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MORTALIDAD INFANTIL Y EN LA NIÑEZ
Estos datos permiten calcular, para períodos
determinados, las siguientes probabilidades de morir:
Al igual que las otras variables demográficas,
la mortalidad está sujeta a errores de declaración.
La confiabilidad de las estimaciones de la mortalidad depende
de los niveles de omisión de hijos que han fallecido al
poco tiempo de nacer, especialmente cuando la defunción
ha ocurrido bastante tiempo antes de la encuesta. Es importante,
de igual manera, la calidad diferencial de la declaración
de las fechas de nacimiento de hijos sobrevivientes e hijos muertos.
Otro error que puede ocurrir es la declaración errónea
de la edad al morir o de la fecha de defunción del hijo.
En encuestas de otros países se ha observado una tendencia
en las madres a redondear hacia "un año" (12
meses) como edad del hijo al morir, aún cuando el niño
hubiera fallecido no exactamente a los 12 meses sino en meses
próximos a esa edad. Este redondeo hace que en el mes
12 se produzca una gran concentración de defunciones.
Cuando el traslado de las muertes ocurridas a los 10 u 11 meses
de vida, hacia el año, es grande, se origina una subestimación
de la mortalidad infantil y la sobre estimación de la mortalidad
de la niñez. En el caso de la ENDES 1996 y al igual
que en la ENDES 1991-1992 no hay evidencias significativas
de desplazamientos de edades al fallecer de menores de un año
hacia los doce meses o más en las declaraciones referidas
a los 5 años anteriores a la encuesta.
Diferenciales de la Mortalidad Infantil y en la
Niñez
Para el análisis de los diferenciales de
la mortalidad es recomendable ampliar el período de referencia
hacia los 10 años anteriores a la encuesta, debido a que
si bien el tamaño de la muestra puede ser suficiente para
proporcionar estimaciones confiables para un período de
5 años en algunas de las características estudiadas,
aún así varias de las estimaciones siguen siendo
débiles. Por esta razón, las cifras que se presentan
en el Cuadro 7.1 y 7.2 deben ser tomadas sólo como indicativas
de los desniveles existentes entre los diversos grupos socio-demográficos
analizados.
Mortalidad infantil por características
demográficas.
Cuando se analizan los resultados por edad de la
madre se encuentra el tradicional comportamiento: alto riesgo
de mortalidad para niños de madres jóvenes, los
menores riesgos para aquellos cuyas madres tienen entre 20 y 39
años y, luego, aumento importante de los riesgos con la
edad. El riesgo de mortalidad infantil es alto para los niños
de madres adolescentes (51 por mil) pero es más alto cuando
la madre tiene entre 40 y 49 años de edad (115 por mil).
Este último es 137 por ciento más alto que el riesgo
de mortalidad de los niños de madres con edad entre 20
a 29 años (49 por mil).
Igualmente, los riesgos aumentan rápidamente
con el número de orden de los nacimientos. Cuando el nacimiento
es de cuarto o de sexto orden, el riesgo de muerte durante el
primer año es un 82 por ciento mayor que el riesgo de un
nacimiento que sea el primero (59 versus 32 por mil). Y el riesgo
se convierte en casi el doble cuando el nacimiento es de séptimo
o de mayor orden. En estos casos, el nivel de mortalidad es de
62 defunciones de menores de un año por cada mil nacidos
vivos.
El análisis de los resultados por la duración
del período intergenésico permite apreciar otro
aspecto en el que se vinculan estrechamente la fecundidad y la
mortalidad infantil. Cuando el intervalo intergenésico
es corto, es poco el tiempo que la madre puede dispensar para
el cuidado del hijo, fomentando inclusive una corta lactancia
que afecta la nutrición del niño. Los resultados
confirman que el riesgo de muerte es mayor cuando el período
intergenésico es menor a dos años (86 por mil).
Este riesgo de mortalidad es casi tres veces mayor que el observado
cuando el intervalo intergenésico es de por lo menos cuatro
años (29 por mil).
Cuando el tamaño del niño al nacer
fue pequeño, su probabilidad de morir antes de cumplir
su primer año de vida es casi el doble que la de los niños
con el peso promedio (34 versus 54 por mil).
Como era de esperar, la tasa de mortalidad infantil
de los niños es mayor que la de las niñas (56 versus
43 por mil). Los diferenciales de mortalidad se incrementan según
la edad de la madre, al orden del nacimiento del niño y
la amplitud del tiempo transcurrido entre un nacimiento y otro.
Las madres que no tuvieron un cuidado prenatal
periódico (visitas al especialista) antes del parto presentan
una tasa de mortalidad infantil de 55 por mil, a diferencia de
las madres que si lo hicieron y que sólo presentan una
tasa de 15 por mil.
Mortalidad infantil por lugar de residencia y
nivel de educación
Al igual que en encuestas anteriores, los resultados
de la ENDES 1996 corroboran que uno de los factores más
importantes en la generación de diferenciales en la mortalidad
infantil es el nivel de educación de las madres. Los niños
de madres sin educación presentan un riesgo de mortalidad
infantil (47 por mil) 1vez y media mayor al de los niños
de madres con educación superior (31 por mil).
Según el lugar de residencia, los mayores
niveles de mortalidad infantil se presentan en el área
rural (65 por mil nacidos vivos), contra los 36 por mil nacidos
vivos en el área urbana.
Grupos de Alto Riesgo Reproductivo
Con el fin de sintetizar los diversos aspectos antes
presentados, el estudio de la mortalidad también puede
emprenderse a través de las categorías de alto riesgo
de mortalidad en la población, no sólo desde el
punto de vista de los niños nacidos vivos, sino también
desde el
punto de vista del grupo de mujeres cuyos hijos se
encuentran en categorías de riesgo de mortalidad en el
futuro. El Cuadro 7.2 contiene el porcentaje de niños
nacidos en los últimos cinco años en grupos de alto
riesgo de mortalidad, y el porcentaje de mujeres en unión
en riesgo de concebir un niño con alto riesgo de mortalidad,
según categorías de riesgo. La razón de
riesgo en la segunda columna del Cuadro 7.2 se define como el
cociente de (1) la proporción de niños muertos entre
aquellos nacidos en una categoría específica de
riesgo, y (2) la proporción de niños muertos entre
aquellos nacidos a mujeres en ninguna categoría de riesgo
elevado. Los primeros nacimientos a mujeres mayores de 18-34 años
constituyen una categoría especial de riesgo no evitable.
Normalmente se consideran como de riesgo elevado
los nacimientos que ocurren en las siguientes condiciones:
× La madre tiene menos de 18 años al momento del nacimiento;
× La madre tiene más de 34 años al momento del nacimiento;
× El intervalo intergenésico es menos de 24 meses;
×
El orden del nacimiento es mayor de 3.
Tomando en cuenta estos grupos se construyen categorías
especiales de riesgo combinando dos o más de ellos. Por
otro lado, las mujeres se asignan a una categoría dada
dependiendo de la situación en que se encontrarían
en el momento del nacimiento del niño si éste fuese
concebido en el mes de la entrevista: edad actual menor de 17
años y 2 meses; edad actual mayor de 34 años y 3
meses; el nacimiento anterior ocurrió hace menos de 15
meses; el nacimiento anterior fué de orden 3 o superior.
Categorías de alto riesgo reproductivo
Cerca de dos tercios (64%) de los nacimientos de los últimos cinco años ocurrieron en alguna condición de alto riesgo reproductivo. Estos niños, en promedio, tendrían más del triple de riesgo de morir en el primer año de vida con respecto a los hijos de madres en ninguna categoría de riesgo elevado.
Dos categorías, aquellos nacimientos de
orden nacimiento 3 y mayor (25%) e intervalo de nacimiento menor
de 24 meses (9%), concentran el 33 por ciento de los nacimientos.
Otro 10% de nacimientos se consideran de alto riesgo por ser de
orden mayor de 3 a madres que tienen 35 o más años.
Y un 8% adicional por ser de intervalo menor de 24 meses y orden
mayor de 3 .
Algunas categorías de riesgo contienen
una proporción reducida de nacimientos pero la razón
de riesgo de mortalidad es elevada: los nacimientos de orden
3 y mayor que ocurrieron con intervalos de menos de 24 meses tienen
riesgos de mortalidad 5 veces mayor que nacimientos en ninguna
categoría de riesgo, si bien solo representan el 8 por
ciento del total. Si al orden alto y el intervalo corto se agrega
la edad de la madre 35 años y más (2% del total
de nacimientos), la razón de riesgo se eleva al 7por ciento.
El 66 por ciento de las mujeres actualmente unidas
están en posibilidades de concebir hijos con alto riesgo
de reproductivo. Un 16% de las mujeres están a riesgo elevado
por haber concebido nacimientos de orden mayor de 3 y un 22 por
ciento de la mujeres unidas están en riesgo por tener 35
años o más y haber tenido tres o más hijos.