En cada ámbito geográfico,
existen concepciones de salud que maneja la población
de acuerdo a las costumbres del lugar o a su condición
socio-económica. Esta situación produce muchas veces
un desfase entre los servicios que ofrece el Estado y las concepciones
acerca de salud que maneja la población. Además,
es conocido que algunas enfermedades inciden de manera diferenciada
en los diferentes sectores sociales los cuales generan características
diferenciadas de acuerdo al estrato social al cual se pertenece.
Cuando se quiere medir o conocer la
situación de salud de una población, es indudable
que la mortalidad es la variable principal; pero para un mejor
entendimiento de la dinámica que está ocurriendo
en esa población con respecto a su salud y que los lleva
a ese nivel de mortalidad, es necesario conocer el comportamiento
de una serie de variables intermedias que influyen en el resultado
final. Es así, que las condiciones económicas de
una familia determinarán sus posibilidades educativas,
sus condiciones de vida especialmente en lo que se refiere a nutrición
e higiene del entorno familiar, su percepción sobre salud,
el uso de medidas preventivas o curativas de salud incluyendo
el acceso a los servicios. Todo ello tendrá una gran influencia
en el grado de riesgo a enfermar (morbilidad) de los miembros
del hogar, y la severidad de éste, sobre todo en tres etapas
de la vida: la infantil, la etapa reproductiva en la mujer y
la económicamente activa, en especial en los varones,
debido al riesgo de accidentes sean estos laborales o no.
El objetivo de este capítulo,
es proporcionar un conocimiento más profundo de algunas
características sociales más importantes de la
población enferma, en la medida que puedan permitir diseñar
estrategias de intervención que tengan en cuenta los patrones
culturales de cada ámbito. Diagnosticar tal situación
requiere necesariamente, descubrir los mecanismos que han producido
el acceso diferenciado de ciertos grupos de población
a los servicios ofrecidos por el sector salud.
La educación es uno de los componentes
del desarrollo, el cual tiene un impacto positivo en la situación
de las personas, por que viene a constituir uno de los elementos
fundamentales del bienestar.
En el campo de la salud, la educación
juega un papel fundamental, en la medida que permite a las personas
a discernir acerca de la prevención, tratamientos y cuidados
posibles frente a una enfermedad. También, la educación
reduce los niveles de pobreza e incrementa la calidad de vida
de las personas, por lo tanto influye en la situación
de salud de la población.