LA MORTALIDAD

     Se cuenta con dos  formas  de  medición  de  la  mortalidad,  que
expresadas como indicadores de tasa de mortalidad infantil y esperanza
de  vida al nacer, sintetizan el riesgo de muerte en el primer año que
se espera viviría una persona recién nacida, respectivamente.

     La esperanza de vida era de 43.9 años en el  quinquenio 1950-1955
y el mayor incremento en los niveles de sobrevivencia se alcanzó en la
década comprendida entre 1965-1975, período en el cual la esperanza de
vida aumentó anualmente en 0.8 años. En el  quinquenio  1990-1995,  el
promedio  nacional  de la esperanza de vida fue de 66.7 años, el mismo
que al distinguirse por sexo, fue de 64.4 años para los hombres y 69.2
años  para las mujeres y, por área, en 70.3 años para la urbana y 61.1
años para la rural.

     Las  acciones  tendientes  a  reducir  las  tasas  de  mortalidad
infantil fueron las que mayor éxito lograron en el país,  lo  cual  es
observado en la caída desde 158.6 por mil en el quinquenio 1950-1955 a
55.5 por mil en quinquenio 1990-1995. Descenso que fue  más  acentuado
en  el  área  urbana,  de  94.4 por mil a 43.3 por mil, que en el área
rural, en la cual dicha tasa pasó de 129.2 por mil  a  73.0  por  mil,
respectivamente,  en  el  período  comprendido  entre  los quinquenios
1970-1975 y 1990-1995. Gráfico 1.2.

     Las proyecciones de la esperanza  de  vida  al  nacer  determinan
mejoras  anuales  cada vez más pequeñas. Para el quinquenio 1995-2000,
la esperanza de vida para ambos sexos, bordeará los 68 años y  llegará
a  casi 75 años durante el quinquenio 2020-2025. La diferencia de años
de vida, en favor de la mujer, se incrementará de 4.9 a 5.6 años y, la
brecha  entre  las  esperanzas  de  vida  por  área, que favorece a la
urbana, se reducirá desde 8.1 a 4.4. años, durante el período compren-
dido entre los quinquenios 1995-2000 y 2020-2025.
     
     Por su lado, la tasa de mortalidad infantil para ambos sexos,  se
reducirá de 45.0 por mil en el quinquenio 1995-2000 a 21.5 por mil, en
el quinquenio 2020-2025; descenso que será más acentuado  en  el  área
urbana,  al  pasar  de  36.0  a  16.5  por  mil, durante el período de
proyección.