Conclusiones Conclusiones y Recomendaciones El estudio analiza la asociación entre los salarios y la salud, como una forma de capital humano. La información de la ENAHO 98-II verifica que la salud tiene un efecto significativo sobre la productividad laboral de los individuos. Para ello, se utilizan variables instrumentales con el fin de reducir los sesgos que ocasiona la presencia de los problemas de endogeneidad y de los errores de medición de la información de salud contenida en la encuesta. Los resultados indican que tanto los hombres como las mujeres alcanzan mejores niveles de productividad cuando disfrutan de mejores condiciones de salud. De hecho, la diferencia entre los índices de salud de hombres y mujeres, favorable a los primeros, explica un 70% de la brecha actual entre los salarios por hora de ambos grupos. Los hallazgos de la investigación rescatan una mayor atención a la salud como forma de capital humano, y también indica una probable exageración en la estimación de los retornos de la forma alternativa más estudiada: la educación. Estos retornos disminuyen de 10% a 9% cuando se incluye el indicador de salud en el análisis. Por otro lado, el estudio de los determinantes de la salud subraya la importancia de una mejor cobertura de los servicios de salud, ya sean públicos o privados. El impacto de la utilización de los servicios de salud ofertados por el Ministerio de Salud es muy significativo para ambos, hombres y mujeres; y es ligeramente superior al efecto del resto de proveedores privados. Este resultado deja abierta la posibilidad de analizar con mayor profundidad los retornos de la inversión pública en salud en diversos grupos de la población y en distintas ubicaciones geográficas, y fortalecer el nuevo rol del Estado en la entrega de servicios de salud en el país. El estudio enfrentó la limitación de las variables que contiene la ENAHO 98-II y la escasa disponibilidad de información de otras variables de infraestructura del distrito. Sin embargo, la restricción más importante es la imprecisión del indicador de salud, parcialmente corregida por los métodos instrumentales. La teoría subraya la alta probabilidad de sesgos (asociados a la educación, el acceso a servicios de salud, etc.) en las variables auto-reportadas de salud y, por ello, recomienda el uso de medidas objetivas de la salud de las personas, tales como las mediciones de talla, edad y peso, diagnósticos médicos de sangre, etc. En todo caso, los indicadores de salud auto-reportados deben ser limpiados de valoraciones subjetivas mediante preguntas sobre los efectos reales de la enfermedad: días de duración de la molestia o, mejor aún, días de incapacidad (referida a la actividad laboral u otra actividad concreta). La disponibilidad de estos indicadores permitirá alcanzar en el futuro resultados más precisos y sugerencias más concretas de los modos de combatir la pobreza a través de la inversión en salud y otros bienes públicos. |