Condiciones de Vida

3.3 Perfil de los Hogares en el Perú: 1998

3.3.1 Total Nacional: A nivel nacional el 15.65% de la población se encontraba en 1998 en pobreza extrema y el 21.69% en pobreza no extrema.

Con esta información de base, pasamos a caracterizar un hogar promedio en el Perú (ver cuadro 1 de Anexo Estadístico 2), de acuerdo a las variables mencionadas en la sección anterior:

El ingreso percápita promedio es de 71.65 nuevos soles en los hogares en pobreza extrema, de 149.95 nuevos soles en los hogares de pobreza no extrema y de 482.05 nuevos soles en los hogares no pobres.

Por su parte, el promedio nacional del gasto percápita mensual es en los hogares pobres extremos de 59.90 nuevos soles y las diferencias frente a los pobres no extremos y no pobres es ligeramente mayor al caso del ingreso.

Un hogar promedio en el Perú tiene 6.11 miembros cuando se trata de pobreza extrema y va disminuyendo a medida que el nivel de pobreza es menor. Así, en los hogares de pobreza no extrema el número de miembros es en promedio de 5.48 y de 4.19 en los hogares no pobres.

Con respecto al abastecimiento de agua a través de red pública dentro de la vivienda, como era de esperarse el porcentaje relativo es mayor a medida que los hogares son menos pobres. Mientras que únicamente el 18.7% del total de los hogares en pobreza extrema, que tienen abastecimiento de agua, tienen este servicio. El porcentaje es ligeramente superior al 49% en los hogares de pobreza no extrema y superior al 68% en los hogares no pobres. Las diferencias son todavía mayores si consideramos el caso de los servicios higiénicos con red pública dentro de la vivienda, pues ahí solo el 4.98% de hogares pobres extremos, que cuentan con SS.HH, acceden a este servicio, mientras que casi el 34% lo hace en el caso de los pobres no extremos y cerca del 60% en los no pobres.

Así como en los casos anteriores, cuando se analizan las variables de salud por niveles de pobreza observamos que el porcentaje de personas que buscó atención ante una enfermedad o accidente, en relación al total que estuvieron enfermos o accidentados, es menor en los hogares menos pobres. Ello se dio en el 67.82% de los casos en los hogares pobres extremos, 82.6% en los pobres no extremos y 87.1% en los no pobres.

La razón principal para la no atención se encuentra en la falta de recursos económicos en el caso de los pobres no extremos y los no pobres , obviamente que este porcentaje es más alto a medida que se es más pobre. Para los pobres extremos, su principal argumento es que prefieren curarse con remedios caseros. Más del 40% del total de personas que declararon haber tenido alguna enfermedad o accidente y no consultaron se encuentran en este grupo.

En cuanto al perfil de los hogares considerando la información del jefe de hogar, encontramos lo siguiente:

El promedio de edad del jefe de hogar es mayor a medida que los hogares son menos pobres, aunque la diferencia no es muy grande. La edad promedio de un jefe de hogar del grupo de pobres extremos es de 45.9 años, 46.7 en los hogares pobres no extremos y 48.5 en los hogares no pobres. Lo interesante en este caso es que son las jefas de hogar mayores que los jefes de hogar, en todos los casos, por cinco años.

El número promedio de años de estudio del jefe de hogar se va incrementando de 4.09 en los pobres extremos a 6.1 en los pobres no extremos hasta llegar a 9.17 en los no pobres.

El número de años de estudio es siempre mayor en los hombres, pero las mayores diferencias relativas se dan a medida que se es más pobre (2.59 en los pobres extremos, 1.58 en los pobres no extremos y 1.29 en los no pobres).

De otro lado, el porcentaje de mujeres jefes de hogar es casi el 21% en los hogares no pobres, algo similar en los hogares pobres no extremos y se reduce a menos del 15% en los hogares pobres extremos.

El Estado civil del jefe de hogar es de casado en más del 50% de los casos. En segundo término se encuentra siempre la categoría conviviente, que es la mitad de los casos en relación a la categoría casado en el grupo de los jefes de hogar pobres extremos, algo más de dos tercios entre los pobres no extremos y la tercera parte entre los jefes de hogar no pobres.

Finalmente, la ocupación principal del jefe de hogar es en el caso de los pobres extremos, básicamente de trabajador independiente. El 79% de los jefes de hogar que declaran tener ocupación principal dicen ser trabajadores independientes. Les sigue con un 15% los obreros. En el caso de los pobres no extremos los mismos dos rubros son los que predominan, varía, sin embargo la composición, 59% para trabajador independiente y 25% para obreros. En los no pobres son cuatro las categorías que dominan, añadiéndose a las dos anteriores la de empleado y la de empleador o patrono; siendo de todas formas con 44.5% el rubro de trabajador independiente el mayoritario, le sigue con 23% el de empleado, 16% de obreros y 13.6% de empleadores. (Ver cuadro 1 del Anexo Estadístico 2)

3.3.2 Area Urbana: Del total de la población urbana, sólo el 4.57% se encuentra en pobreza extrema y el 21.9% en pobreza no extrema.

Los hogares urbanos tienen en promedio un ingreso percápita mensual de 87.68 nuevos soles en los hogares pobres extremos, casi el doble en los hogares pobres no extremos, y más de 6.5 veces en los hogares no pobres. Las variables de ingreso son mayores a las variable de gasto. El número de miembros del hogar es ligeramente superior al del promedio nacional pero mantiene la misma relación con respecto al nivel de pobreza (menor número de miembros a menor pobreza).

En relación a las variables de salud, el porcentaje de personas que buscó atención ante una enfermedad o accidente, del total que estuvo enferma o accidentada, fue de 72.4% en los niveles de pobreza extrema, de 84.37% en los pobres no extremos, y llega al 87.86% en los hogares no pobres.

Sobre la razón de porqué no consultaron ante una enfermedad o accidente, al igual que en el total nacional, el porcentaje mayoritario se lo llevan las razones económicas (no tuvo dinero). Este porcentaje es menor en el caso de los no pobres. Los pobres extremos sin embargo, dan como razón principal el que prefieren curarse con remedios caseros.

Con respecto a las variables de servicios básicos de la vivienda, se tiene que en el área urbana el abastecimiento de agua y de servicios higiénicos por red pública dentro de la vivienda, se va incrementando, con respecto al total de hogares que cuentan con estos servicios, a medida que el nivel de pobreza disminuye. En el caso del abastecimiento de agua, va de 37.3% en los hogares pobres extremos frente a 63.63% de los hogares pobres no extremos y de 80.5% en los hogares no pobres. Los porcentajes en el caso de servicios higiénicos son bastante menores: 24%, 51.6% y 75.9% respectivamente.

Es importante notar que el ratio entre pobres no extremos y pobres extremos es mayor que entre los no pobres y los pobres no extremos. Esto sucede tanto para el abastecimiento de agua como para el de servicios higiénicos. Siendo las diferencias en términos absolutos superiores en el segundo caso.

De los datos referidos al jefe de hogar, se tiene que la edad del jefe de hogar urbano muestra similitud con los del promedio nacional, e igualmente se va incrementando cuando disminuye el nivel de pobreza. En este caso se sigue cumpliendo ( a excepción de los pobres extremos) que son los jefes de hogar hombres menores que las mujeres jefes de hogar.

Los años promedio de estudio del jefe de hogar son de 6.1 en el caso de pobreza extrema, 7.2 en pobreza no extrema y 10.24 en los no pobres, en todos los casos superior al promedio nacional, pero igualmente incremental con la disminución del nivel de pobreza. En todos los casos el nivel educativo del jefe de hogar hombre es mayor al de las jefes de hogar mujeres, y un dato interesante en esta variable es que en los hogares en pobreza extrema y no extrema el nivel educativo del jefe de hogar hombre (en años de estudio) es 1.5 veces el de las jefes de hogar, mientras que en los hogares no pobres esta diferencia es de solo 1.25.

En el área urbana los jefes de hogar hombres son la mayoría (aunque ligeramente en menor proporción que en el total nacional). No obstante, no existe evidencia clara de algún tipo de relación entre el sexo del jefe de hogar y el nivel de pobreza.

El estado civil del jefe de hogar en el área urbana es en primer lugar casado seguido de conviviente (43 y 44 % vs. 33 y 32.5 %, en los hogares pobres extremos y no extremos).

Estos rubros son igualmente los principales en los hogares no pobres, en los cuales, sin embargo, las diferencias entre casados y convivientes (el segundo rubro en importancia) es más del triple. En los hogares urbanos, el porcentaje de jefes de hogar casados es mayor a medida que el nivel de pobreza se reduce.

Con respecto a la ocupación principal del jefe de hogar, las categorías que predominan son las mismas que en el caso del total nacional, la diferencia radica en que para el caso de los hogares pobres extremos y pobres no extremos, el rubro trabajador independiente se reduce algo a favor del rubro obreros. En los hogares no pobres esta sustitución se da con el rubro empleados. (Ver cuadro 2)

3.3.3 Area Rural: En este dominio, el 36.1% de la población se encuentra en pobreza extrema, el 21.3% en pobreza no extrema y el 42.6% es no pobre.

El ingreso percápita del hogar de los pobres extremos es de 67.9 nuevos soles, equivalente al 63% del ingreso de los pobres no extremos y al 34.5% del ingreso de los no pobres. Ello implica que al interior de los hogares rurales existen menores diferencias de ingreso que en el caso urbano, aún cuando los niveles promedio son bastante menores.

El gasto percápita promedio de los hogares pobres extremos es de 56.46 nuevos soles y representa el 55.5% del gasto de los pobres no extremos y el 26.8% del gasto de los no pobres. Se tiene por tanto que en el área rural las diferencias entre pobres extremos y no pobres son mayores en el gasto que en el ingreso.

En el número de miembros del hogar no existe mayor diferencia en el área rural frente a la urbana.

En las variables de salud que se están considerando, el porcentaje de personas que buscó atención ante una enfermedad o accidente (del total que declararon haber estado enfermo o accidentado) es menor que en el área urbana en los niveles de pobreza y pobreza extrema, siendo similar en el nivel de no pobre.

Sobre el porqué de la no consulta, a las dos razones de mayor peso consideradas en el área urbana se le añade el que el lugar de la consulta está lejos.

Los servicios básicos de la vivienda: abastecimiento de agua y servicios higiénicos, tienen porcentajes bastante menores que el área urbana (especialmente servicios higiénicos), manteniéndose, sin embargo, el hecho de que estos porcentajes se incrementan a medida que se reduce el nivel de pobreza.

En cuanto a los datos referidos al jefe de hogar, la edad del jefe de hogar rural es en promedio superior al urbano, siendo la diferencia mayor en el caso de las mujeres. Se mantiene, sin embargo, el hecho de que la edad del jefe es mayor en los hogares menos pobres.

En el nivel educativo, el número de años de estudio del jefe de hogar rural es de 3.66 en los pobres extremos, 4.25 en lo pobres no extremos y 5.81 en los no pobres. Estas cifras son bastante menores que las existentes en el área urbana, equivalen al 60% en el nivel de pobreza extrema, 59.2% en los pobres no extremos y 56.73% en los no pobres (las diferencias se van reduciendo ligeramente cuando el nivel de pobreza se reduce). Al igual que en el caso urbano, el promedio de años de estudio del jefe de hogar es mayor que el de las jefes de hogar, no obstante, la relación en este caso es mayor que en el caso urbano pues es de 3.97 en los pobres extremos, 2.46 en los pobres no extremos y 1.87 en los no pobres. Nuevamente, la brecha se reduce a medida que mejora el nivel de vida de la población.

En el área rural el porcentaje de jefes de hogar hombre es en promedio de 83.5%, y va de 86% en los pobres extremos a 81.5% en los no pobres. El porcentaje de mujeres jefes de hogar se incrementa ligeramente con la reducción del nivel de pobreza.

El estado civil del jefe de hogar es en todos los casos mayoritariamente casados (57% en los pobres extremos, 53.6% en los pobres no extremos y 50.9% en los no pobres). En el área rural, al contrario que en la urbana, el porcentaje de jefes de hogar casados se reduce con las mejoras en el nivel de pobreza.

En cuanto a la actividad principal del jefe de hogar, en el área rural predomina el trabajador independiente, en segundo lugar -aunque bastante lejos- está el obrero (en los pobres extremos y no extremos) y el empleador/patrono (en los no pobres). (Ver cuadro 3)

3.3.4 Lima Metropolitana: Es el dominio con menor porcentaje de pobres extremos (1.97%) y el segundo menor en pobreza no extrema (19.24%). Además de tener los niveles más elevados en términos absolutos de ingreso y gasto, en años de educación del jefe de hogar y en porcentaje de personas que buscó atención ante una enfermedad o accidente, presenta en términos de perfiles las mismas características de los hogares urbanos.

Las diferencias se encuentran en el grupo de pobres extremos, en donde el estado civil del jefe de hogar es en mayor proporción de conviviente (39%), y la ocupación principal del jefe de hogar es en primer lugar obrero (40%). (Ver cuadro 4)

3.3.5 Costa Urbana: Tiene únicamente un 5.1% de población en pobreza extrema y un 22.% de pobres no extremos. En término de perfiles las características que presentan son similares a las de Lima Metropolitana, excepto en el promedio de años de estudio y la ocupación principal del jefe de hogar que están más cercanas al del área urbana. Con respecto a los niveles absolutos de ingreso y gasto son ligeramente superiores a los del área urbana en el nivel de pobreza extrema pero menores en los niveles de pobreza no extrema y no pobres. (Ver cuadro 5)

3.3.6 Costa Rural: En este dominio se tiene 19.9% de población pobre extrema y 23.2% de pobres no extremos. Presenta en términos generales las mismas características de la costa urbana, excepto por sus menores niveles absolutos de variables como ingreso y gasto percápita, años promedio de estudio del jefe de hogar y porcentaje de personas que buscó atención ante una enfermedad o accidente. Del mismo modo, presenta diferencias en la edad promedio del jefe de hogar que es ligeramente mayor. (Ver cuadro 6)

3.3.7 Sierra Urbana: Tiene 8.6% de población en pobreza extrema y 24.2% de población en pobreza no extrema. Las características de este dominio son similares a las del área urbana, teniendo sin embargo niveles menores en los rubros de ingreso y gasto. En los años promedio de estudio del jefe de hogar las diferencias con el área urbana se dan únicamente en el nivel de pobreza extrema. (Ver cuadro 7)

3.3.8 Sierra Rural: Es el dominio con mayor población en pobreza extrema (42.9%), y cuenta con un 19% de población en pobreza no extrema.

El perfil de este dominio es muy similar al del área rural. La única diferencia a destacar es que tiene niveles superiores de ingreso en la población no pobre, y lo propio -aunque en menor grado- con la variable gasto. (Ver cuadro 8)

3.3.9 Selva Urbana: Tiene el 6.7% de su población en pobreza extrema y casi el 27% en pobreza no extrema. Las características de este dominio son similares a los de la sierra urbana. Esto es claro en las variables de ingreso/gasto, así como la de años promedio de estudio del jefe de hogar y la ocupación principal del jefe de hogar.

En cuanto al porcentaje de jefes de hogar por sexo, las cifras son similares más bien a las de la costa urbana.

Es en el estado civil del jefe de hogar donde la selva urbana se diferencia del resto de dominios urbanos pues el rubro conviviente es bastante alto (60.7% en pobres extremos, 35% en pobres no extremos y casi 30% en no pobres), siendo en la población pobre extrema el que ocupa el primer lugar. (Ver cuadro 9)

3.3.10 Selva Rural: Este dominio tiene el 26% de su población en pobreza extrema y el 27% en pobreza no extrema. Sus niveles de ingreso y gasto son superiores a los de la sierra rural en la población de pobreza extrema y no extrema. En la población no pobre los niveles son similares.

Con respecto a los años de estudio del jefe de hogar en la selva rural se tienen mejores promedios que la sierra rural, pero menores todavía que la selva urbana.

Los porcentajes de jefes de hogar por sexo, así como la ocupación principal del jefe de hogar son igualmente similares a los de la sierra rural.

En el estado civil del jefe de hogar este dominio marca la diferencia con respecto a todos los demás. En este caso los convivientes son más que los casados para cualquier nivel de pobreza. Siendo la diferencia más notoria entre los pobres extremos. (Ver cuadro 10)