II. MARCO CONCEPTUAL

Este estudio sobre los ingresos de los jóvenes que trabajan ha tenido como base el reconocimiento, en primer lugar, de la importancia de la juventud en el proceso de desarrollo económico y social. En segundo lugar, de que el punto de partida del desarrollo es el crecimiento económico sostenido, que se manifiesta en tasas de crecimiento del PBI más o menos permanentes. Es por eso que nuestro marco conceptual general ha estado integrado por las teorías del crecimiento y del capital humano, fundamentalmente por las llamadas "nuevas teorías neoclásicas", que enfatizan el papel de la educación y de otros factores sociales e institucionales.

Estas nuevas teorías neoclásicas constituyen una continuación de las teorías clásicas, neoclásicas y keynesianas, e intentan resolver algunos problemas y contradicciones de sus antecesores.

Así, los clásicos partían de una función de producción que combinaba tres factores productivos: trabajo, capital y tierra, donde los rendimientos decrecientes de la tierra presionaban por una elevación de los precios de los bienes salarios , es decir que un incremento de los salarios (en la medida que los salarios venían dados por costo de bienes necesarios para reproducir la fuerza de trabajo. Como los beneficios eran una función inversa de los salarios, un aumento de la tasa de salarios determinaba una caída de la tasa de ganancia, hasta un nivel en el que desalentaban la inversión (el incremento del stock de capital), lo cual frenaba el crecimiento (función del crecimiento de la dotación de los factores) y llevaba al estado estacionario.

Luego de la Primera Revolución Industrial, los neoclásicos tomaron en cuenta 3 factores productivos: el trabajo, que dependía de condiciones sociales, y el capital y la tecnología, que dependía de condiciones económicas. Tomaron la tecnología como un factor dado, y plantearon que el crecimiento del capital era mayor al del trabajo. Por tanto, el capital tenía un rendimiento decreciente y la ganancia capitalista tendía a disminuir, lo que frenaba el crecimiento económico. El freno iba a ser mayor en los países avanzados que en los atrasados, que tenían una menor dotación inicial de capital.

Para los keynesianos Harrod9 y Domar10, había una tasa natural de crecimiento determinada por el aumento de la oferta de trabajo, incluyendo el aumento de la productividad. Para lograr el crecimiento equilibrado, el capital tenía que aumentar en la misma proporción, y por lo tanto también debía haber un aumento de la inversión. Consideraron a la tecnología como una variable exógena. De hecho, los indicadores reales mostraron un crecimiento del capital mayor al del trabajo, y una tendencia al aumento del salario real.

Pero la ganancia capitalista no tuvo una tendencia decreciente, sino volátil, y el crecimiento no se frenó en los países capitalistas avanzados con relación a los atrasados. Encabezados por Solow11, los neoclásicos consideraron esta evolución distinta al de la teoría, como producto de los efectos de la tecnología. Una tasa de crecimiento del PBI mayor a la suma de las tasas de crecimiento del trabajo y del capital, se debía atribuir a la tecnología.

Las nuevas teorías neoclásicas, promovidas por Romer y Lucas12, incorporan a la tecnología como una variable endógena. Hacen lo mismo con otros factores como la educación, la salud, las instituciones y las medidas de política económica. Plantean que el crecimiento del trabajo, del capital, y de la tecnología, unido a la mejora de estos factores sociales e institucionales, generan el aumento constante de las tasas de crecimiento del PBI. Sin embargo no han podido sino reconocer, que esto no se ha dado en los países en desarrollo por la falta de recursos financieros, en lo que ha constituido una manifestación de una trampa o círculo vicioso de la pobreza.

De otro lado, la llamada teoría del capital humano, iniciada por Theodore Shultz, y seguida por Gary Becker, entre otros, apunta a la importancia de la inversión o gasto en la fuerza de trabajo, con el propósito de mejorar la inversión y la competitividad de la misma en el mercado de trabajo. En particular se destaca la importancia de la educación para mejorar la productividad del trabajo y las oportunidades de empleo. Bajo esa perspectiva, el mayor nivel educativo, el mayor número de años de estudio, la capacitación continua, debería llevar a un mayor nivel de ingreso. En la práctica, estas características de la fuerza de trabajo, constituyen factores importantes para la inversión en determinadas áreas productivas.

De esta manera, a través de sus efectos sobre el factor productivo trabajo, se afirmó el papel de la educación en el crecimiento económico y en la diferenciación de ingresos. Los estudios sobre el ingreso han confirmado esta relación positiva entre la educación y el trabajo, que da lugar a mejoras en la remuneración y el ingreso de los trabajadores en general. Con esta investigación hemos querido evaluar si esta relación también se da específicamente entre los jóvenes que trabajan y, en todo caso, descubrir los factores que determinan realmente su ingreso.

En lo que respecta a la variable objetivo de la investigación, jóvenes, aceptamos en principio la definición de las Naciones Unidas, de que son las personas entre los 15 y los 24 años. Sin embargo, creemos que es conveniente ampliarla hasta los 14 años, que es la edad en la que formalmente las personas se pueden incorporar a la población económicamente activa. Sobre la trampa de la pobreza y los jóvenes que trabajan pero que debían estar estudiando, o que tienen una educación deficiente o tardía, es importante tener en cuenta que la edad normativa para la educación primaria es el período entre los 6-11 años, y para la educación secundaria entre los 12-16 años.

Precisando, con el estudio se ha querido lograr principalmente lo siguiente:

1. Identificar los factores que determinan el ingreso de los jóvenes que trabajan, y
2. Construir un modelo de regresión que permita explicar los ingresos de los jóvenes que trabajan.

En el cumplimiento de estos objetivos, también hemos tratado de conocer lo relacionado con los niveles de ingresos por dominio geográfico, área, sexo, edad, nivel de educación y tipo de trabajo, así como sus diferencias y sus correspondientes factores determinantes.