La vivienda, es una de las variables que contribuyen al estudio de las condiciones de vida de una población, por ello el análisis del tipo de vivienda, la calidad de su construcción, los servicios con los que cuenta y el equipamiento, entre otros, determinan la calidad de vida de dicha población. Para estos fines, las viviendas particulares se han clasificado teniendo en cuenta su independencia y su estado físico, es decir si son casas independientes o están ubicadas en edificios, quintas, casas de vecindad, conocidas como solares, callejones u otras denominaciones similares y las que por su tipo de construcción son chozas o cabañas, viviendas improvisadas, locales no aptos para habitación humana y otros tipos.

Comparando los resultados del Censo de Población y Vivienda de 1993 y los de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 1997, observamos algunas diferencias, como es el caso, de las viviendas en casa de vecindad que en 1993 representaba el 3,1%, en 1997 se incrementa a 5,3% y las viviendas en quinta de 1,4% en 1993 pasa a 2,2% en 1997. Las viviendas improvisadas, es decir aquellas viviendas construidas provisionalmente con materiales ligeros, o de desechos, o con ladrillos superpuestos que en 1993 eran el 3,6%, en 1997 disminuyen al 2,8%, las chozas o cabañas, decrecieron en 44,7%. Las casas independientes y los departamentos en edificio registrados en 1993 (83.4% y 4.0% respectivamente), presentan mínimas diferencias respecto a los de 1997 (83.5% y 3.8%).