1.  LA SALUD REPRODUCTIVA Y LA POBREZA: CONCEPTOS Y
     LA SITUACION ACTUAL EN EL PAIS

1.1 Evolución del Concepto sobre Salud Reproductiva

El concepto de salud reproductiva ha evolucionado en muchos sentidos ya no se refiere solamente a la planificación familiar, como se entendía en los años sesenta, sino ahora tiene un significado más amplio que rebasa la esfera biológica y cuestiona a los valores, la cultura y la realización personal de cada ser humano

En el plano personal, la salud reproductiva se refiere a todo el ciclo vital que empieza antes de la concepción, incluye la educación a temprana edad, abarca el desarrollo del adolescente, pasa por la fecundidad y la reproducción hasta la menopausia en la mujer y, en el hombre hasta la andropausia.

En el plano colectivo, es parte del desarrollo de un país y se basa en los derechos y deberes humanos y sociales. Incluye la planificación de la familia, la educación sexual, la maternidad sin riesgos, el control de enfermedades de transmisión sexual, las complicaciones del aborto en condiciones de riesgo, la incorporación de la perspectiva de género y la atención de todas las necesidades relacionadas con la reproducción humana (OPS, 1998).

El concepto de salud reproductiva en los servicios de salud también ha evolucionado, así en los años sesenta y setenta, los servicios de planificación familiar estaban dirigidos casi exclusivamente a las mujeres en edad fértil. En los años ochenta en diversos lugares la planificación familiar se integró a los servicios tradicionales de salud materno infantil, que se concentraban principalmente en el embarazo, el parto y la atención perinatal. El movimiento feminista aportó la idea de la libertad de elegir sobre el tamaño y espaciamiento de los hijos y en algunos países se incluyó el derecho a los servicios del aborto.

En ese período, asimismo se empezó a reconocer que los adolescentes se encontraban en riesgo debido a su falta de conocimientos de la sexualidad humana y que los servicios de salud reproductiva y la escuela deberían impartirles información para optar por un comportamiento responsable.

En los años noventa, la orientación de las acciones de los programas de salud reproductiva se han dirigido hacia la persona dando énfasis a los derechos humanos y en los servicios se ha considerado cada vez más la perspectiva de género. Además se ha documentado ampliamente la necesidad de integrar la salud reproductiva con otros aspectos del desarrollo humano, como la educación, la nutrición, el trabajo y la independencia cultural y económica.

En 1994, la realización de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) permitió a los países llegar a un acuerdo, después de controvertidas discusiones sobre la definición de salud reproductiva; tomando como punto de partida los aportes de la OMS, se preciso así:

"La salud reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social y no de mera ausencia de enfermedades y dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos. En consecuencia, la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar una vida sexual satisfactoria y sin riesgos de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no, cuándo y con qué frecuencia. Estas últimas condiciones llevan implícito el derecho de todas las personas de obtener información de todos los métodos de regulación de la fecundidad y recibir los servicios adecuados de atención de salud que les permitan tener los embarazos, partos sin riesgos y tener hijos sanos".

El concepto elaborado en la CIPD ha seguido desarrollándose y fue ratificado en la Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing (1995).