La Pobreza en el Perú

2.2 Las líneas y los índices de pobreza: En los cuadros 13 y 14 del Anexo Estadístico se tienen los valores nominales de la canasta alimentaria y total y el índice de pobreza (FGT 0) por dominios correspondientes a 1997 y 1998.

Para el caso de 1998 se han hecho las valorizaciones de dos modos: Utilizando los precios implícitos obtenidos de la encuesta9 (con la canasta de 1998) y utilizando los precios implícitos de 1997 indexándolos a 1998 vía IPC (con la canasta de 1997), donde para el calculo de los precios se asumió en el rubro de consumo fuera del hogar que el promedio de personas que consumieron fuera por vez es igual a 1. Este segundo caso se calculó también utilizando la canasta alimentaria "real" de 199810.

Tal como podemos observar en el cuadro 14, puede decirse que entre 1997 y 1998 - y a nivel nacional - no hay variaciones en la pobreza absoluta ni la pobreza extrema, dado que no existen diferencias significativas en los porcentajes de ambos años. Esto se da cuando se calcula el FGT(0) utilizando como precios para la valorización a los de 1997 indexados vía IPC para 1998, independientemente de si se utiliza la canasta "real" de 1997 o la de 199811.

Cuando se hacen las comparaciones por dominios, la pobreza sube ligeramente en términos de porcentaje en la costa y selva urbana y Lima Metropolitana, y cae en la costa y sierra rural y la sierra urbana. Con respecto a la pobreza extrema, se tienen incrementos mínimos en la costa, sierra y selva urbana, Lima Metropolitana y la sierra rural, y se dan disminuciones en la costa y selva rural. Aun cuando las variaciones en términos de porcentajes son en la mayoría de los casos estadísticamente igual a cero, si consideramos únicamente los valores podríamos afirmar que quienes más sufrieron los (pequeños) incrementos de la pobreza y pobreza extrema en el Perú durante 1998 son los hogares urbanos.

2.2.1 Brecha y Grado de desigualdad de la Pobreza: En el cuadro 15 observamos que a nivel nacional para 1998 (por ambos métodos que utilizan el IPC para indexar los precios a 1998) la brecha de pobreza (FGT 1) se ha reducido ligeramente en relación a 1997, es decir la distancia promedio de los gastos percápita de la población con respecto a la línea de pobreza. Cuando consideramos el análisis por dominios notamos que la disminución de la brecha no se ha dado en todos los casos, pues en la costa y selva urbana y Lima.

Metropolitana la brecha de pobreza se ha incrementado, guardando relación con las zonas en donde el incremento de la pobreza ha sido también mayor.

Por otro lado, en cuanto a la severidad de la pobreza (FGT 212 o grado de desigualdad al interior de los pobres), se observa que a nivel nacional existe igualmente una ligera disminución. El análisis por dominios muestra la misma situación que el promedio nacional en todos los casos, excepto en Lima Metropolitana en donde la desigualdad (o severidad) de la pobreza sufre un incremento de 14.6 a 20. Esto significa que en Lima Metropolitana el gasto promedio de los más pobres se encuentra más lejano que el gasto promedio de todos los pobres en 1998 con respecto a 1997, lo cual podemos corroborarlo con la información del cuadro 16 en que para Lima Metropolitana la brecha entre estos promedios de gasto percápita (en valores nominales) se incrementa de 68.83 a 71.50, o que el ratio entre el gasto percápita del total de pobres con respecto al de pobres extremos se incrementa de 1.7 a 1.78 entre 1997 y 1998.

En el cuadro 17 tenemos el caso de la brecha y desigualdad de la pobreza extrema. La situación de la brecha de la pobreza extrema en términos de promedio nacional se incrementan de 1997 a 1998, ello a nivel de dominios se da en la costa y sierra urbana, Lima Metropolitana y sierra rural; mientras que existen ligeras caídas (o mejoras) en la costa rural y la selva urbana. El caso de la selva rural es ambiguo dependiendo de si se utiliza la canasta de 1997 o de 1998.

La severidad o desigualdad de la pobreza extrema al igual que la brecha tiene incrementos en términos del promedio nacional entre 1997 y 1998, mostrando que la diferencia entre los pobres extremos se hace mayor. A nivel de dominios el comportamiento es similar al que se tiene en la brecha de pobreza.

2.2.2 Efecto de la Política Social: Un dato adicional de interés acerca de la pobreza en el Perú en el período 1997-1998 es conocer el efecto que las donaciones tienen en amenguar la pobreza y la pobreza extrema.

Dentro de este rubro se tienen las donaciones (o regalo) de los alimentos consumidos dentro del hogar no obtenidos de instituciones benéficas, alimentos consumidos dentro del hogar obtenido de instituciones benéficas, alimentos consumidos fuera del hogar, vestido y calzado, alquiler de vivienda, muebles y enseres, cuidado y conservación de la salud, transportes, esparcimiento y diversión, otros.

En el cuadro 14 tenemos la información respectiva. Se observa que la pobreza en 1997 habría sido de 42.57% en lugar de 37.58% , y la pobreza extrema hubiera sido de 19.53% en lugar de 15.95. En 1998 la pobreza pasaría de 37.3% a 41.05% si no existieran las donaciones, y la pobreza extrema sería de 19.34% en lugar de 15.65%. Lo anterior demuestra que en el período 1997-98 el efecto donaciones para amortiguar la pobreza extrema ha tenido una mejora relativa en la pobreza extrema (de 22.45% a 23.58%) y una caída en la relativa en la pobreza (de 13.28% a 9.97%). Ello implica que a nivel de toda la sociedad (pues no se puede diferenciar entre donaciones públicas y privadas) se viene haciendo un mayor esfuerzo en la lucha contra la pobreza extrema, a pesar de que ésta en promedio no se ha reducido en el período; puesto que de no ser así la pobreza extrema habría sufrido en términos relativos los mayores incrementos porcentuales.

2.2.3 Otros Indicadores de pobreza

Un ejercicio interesante del cálculo de la pobreza es conocer lo que sucede con los porcentajes de pobres cuando se utiliza el ingreso en lugar del gasto, manteniendo las líneas de pobreza y pobreza extrema constantes. Esto lo podemos ver en el cuadro 18, en donde lo primero que se observa es que los niveles porcentuales absolutos de la pobreza y la pobreza extrema son mayores cuando se utiliza el ingreso que cuando se utiliza el gasto. Lo anterior es verificable indirectamente con la información del cuadro 19, en donde vemos que para los deciles de ingreso correspondientes a la población en pobreza y pobreza extrema los promedios de gasto percápita son mayores a los de ingreso percápita, situación contraria al caso de los deciles de mayores ingresos.

En cuanto a las variaciones de los porcentajes, debemos diferenciar entre pobreza y pobreza extrema. Del cuadro 18 tenemos que la pobreza medida por ingreso se habría reducido en 1998 con respecto a 1997 en más de 3 puntos, mientras que la pobreza extrema se mantiene. Esto tiene su explicación en que las variaciones porcentuales del ingreso percápita para los grupos en pobreza son mayores a la que corresponde a los deciles en pobreza extrema (cuadro 19), además, lógicamente, de ser mayores a las variaciones porcentuales del gasto.

En si misma la metodología de cálculo de la pobreza vía el método de la línea de pobreza (sea esta por ingreso o gasto) tiene algunos problemas que la llevan si bien no a invalidarla sí a relativizar sus resultados13 o a la necesidad de complementarla con otro tipo de indicadores. Existen no obstante posiciones radicales que consideran que para hacer eficiente el trabajo con respecto a la lucha contra la pobreza en los países, se debe "comenzar por reemplazar la actual medición de la línea de pobreza por el método de las Necesidades Básicas Insatisfechas"14.

Consideramos que el método de NBI tiene la particularidad de identificar la pobreza al margen del ingreso o gasto de las familias y se centra en aspectos referidos más bien a las condiciones de vida, no obstante como cualquier método es también incompleto y responde a algún tipo de objetivos específicos.

En el cuadro 20 tenemos la información de la pobreza por NBI, tal como podemos apreciar el porcentaje de pobres se ha reducido en el período 1997-98 (de 46 a 42%), lo cual no sucedía con los datos provenientes del método de la línea de pobreza. Ello puede entenderse (en general) como que el trabajo del gobierno en términos de política social está siendo más efectivo en cuanto a satisfacer las necesidades más apremiantes de los pobres extremos (que es en realidad el único grupo que ve reducido su nivel de pobreza por NBI) no ligadas directamente con el mercado, como sí sería el caso del empleo e ingreso cuyas mejoras, por tanto, están más en función de la política económica que de la política social.

Un método rápido e indirecto de complementar la información sobre pobreza proveniente de la línea de pobreza y las condiciones de vida de las personas (aunque no cumpla el objetivo a cabalidad) es utilizar el llamado "método integrado". La información la tenemos en el cuadro 21. Lo que se observa es que el porcentaje de pobres crónicos (aquellos que siempre lo han sido) se reduce en casi 2 puntos en el período de análisis (de 27,3% a 25,6%) mientras que lo contrario sucede con el porcentaje de pobres recientes (o nuevos pobres). En el caso de los pobres inerciales (aquellos que estando por encima de la línea de pobreza tienen aún necesidades básicas insatisfechas) también se reduce el porcentaje (de 18,8% a 16,5%).

Lo anterior estaría corroborando que (tal como se desprende también de los diferentes cuadros analizados anteriormente) las pocas mejoras absolutas y relativas en materia de pobreza se centran principalmente en los grupos más pobres entre los pobres.

El porcentaje de "integrados socialmente" es simplemente el reflejo de lo manifestado líneas arriba, por lo que no requiere mayor explicación.

 

9 A excepción de los rubros correspondientes a consumo fuera del hogar proveniente de instituciones benéficas, en este caso se utilizaron los precios correspondientes a 1997 indexados a 1998 por el IPC.

10 Esto último se hizo aun cuando los precios implícitos de 1997 y la canasta "real" de 1998 no corresponden exactamente a la misma población de referencia en la sierra y la selva.

11 Debe no obstante, observarse que al utilizarse la canasta "real" de 1998 y los precios implícitos calculados del mismo año (con la nueva población de referencia), es decir cuando se cambia "todo" con respecto a 1997, los resultados muestran una reducción de la pobreza y pobreza extrema. Ello puede deberse simplemente a que no son datos comparables intertemporalmente. Es importante, sin embargo, señalar que si bien los resultados utilizando las variaciones del IPC para obtener los precios de 1998 resultan más coherentes, los datos (en niveles o porcentajes) deben tomarse con cautela dado que utilizar el IPC tiene una doble dificultad: refleja el consumo del total de la población y no de la población de referencia y está calculado solo para las grandes ciudades. A ello se debe añadir que su cálculo se basó en promedios simples y no ponderados.

12 A medida que el parámetro de la función que calcula el índice FGT es mayor se le va dando un mayor peso a los más pobres de los pobres. Un caso extremo se da con valores muy altos del parámetro, en este caso se llega a una definición "Rawlsiana" del bienestar, la cual da pesos solo a los hogares más pobres (Véase Schady Norbert: Picking the Poor: Indicators for Geographic Targeting in Peru. Princeton University and the World Bank. January 1999).

13 Para una revisión conceptual de estas críticas puede revisarse: Francke, Pedro: Algunos problemas en la medición de la pobreza, curso taller subregional. Indicadores sociales, pobreza, mujer y niñez. INEI, julio 1997. Una revisión de la literatura al respecto se tiene en Figueroa, Carlos: Elementos para la construcción de un índice de bienestar. Lima CIUP 1999 (mimeo).

14 Fernández, Froilán: Advertencias sobre la medición del ingreso en las encuestas de hogares continuas, INEI, 97, op.cit.