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Existe una relación muy estrecha
entre la educación y la pobreza debido a que la educación
eleva la productividad del trabajo y por lo tanto el ingreso.
Es decir, la inversión en capital humano parece ser muy
rentable ya que, como se muestra en el Gráfico Nº
10, cuanto más alto es el nivel educativo del jefe de hogar,
mayor es el nivel de ingreso percápita, esencialmente en
al ámbito urbano.
Se observa que los ingresos en el ámbito
rural se incrementan en 25 % al pasar de la primaria a la secundaria,
en 58 % de la secundaria a la superior no universitaria y en 82
% de la secundaria a la superior universitaria. En el ámbito
urbano este comportamiento es el siguiente: al pasar de la primaria
a la secundaria se incrementa en 14 %, de la primaria a la superior
no universitaria en 33 % y de la primaria a la superior universitaria
en 112 %.
REGION | |||||||
EXTREMO | EXTREMO | POBRE | EXTREMO | EXTREMO | POBRE | ||
FUENTE: ENAHO 1996 - IV trimestre. |
NIVEL EDUCATIVO | |||||||
EXTREMO | EXTREMO | POBRE | EXTREMO | EXTREMO | POBRE | ||
SIN NIVEL, INICIAL | |||||||
PRIMARIA | |||||||
SECUNDARIA | |||||||
SUP. NO UNIV. | |||||||
SUP. UNIVER. | |||||||
OTROS Y NEP | |||||||
  | |||||||
FUENTE: ENAHO 1996 - IV trimestre. |
El incremento acumulado de los ingresos
en el ámbito urbano es mayor que en el rural ya que partiendo
desde el nivel primario hasta la superior universitaria dicho
aumento es de 128 % % en el primer caso y 142 % % en el segundo.
El impacto de la educación sobre
los niveles de pobreza (el cual esta medido con la variable ingreso
percápita) puede observarse en el Gráfico Nº
11 que muestra el porcentaje de pobreza extrema para cada nivel
educativo del jefe de hogar. La incidencia de la pobreza extrema
se reduce de 15.5 % a 1.9 % al pasar del nivel educativo más
bajo (sin nivel o preescolar) al más alto (superior universitaria).
El Cuadro Nº 18 muestra que en
el Perú los años de estudios del jefe de hogar
están muy relacionados con la condición de pobreza
del hogar, especialmente en el área urbana.
En promedio los jefes de hogares no
pobres tienen casi tres años más de estudios que
los jefes de hogares de extrema pobreza. Analizando la distribución
por niveles de educación formal se constata que casi el
40 % de los jefes en condiciones de pobreza y el 45 % en condiciones
de extrema pobreza tienen, a lo más, algún grado
de educación primaria, y solo el 14 % y 7 %, respectivamente,
tiene algún grado de educación superior (ver Cuadro
Nº 19). Contrariamente, la tercera parte de los jefes de
hogares no pobres tiene alguna instrucción de nivel superior.
De manera similar, se observa que el
nivel educativo de los jefes de hogar no pobres en el área
rural tienen más años de educación que los
jefes de hogar pobres, aunque las diferencias no son tan marcadas
como en el área urbana. El jefe de hogar en pobreza extrema
llega a tener 3.5 años de estudio, mientras que uno no
pobre solo casi un año más. También puede
constatarse que son pocos los jefes de hogar en el área
rural que tienen algún grado de instrucción secundaria
o mayor nivel.
Si bien el grado de instrucción
del jefe de hogar es una variable "proxy" que permite
tener una idea de la situación actual de los niveles de
pobreza de los hogares, es necesario evaluar el potencial de los
niños para continuar en una situación de pobreza
o escapar de ella en el transcurso de sus vidas.
Una de ellas es la asistencia escolar,
la cual alcanza niveles bastante elevados en el tramo de edad
entre 6 y 11 años (la edad normativa para el nivel primario)
con una tasa de 90.5 % en el ámbito urbano y 87.3 % en
el rural, no distinguiéndose variaciones importantes por
niveles de pobreza (ver Cuadro Nº 20). Sin embargo, la asistencia
escolar disminuye de manera sensible en el siguiente tramo de
edad, entre 12 y 16 años (la edad normativa para el nivel
secundario), en particular en el ámbito rural, donde se
observa que de cada cinco habitantes en tal tramo, uno no asiste
a la escuela.
Por otro lado, el alto porcentaje de
estudiantes con edades mayores para el nivel educativo al que
asisten es reflejo del retraso en el inicio de la vida escolar
y de las altas tasas de repitencia en el sistema educativo. En
el ámbito urbano, entre los matriculados con edades de
12 a 16 años, que viven en hogares en pobreza extrema y
que normalmente deberían estar cursando el nivel secundario,
el 28 % se encuentran matriculados en el nivel primario. Ese
porcentaje se reduce al 20 % en el caso de los matriculados que
viven en hogares en pobreza no extrema y solo al 14 % en aquellos
que viven en hogares no pobres.
En el ámbito rural la "sobreedad"
de los matriculados en el nivel primario es mucho más pronunciada
ya que más de la mitad (52.5 %) de los matriculados con
edades entre 12 y 16 años que viven en extrema pobreza
cursan algún grado de educación primaria, situación
que alcanza al 46 % en el caso de los que viven en pobreza no
extrema y al 37 % en los no pobres.
Se constata, entonces, que si un individuo
es pobre, requerirá más años de su vida para
alcanzar un nivel de educación que otro menos pobre o no
pobre. Esta situación puede deberse a diferentes factores
como las altas tasas de repetición escolar, la entrada
tardía al sistema educativo, la asistencia irregular a
lo largo del ciclo escolar, entre otros. Estos factores, su vez,
estarían muy relacionados con la participación paralela
en el mercado laboral.
Como se observará más
adelante, los hogares, especialmente los rurales, tienden a emplear
a sus miembros de edades menores para incrementar los ingresos
del hogar, situación que actua en contra de obtener ingresos
futuros al no invertir en capital urbano. El hecho que ello se
observe más en los hogares pobres muestra la retroalimentación
negativa entre pobreza y bajos niveles de educación.
De acuerdo a la información del
Cuadro Nº 21 la desaprobación escolar también
se encuentra muy asociado a los niveles de pobreza; es decir,
a mayor pobreza, mayores tasas de desaprobación escolar.
Considerando a los matriculados en 1995, en el ámbito
urbano, esta tasa fue 6.1 % para el caso de los pobres extremos,
4.5 % para los pobres no extremos y 3.6 en los no pobres. En
el ámbito rural, la tasa de desaprobación escolar
es prácticamente el doble en relación al ámbito
urbano: 10.8 % para el caso de los pobres extremos, 9.9 para los
pobres no extremos y 7.0 % para los no pobres.
GRUPOS DE EDAD/ NIVEL EDUCATIVO | |||||||
EXTREMO | EXTREMO | POBRE | EXTREMO | EXTREMO | POBRE | ||
ENTRE 6 Y 11 AÑOS | |||||||
INICIAL O PREESCOLAR | |||||||
PRIMARIA | |||||||
SECUNDARIA | |||||||
NO SE MATRICULARON | |||||||
  | |||||||
ENTRE 12 Y 16 AÑOS | |||||||
INICIAL O PREESCOLAR | |||||||
PRIMARIA | |||||||
SECUNDARIA | |||||||
SUPERIOR INCOMPLETA | |||||||
NO SE MATRICULARON | |||||||
  | |||||||
FUENTE: ENAHO 1996 - IV trimestre. |
RESULTADO | |||||||
EXTREMO | EXTREMO | POBRE | EXTREMO | EXTREMO | POBRE | ||
Aprobado | |||||||
Desaprobado | |||||||
Retirado | |||||||
  | |||||||
FUENTE: ENAHO 1996 - IV trimestre. |
Como se ha señalado, el problema
de la desaprobación escolar, y en general el problema de
la "sobredad" de los estudiantes respecto al nivel educativo
al que están matriculados, está muy ligado a la
tendencia de los hogares pobres de hacer que un mayor número
de sus miembros entren al mercado laboral para que con ello pueda
obtenerse mayores ingresos. Dada la composición de edades
que estos hogares tienen, ello necesariamente implica el empleo
de los menores de edad, a costa del rendimiento escolar y de las
posibilidades futuras de un mayor ingreso. El 82 % de los estudiantes
urbanos en pobreza extrema que trabajan son del nivel primario
o secundario, mientras que del total de estudiantes urbanos no
pobres que trabajan, la mitad son de estos niveles y la otra mitad
del nivel superior (ver Cuadro Nº 22). En el ámbito
rural la mayor parte de los estudiantes (pobres y no pobres) que
trabajan, pertenecen al nivel primario.