Empleo

     A nivel de todo el pa¡s, el desempleo es un  problema  que  caracteriza 
m s a la poblaci¢n no pobre que a la afectada por la pobreza. En efecto, tal 
como se observa en el Cuadro N§ 17,  la poblaci¢n  econ¢micamente  activa de 
6 a¤os y m s con NBS alcanza una tasa de desempleo de 7.6% a nivel nacional, 
mientras  que  para  la  poblaci¢n  con NBI es de 7.0%, correspondi‚ndole al 
grupo en miseria una tasa muy parecida de 7.1%. Estos valores registrados en 
1993 son  significativamente superiores  a los obtenidos con datos del Censo 
1981 donde la tasa de desempleo para estos mismos grupos fue de 4.9%, 3.8% y 
3.1%, respectivamente (PNUD-INP, 1990).

     En  el  mercado  laboral  urbano  las  posibilidades  de  una inserci¢n 
adecuada  por  parte  de la poblaci¢n en pobreza son al parecer de una mayor 
dificultad. Adem s de exhibir niveles de desempleo bastante preocupantes, en 
las  ciudades del pa¡s los grupos en pobreza ven su situaci¢n m s complicada 
ya que, mientras la poblaci¢n con NBS tiene niveles de desempleo de 7.9%, el
grupo  con  NBI  alcanza  una  tasa de 10.1% y los en miseria de 11.4%. Esta 
diferenciaci¢n entre no pobres y pobres que se registra en 1993 es mucho m s 
marcada  que  la  obtenida  para  estos mismos grupos a nivel urbano con los 
datos del Censo 1981,  donde  las  tasas de desempleo fueron de 5.1%, 5.7% y 
5.4%, respectivamente (PNUD-INP, 1990).

     En  el   mbito  rural es conocido el hecho de que el nivel de empleo es 
mucho  mayor  respecto  al   rea urbana y que el trabajo se constituye en el 
principal,  y  a  menudo  el £nico, medio de sobrevivencia sobre todo de los 
pobres. En el mismo  Cuadro N§ 17  las tasas de desempleo para el  rea rural 
muestran una estructura similar a las ya se¤aladas del  mbito urbano, aunque 
sus niveles   son casi la tercera parte de la observada en las ciudades para 
los grupos socio-econ¢micos considerados. As¡ se tiene que para el grupo con 
NBS la tasa de desempleo es de 2.8%, de 3.7% para NBI y 4.3% para los que se 
encuentran  en  miseria.  Tambi‚n  en este caso, las magnitudes anotadas son 
mayores  a  las observadas para estos grupos a nivel rural con los datos del 
Censo  1981,  donde  alcanzaron  al   2.7%,  2.3%  y   2.3%  respectivamente
(PNUD-INP, 1990).

     Aunque  en  el  Censo  1993  no se registran datos sobre ingresos de la 
poblaci¢n, se espera  que  ‚stos sean superiores en el medio urbano respecto 
al rural, por  lo  que  en  la  ciudad  se  tendr¡an  m s  posibilidades  de
satisfacci¢n de las necesidades b sicas, adem s de mayor capacidad de ahorro 
que  permita  afrontar  una  situaci¢n de carencias derivadas del desempleo.  
Adem s, se conoce que el menor ingreso rural se debe a las diferencias en la 
productividad  con  el  sector  urbano reflejada en una relaci¢n negativa de 
precios entre el trabajo rural y el urbano.  Esto  puede  explicar el que la 
tasa de desempleo urbano (8.7%) sea mayor que en el medio rural (3.6%),  sin 
que  esta  situaci¢n  genere  flujos  migratorios  en sentido contrario.  La 
migraci¢n del campo a la ciudad se mantiene por las expectativas de un mayor 
ingreso  monetario  y por la posibilidad de ingresos adicionales de car cter 
no  monetario  v¡a  servicios  de  educaci¢n  y  salud,  y  no  se revierten 
suficientemente a pesar de que en la ciudad las posibilidads de inserci¢n en 
el  mercado  formal  son  muy limitadas, como lo demuestra el alto desempleo
urbano.

     Otra  caracter¡stica  de  la  pobreza  vinculada  a las condiciones del 
mercado  laboral  es  la  baja  proporci¢n de personas que participan en las 
actividades  econ¢micas.  Como se observa en el  mismo Cuadro N§ 17, la tasa 
global  de  participaci¢n  para  la  poblaci¢n  con  NBS  es  de 42.6%, pero 
desciende  a  35.8%  en  la  poblaci¢n  con NBI y a 32.7% si se trata de las 
personas en situaci¢n de  miseria.  Esta misma distribuci¢n se repite en las 
 reas urbana y rural.

TASAS DE DEPENDENCIA, DE PARTICIPACION Y DE DESEMPLEO EN LA POBLACION CON 
NECESIDADES BASICAS SATISFECHAS, INSATISFECHAS Y EN MISERIA, SEGUN AREAS 
URBANA Y RURAL - 1993                 

ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿
³   TOTAL Y AREAS   ³    Tasa de    ³        Tasa Global de        ³   Tasa    ³
³        DE         ³  Dependencia  ³         Participaci¢n        ³    de     ³
³     RESIDENCIA    ³ (por persona  ÃÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ´ Desempleo ³
³                   ³    ocupada)   ³ Total  ³  Hombres ³  Mujeres ³           ³
ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ
 TOTAL REPUBLICA           2.3         38.9       55.2       23.1        7.3    
     CON NBS               1.9         42.6       57.1       29.0        7.6    
     CON NBI               2.7         35.8       53.7       18.1        7.0    
     EN MISERIA            3.1         32.7       50.4       15.1        7.1    
                                                                               
    URBANA                 2.2         39.7       54.5       25.7        8.7    
     CON NBS               1.9         42.6       56.6       29.6        7.9    
     CON NBI               2.8         35.4       51.5       19.9       10.1    
     EN MISERIA            3.4         32.1       48.1       16.7       11.4    
                                                                               
    RURAL                  2.5         36.9       56.9       16.4        3.6    
     CON NBS               1.9         42.2       63.3       19.9        2.8    
     CON NBI               2.5         36.3       56.1       16.0        3.7    
     EN MISERIA            3.0         33.1       51.8       14.0        4.3    
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 Fuente: INEI
 Elaboraci¢n: Propia                                                                                         

     Donde  se  presentan  desiguales niveles de esta tasa es al comparar la 
participaci¢n  de  hombres  y  mujeres  en  el  mercado laboral. En t‚rminos 
generales,  no  s¢lo  la  participaci¢n  femenina es mucho menor sino que, a 
medida  que  la  pobreza aumenta, la participaci¢n de la mujer en el mercado 
laboral es mucho menor, casi la tercera parte de la  participaci¢n masculina 
(53.7% para los hombres  y 18.1% para  las mujeres, en el caso del grupo con 
NBI,  y  50.4%  en  hombres  y 15.1% en mujeres en situaci¢n de miseria). La 
mayor  participaci¢n  de  las  mujeres  la alcanzan las no pobres en el  rea 
urbana  (29.6%)en cambio los hombres lo hacen en el grupo no pobre del medio 
rural (63.3%).

     No  obstante  que  las  cifras  censales  muchas  veces   no  registran 
adecuadamente  la  participaci¢n  decisiva  de  las  mujeres en la actividad 
agropecuaria  y  que  a  nivel  urbano  la  organizaci¢n  social  y familiar 
condicionan  y retienen a la mujer en el hogar, es posible afirmar que en la 
actualidad la participaci¢n de la mujer en la actividad laboral es mayor que 
la observada a comienzos de la d‚cada anterior.  En efecto,  en 1993 la tasa 
global de participaci¢n femenina para el grupo con NBS es de 29.6%,  con NBI 
de  18.1%  y  en miseria 15.1%, niveles superiores a los registrados en 1981 
que ascienden a 22.8%, 13.6% y 11.7%, respectivamente (PNUD-INP,1990).

     Adem s  de  las  dificultades  ya  se¤aladas que tienen los pobres para 
insertarse adecuadamente en el mercado laboral,  las  posibilidades de salir 
de esta situaci¢n y aumentar sostenidamente su capacidad para satisfacer sus 
necesidades b sicas, se ven limitadas, y en algunos casos reducidas,  cuando 
se  observan  las  tasas  de  dependencia  por  persona  ocupada. As¡, en el 
Cuadro N§ 17 se  muestra  que  la dependencia econ¢mica aumenta junto con la 
pobreza, de 1.9 personas en la poblaci¢n con NBS a 2.7 en el grupo con NBI y 
3.1 cuando se trata de la poblaci¢n en miseria. Este mismo comportamiento se 
observa para el caso de las familias urbanas y rurales.

     Sin  embargo,  los  cambios  en  el  comportamiento  reproductivo de la 
poblaci¢n y la reducci¢n  de las tasas de fecundidad han posibilitado que en 
los  £ltimos  diez  a¤os  la  tasa  de  dependencia  muestre tendencias a la 
reducci¢n,  ya que en 1981 tuvieron niveles superiores, de 3.6 personas para 
NBS,  5.1 para  el  grupo  con  NBI  y  5.9  para  los  hogares  en  miseria 
(PNUD-INP, 1990).

     En  el  Cuadro  No. 8 del Anexo Estad¡stico se dispone de informaci¢n a 
nivel  departamental  y  para  las   reas   urbana   y   rural,  acerca  del 
comportamiento de las variables de empleo ya se¤aladas.