1.2 Componentes del crecimiento demogr+fico

     Fecundidad

     La reducción de la tasa de crecimiento demogr+fico se debe principal-
     mente a la caída de los niveles de fecundidad -explicada por la prác-
     tica  anticonceptiva más que por cambios significativos en la edad  a
     la  primera unión- desde fines de la década de los años 60,  habiendo
     disminuido el promedio de hijos por mujer de  6.0  en  el  quinquenio
     1970-1975 a 4.3 en 1986, a 4.0 en 1991 y a 3.5 en 1996.
     Esta disminución del tamaño medio de la familia es  básicamente  pro-
     ducto de la serie de transformaciones socioeconómicas que ha ocurrido
     en el país  y que ha contribuido a consolidar la  aspiración  de  una
     familia  pequeña,  más acorde con las exigencias actuales. A pesar de
     los  cambios, el  Perú es el cuarto  país  con fecundidad más alta en
     América del  Sur después  de  Bolivia (4.8), Paraguay (4.5) y Ecuador
     (3.6) y lejos aún del nivel alcanzado hace ya algunos años por  Chile
     y Uruguay cuyo promedio de hijos por mujer es de 2.5 y  2.3,  respec-
     tivamente.


                    NIVELES DE LA FECUNDIDAD EN PAISES
                             DE AMERICA DEL SUR

                    +---------------+---------------------+
                    |     PAISES    |  TGF (Hijos/Mujer)  | 
                    +---------------+---------------------+

                     América del Sur            3,0

                     Bolivia                    4,8
                     Paraguay                   4,5
                     Ecuador                    3,6
                     Perú                       3,5
                     Venezuela                  3,1
                     Colombia                   3,0
                     Brasil                     2,8
                     Argentina                  2,7
                     Chile                      2,5
                     Uruguay                    2,3
                     ----------------------------------------
                     FUENTE: Population Reference Bureau, 1996
     

     El descenso  de la fecundidad no ha sido homogéneo en el país, por el
     contrario, empezó y se consolidó en las áreas  urbanas  -principalmen
     te en la Costa-   aumentando la brecha urbano-rural. Así, en 1986 una
     mujer urbana tenía en promedio 3.5 hijos, casi tres hijos menos  (80%
     en  cifras  relativas)  que  su  contraparte rural que tenía 6.3. Una
     década  más tarde el  promedio  de hijos (2.8) de las mujeres urbanas
     es la mitad (5,6) que el de las rurales.


                      PERU: FECUNDIDAD POR REGION NATURAL
                                  (Hijos/Mujer)
                    +---------+--------+---------+---------+
                    | REGION  |  ENDES |  ENDES  |  ENDES  |
                    | NATURAL |  1986  | 1991-92 |   1996  | 
                    +---------+--------+---------+---------+ 
                        TOTAL       4,3       4,0       3,5

                      Lima Metro    2,5       2,5       2,5
                      Resto Cost    3,8       3,3       2,9
                      Sierra        5,4       4,9       4,6
                      Selva         6,0       5,1       4,7
                     --------------------------------------
                     FUENTE: INEI-ENDES 1996
               
     La disminución más importante ocurrió en las grandes ciudades,  prin-
     cipalmente en Lima-Metropolitana donde el promedio de hijos por mujer
     (2.5) es el  más bajo que en cualquier otra  parte  del país, no obs-
     tante  haberse mantenido constante a lo largo de la última década. En
     el Resto de Costa, el promedio de hijos por mujer es casi 3, mientras
     que  en  la Sierra y Selva es 4.6 y 4.7, respectivamente. De modo que
     el  nivel de la  fecundidad  en la capital es inferior en casi 30% al
     del promedio nacional, en 14% al del Resto de Costa y en 47% a los de
     la Sierra y Selva.
     En los últimos 10 años, excepto en Lima donde la fecundidad se mantu-
     vo constante,  en  el Resto  de Costa  y en la Selva se redujo en una
     quinta parte y en la Sierra en 15%. Como consecuencia,  los  departa-
     mentos  con  mayor  nivel  de fecundidad -más de 5 hijos en promedio-
     son los de Sierra; mientras que los de menor nivel  -menos de 3 hijos
     en promedio- son los de Costa.

     La fecundidad de las adolescentes de 15 a 19 años se ha mantenido in-
     variable  en la última década, mientras que la de las mujeres mayores
     de 35 años se ha reducido  prácticamente  a la mitad. Como resultado,
     en los últimos 10 años, la contribución de las adolescentes a la  fe-
     cundidad total ha subido de 9.6% a 10.6%. Si a este grupo  se  agrega
     las de 20 a 24 años, se tiene que el 36% de los nacimientos del  país
     ocurre de jóvenes de 15 a 24 años.

     Actualmente, del  total de adolescentes de 15 a 19 años, cerca de 175
     mil,es decir, el 13.4% ya es madre o está embarazada por primera vez.
     Respecto  a 1991, el  número absoluto  de madres  adolescentes  o  de
     adolescentes embarazadas se ha incrementado en 16 mil, aunque en tér-
     minos relativos se ha mantenido la proporción.  El incremento  merece
     mucha atención, sobre todo  si  se tiene en  cuenta que  el grupo más
     afectado son las menos educadas.

                      PERU: FECUNDIDAD DE ADOLESCENTES
                               (15 A 19 Años)
               +--------------+--------------+--------------+
               | ADOLESCENTES |     1991     |      1996    |
               |              |  Miles    %  |   Miles    % |
               +--------------+--------------+--------------+     
               MADRES             127   10,7     142   10,9
               EMBARAZADAS         32    2,7      33    2,5

               TOTAL              159   13,4     175   13,4
              ----------------------------------------------
              FUENTE: INEI-ENDES 1996
                                              
                            
     En 1996, entre  las adolescentes iletradas más de la mitad (55.5%) ya
     era madre o estaba embrazada por primera vez, versus  el  2,4%  entre
     adolescentes con educación  superior. Esto  revela la  precariedad  y
     desventaja socio-económica  y de carencia de oportunidades en la  que
     se desenvuelve la vida de las jóvenes sin educación respecto  de  sus
     pares que tienen el privilegio de haber estudiado algún año del ciclo
     superior de estudios.

     Mortalidad

     La mortalidad, segundo componente del crecimiento  de  la  población,
     ha  venido  descendiendo desde hace casi cinco d‚cadas originando  un
     incremento  en  la  esperanza  de vida al  nacimiento  de  44 años en
     los años cincuenta  a 67 años en 1997. La tendencia de los niveles de
     la mortalidad tiene mucho  que ver con el control de las enfermedades
     epidémicas,  con  la mayor  cobertura  de  los  servicios públicos de
     salud, con  la  expansión de los servicios privados de salud y con la
     implementación de estrategias preventivas de salud.

     Tampoco la disminución de  la mortalidad ha  sido homog‚nea en el te-
     rritorio observ ndose diferencias muy marcadas por áreas  y  regiones
     naturales, adem s de  las usuales diferencias que se suele  encontrar
     por nivel educativo, por estrato económico y por género.

     Por regiones naturales, las diferencias  también  son importantes. En
     general, el nivel  de la  mortalidad de Lima Metropolitana es el  más
     bajo del país mientras que el más alto es el de la sierra .

     La  esperanza de vida  en el área urbana aumentó de 60 años en 1970 a
     71 años  en 1997. Mientras  que en área  rural  pasó  de 51 a 63 años
     entre  las mismas fechas. En consecuencia, la  duración  de  la  vida
     humana  en  las ciudades  es actualmente 8 años más elevada que en el
     campo.
     
     En  este  contexto de descenso de la mortalidad general, la reducción
     de la mortalidad en la niñez e infantil  ha sido impresionante.  Dis-
     minuyó a la tercera parte  entre  1950 y 1996 al bajar la  frecuencia
     de muertes de menores de un año de 159 por mil nacidos vivos a 43 por
     mil. La tasa de mortalidad infantil actual es 25% más baja que la es-
     timada para el período 1986-1991 (57 por mil).
     Como en el caso de otros indicadores  demográficos  las  brechas  por
     áreas  son  enormes. En  efecto, la  mortalidad  infantil  en el  rea
     urbana es 35 por mil, es decir, menos de  la  mitad  que  en  el  rea
     rural  (71 por mil). Del  mismo modo, respecto  a Lima-Metropolitana-
     donde 23 niños de cada mil nacidos vivos mueren antes de  cumplir  el
     primer año- la probabilidad que un niño muera  es  5  veces mayor  en
     Huancavelica (109 por mil)  y  3  veces  más  elevada en Puno, Cusco,
     Apurímac, Ayacucho y Pasco.  En  general,  exceptuando  Tacna, Lamba-
     yeque, Ica, Madre de Dios, Ancash y La  Libertad, los  niños  de  los
     otros departamentos tienen un riesgo de mortalidad  dos  veces  mayor
     que los de Lima.
     Por regiones naturales, el riesgo de morir en el  primer  año  en  el
     Resto de Costa (41 por mil) es el doble que en Lima  (23 por mil), en
     la Sierra es tres veces más elevado (69 por mil) y en la Selva es 2.2
     veces más (52 por mil).

     Abundan las evidencias que uno de los factores  más  importantes  que
     explican los diferentes niveles de  mortalidad  infantil es la educa-
     ción de las madres. Los hijos de mujeres sin educación  presentan  un
     riesgo de mortalidad infantil  (79 por mil) 3  veces  mayor  que  los
     hijos de madres con educación superior (26 por mil).

     Migración Internacional

     Hasta la segunda mitad de la década de los años setenta, la población
     peruana fue catalogada como una población  cerrada  cuyo  crecimiento
     demográfico era resultado de la diferencia entre  los  nacimientos  y
     las muertes, porque la salida de peruanos al exterior  se  compensaba
     con la llegada de extranjeros al Perú, dando como resultado un  saldo
     migratorio negativo. Pero a fines de los setenta,  y  particularmente
     en la década de los ochenta, a los dos componentes  clásicos  (fecun-
     didad y mortalidad) del crecimiento de la población nacional se sumó,
     por primera vez en la historia, la migración internacional.

     En efecto, por esa ‚poca, las condiciones económicas  llegaron  a  un
     nivel crítico de  deterioro  agravado por  la incertidumbre  y  desa-
     sosiego general ocasionados por los grupos subversivos, que  en  1990
     pusieron en estado de emergencia a casi la mitad del territorio.
     
     Ambos fenómenos crearon en el país un clima de inseguridad y  descon-
     cierto que empujó a miles de peruanos a emigrar al exterior en  busca
     de condiciones más saludables de vida, mientras disminuía la  llegada
     de  extranjeros  al país. Estimaciones  conservadoras basadas  en  el
     flujo de pasajeros registrado en todos los puntos de entrada y salida
     desde y hacia el exterior señalan  que  entre  1975  y  1985  habrían
     emigrado 141 mil peruanos y entre 1985-1990 se  habrían ido 270  mil.
     La  agudización  de la  crisis  socio-económica  y  política  en  los
     primeros años de la presente  década  elevó la  cifra  de  emigrantes
     peruanos a 370 mil en el quinquenio 1990-1995.

     Paulatinamente el Perú ha ingresado en una etapa de relativa  estabi-
     lidad socio-económica y política que se asume  afectar  la emigración
     internacional, disminuyendo el  número de  peruanos que se va indefi-
     nidamente a 140 mil en el quinquerio 1995-2000 y a 50 mil en los pri-
     meros cinco años del próximo siglo.