Durante mucho tiempo, los administradores de programas
de planificación familiar se preocuparon únicamente
por las mujeres que deseaban limitar la fecundidad, prestando
muy poca atención a aquéllas que deseaban espaciar
los nacimientos. Se reconoce ya que hay un grupo grande de mujeres
que quieren espaciar, especialmente si se tiene en cuenta que
los nacimientos muy seguidos inciden en la salud y bienestar de
los hijos. Por lo tanto en la ENDES 1996 se ha
preguntado a aquellas mujeres que deseaban más hijos, cuánto
tiempo les gustaría esperar para tener otro (o tener el
primero para aquéllas sin hijos). Específicamente,
a las nulíparas se les preguntó si deseaban tener
hijos; al resto, si deseaban más hijos. A aquéllas
que deseaban más hijos se les preguntaba sobre cuánto
tiempo deseaban esperar para tener el próximo. El análisis
detallado de la información, junto con los datos referentes
al uso o no de anticonceptivos, permite estudiar la necesidad
insatisfecha de planificación familiar tanto para espaciar
la descendencia, como para limitarla.
La distribución de las mujeres en unión
de acuerdo con el deseo o no de más hijos se presenta en
el Cuadro 6.1 por número de hijos sobrevivientes. La misma,
pero por grupos de edad se presenta en el Cuadro 6.2.
Preferencias de fecundidad por número de
hijos sobrevivientes
- En el departamento de Apurimac, casi el 76 por
ciento de las mujeres en unión indicaron su deseo de no
tener más hijos en el futuro. Si se agregan las usuarias
de esterilización, dicha proporción asciende al
82 por ciento.
- El deseo de no tener más hijos aumenta
rápidamente con la paridez. Desde el 35 por ciento en las
mujeres que tienen un hijo hasta más del 90 por ciento
entre las que tienen 4 o más hijos sobrevivientes.
- Si se agregan las mujeres esterilizadas a quienes
no desean más hijos, alrededor de nueve de cada diez entrevistadas
con cuatro o más hijos no desearían tener más.
- Menos del 5 por ciento de entrevistadas desean
tener un hijo dentro de los próximos dos años. El
deseo de tener hijos pronto disminuye al 1 por ciento entre las
que ya tienen 3 hijos.
- Un 10 por ciento de las mujeres desean tener
un hijo después de dos años. En esta población
dicho deseo se dá en mayor proporción entre las
que tienen un hijo (51%). Luego, disminuye a menos del 10 por
ciento entre las que tienen 3 hijos.

Preferencias de fecundidad por edad
- La proporción de mujeres que no desean
tener más hijos aumenta rápidamente con la edad,
desde un 63 por ciento entre las mujeres de 20 a 24 años
hasta aproximadamente el 80 por ciento a partir de los 30 años.
Si se incluyen las esterilizadas, alrededor de nueve de cada diez
mujeres de 35 o más años no desearían más
hijos.
- Por otro lado, la proporción de mujeres
que desean tener un hijo pronto (dentro de los próximos
dos años), es ligeramente mayor entre las mujeres de 25
a 34 años de edad, del orden del 5 por ciento. Entre las
mujeres de 35 a 39 años dicha proporción es menos
del 3 por ciento.
- Si bien apenas el 4 por ciento de las mujeres
de 20 a 24 años expresaron el deseo de tener un hijo pronto,
el 27 por ciento desea esperar dos años o más. Después
de los 25 años, la proporción disminuye rápidamente
con la edad.

Los porcentajes de mujeres que no desean más
hijos o que están esterilizadas se presentan en el Cuadro
6.3 de acuerdo al nivel de paridez según región,
área de residencia y nivel de instrucción.
Mujeres que no desean más hijos por características
sociodemográficas
- En Apurimac, la mayoría de las mujeres
(82 por ciento) no desean tener más hijos. Sin embargo,
este deseo es mayor entre las mujeres del área rural (85%)
que entre las del área urbana (74%).
- Las mayores diferencias entre subgrupos poblacionales
se encuentran según el nivel de educación de las
mujeres en unión, la misma que es de 35 puntos porcentuales
entre las mujeres sin educación y las que tienen educación
superior (94 y 59 por ciento respectivamente). La mayor diferencia
se encuentra entre las nulíparas (50% vs 0%).
- De igual forma, es menor el deseo de no tener
hijos entre las mujeres con estudios superiores, sin hijos o con
uno, porque ellas postergaron su ingreso a la unión marital
y en su oportunidad estarían deseando tener un hijo, dado
que son relativamente menos jóvenes que las mujeres sin
educación.