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En el <mbito de las polRticas que propician la equidad social, la cuantificaci\n y an<lisis de las caracterRsticas y condiciones de la vivienda en la que habita la poblaci\n, juntamente con el acceso a los servicios de educaci\n y salud, constituyen t\picos de importancia para la adecuada focalizaci\n y toma de decisiones gubernamentales.
A travJs
de las diversas preguntas formuladas en el cuestionario censal,
aplicado el 11 de julio de 1993, ha sido posible arribar a algunas
consideraciones, que se exponen a continuaci\n.
4.1. TIPO DE VIVIENDA
El Censo de 1993 en el departamento
de Arequipa registr\
un total de 216,371 viviendas particulares, de las cuales, 183,515
fueron empadronadas con ocupantes presentes, en tJrminos
relativos representa el 84,8%. De este total de viviendas de 1993,
comparadas con las 151,424 de 1981, significa una tasa de crecimiento
medio anual intercensal de 3,0%. En tJrminos
absolutos el incremento es de 64,947 viviendas en el dltimo
perRodo
intercensal. El promedio de habitantes por vivienda a nivel departamental
es de 5 personas.
Resalta entre los Tipos de Vivienda
existentes en Arequipa, la disminuci\n
de la participaci\n
relativa de las viviendas en quinta y en casa de vecindad y el
incremento de la importancia porcentual de las viviendas improvisadas
en el perRodo
intercensal 1981-1993, hace 12 aZos
representaba el 0,9% y en 1993 sube a 4,0%.
Segdn
<rea
urbana y rural se advierten caracterRsticas
diferenciadas en los tipos de vivienda. Siendo las independientes
las que predominan en ambas <reas,
aunque obviamente, con estructuras y materiales de construcci\n
diferentes. Sin embargo, tanto en el <rea
urbana como rural este tipo de vivienda sufre cambios significativos
para 1993. AsR
en el <rea
urbana se observa un incremento de 4,7 puntos porcentuales en
relaci\n
a 1981, en tanto que para el <rea
rural su comportamiento muestra una disminuci\n
significativa de 15.1 puntos porcentuales en el dltimo
perRodo
intercensal.
En el <rea
rural, las chozas o cabaZas
se han incrementado de manera significativa, pasando en tJrminos
relativos, de 0,3% en 1981 a 14,5%, respecto al total de viviendas
rurales de 1993.