, señalaron como Causas de no matrícula, los
"problemas económicos", el 10,7% adujo motivos de "enfermedad", el
10,3% indicaron que no les gusta estudiar y el 6,2% dijeron que
"tenían que trabajar".
Cuando se investiga acerca de la persona que asiste a las
reuniones de coordinación en el centro educativo, en el 56,5% de
los casos tanto entre los estudiantes de primaria como de
secundaria, es la madre la que asume esta responsabilidad. El
padre asiste en el 31,9% de los casos en educación primaria, y en
el 24,4% en educación secundaria.
La asistencia a centros de preparación pre-universitaria fue
declarada por el 43,3% de los estudiantes de 5to. de secundaria,
institutos superiores y universidades en su conjunto. Las
especialidades o profesiones seguidas por los estudiantes que
declararon haber seguido estudios pre-universitarios, son
"profesores" en el 23,6% de los casos, "contadores" en el 5,4%,
"abogados" en el 5,1%, "técnicos en programación y control de
equipos informáticos" en el 4,7% y "administradores de empresas"
en el 4,0% de los casos.
Respecto a los gastos de los hogares en educación, los resultados
de la encuesta muestran que entre los estudiantes de primaria y
secundaria, los rubros que mayores gastos generan son útiles y
uniformes escolares; siendo mínimos los gastos por concepto de
matrícula y en asociación de padres de familia. También se aprecia
que, los estudiantes de secundaria ocasionan mayores gastos a su
familia que aquellos que estudian primaria.
Los beneficios de los programas de ayuda social alcanzan a los
estudiantes de los diferentes niveles educativos, observándose que
la atención prioritaria de estos programas ha estado focalizada en
la población escolar de los niveles primario e inicial, antes que
en la de secundaria.
La ayuda alimentaria, es el programa que mayor alcance ha tenido,
llega al 42,9% de los estudiantes de educación inicial, al 41,7%
de los que estudian primaria y al 5,3% de los matriculados en
secundaria. Los uniformes y/o calzado escolar logran una mayor
cobertura entre los estudiantes de primaria con el 11,0%. La
atención dental tiene una cobertura de 7,9% en primaria y 6,1% en
inicial. La atención médica alcanza al 6,3% de los educandos de
educación inicial, al 5,9% de los de primaria y al 5,5% de los
estudiantes secundarios. Respecto a la cobertura del programa de
distribución de útiles escolares, su alcance es mayor en educación
primaria con el 4,8% y en educación inicial con el 4,1% de alumnos
atendidos por este programa.
La Sierra Centro y la Sierra Norte son las zonas donde ha estado
focalizada la ayuda social, en la primera, el 53,1% y el 41,2% de
los estudiantes de los diferentes niveles educativos, han recibido
ayuda alimentaria. La Costa Sur es otra zona donde los educandos
fueron favorecidos con ayuda social, el 35,5% recibió ayuda
alimentaria, el 16,3% recibió atención dental y el 13,7% fue
beneficiado con atención médica. La Costa Norte, Costa Centro y la
Selva son las regiones donde ha sido menor el alcance de los
programas sociales.
Según los resultados de la ENAHO 1996, a nivel nacional, el 64,3%
de los estudiantes, concurren a centros educativos que disponen de
servicios de agua y desagüe. En el área urbana la proporción que
declaró disponer de ambos servicios es de 89,9% y en el área
rural, es mayor la proporción que manifestó no disponer de éstos,
54,2%.
El 74,1% de los estudiantes manifestaron que disponían de servicio
de alumbrado eléctrico en sus centros educativos, sin embargo hubo
un 20,4% que dijo no se disponía de este servicio en el lugar
donde se ubica el centro educativo. La proporción de aquellos que
declararon que no se dispone de luz eléctrica en el lugar, es más
de la mitad en el área rural.
La disponibilidad de tópico escolar en el centro educativo, fue
declarada por el 18.9% de los estudiantes, estando concentrado
este servicio, en el área urbana, donde el 28,2% de alumnos
manifestaron que contaban con este servicio en su centro
educativo. Unicamente el 3,9% de los residentes en el área rural,
señalaron que disponían de tópico escolar.
El 68,8% de los alumnos que estaban asistiendo a la escuela en
1996, indicaron que contaban con campo o losa deportiva en su
centro educativo, especialmente los residentes en el área urbana,
donde la cobertura de este servicio de infraestructura fue
declarada por el 77,8% de los estudiantes.
Más de la mitad de los estudiantes de primaria y secundaria a
nivel nacional, opinaron que la infraestructura de sus centros
educativos era regular y el 28,2% señaló que era buena; sin
embargo, el 9,8% la calificó como deficiente y el 2,8% como muy
deficiente.
Según lo declarado por la población entrevistada de 6 y más años
de edad, el 32,2% ha recibido capacitación para el trabajo,
encontrándose que el alcance de este tipo de capacitación sería
mayor en el área urbana con el 35,7%, que en la rural con el
25,3%. Por sexo, los datos muestran un porcentaje algo mayor de
mujeres que de varones, 33,4% los primeros y 30,9% las segundas,
que habría sido preparados en algún tipo de ocupación.
La capacitación ha tenido una mayor cobertura en cursos tales como
sastrería, computación básica, secretariado ejecutivo y mecánica
de motores. En cuanto a oficios, el mayor alcance ha sido en
oficios tales como tejedores en telares y afines, albañiles,
agricultores y conductores de automóviles y taxis.
Las personas que han seguido cursos y/o oficios de preparación
para el trabajo, tanto en el área urbana en el 84,4% de los casos,
como en el área rural, en el 83,1% opinaron que la capacitación
recibida les será de utilidad para el trabajo.
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