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     |      CAPITULO 3  LAS COMUNIDADES INDIGENAS EN LOS       |
     |                   PROGRAMAS DE POBLACION                 |
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         La  realidad socioeconómica de las  comunidades  nativas
     en el Perú y concretamente, el conocimiento  de la situación
     demográfica  de los diferentes grupos étnicos de la amazonia
     peruana,  constituyeron   durante  muchas  décadas  aspectos
     prácticamente desconocidos para autoridades y planificadores
     del desarrollo. Como línea de acción programática, es recién
     en el  Programa  Nacional  de  Población  1991-1995  que  se
     plantea como uno de los objetivos específicos propiciar  el
     mayor conocimiento de la  realidad  demográfica, cultural  y
     socioeconómica de  las  poblaciones indígenas, contribuyendo
     así a la protección de  sus territorios y al mejoramiento de
     sus condiciones de vida.

          En  esta  perspectiva,  el  Primer  Censo  Nacional  de 
     Comunidades  Indígenas  de  1993  constituye   un   esfuerzo 
     significativo que permite al país disponer de un conjunto de
     datos e información  que  debe  propiciar  efectivamente  la
     investigación y estudios con fines de políticas  y programas
     en favor de este históricamente marginado grupo social. Para
     diferentes períodos existe muy poca información diferenciada
     según  grupo étnico en relación a conceptos, actitudes labo-
     rales,  vivencias,  necesidades  básicas y, particularmente, 
     servicios  en  las  áreas  de  sexualidad  y   reproducción. 
     Asimismo, es más escasa todavía  la  información  respecto a
     relaciones  de  género en los pueblos étnicos de la amazonia
     peruana y sobre morbi-mortalidad  materno-infantil especifi-
     cadas según estos grupos poblacionales.

          En  otra  perspectiva  demográfica,  no  se  conoce  en
     profundidad la relación  entre  dinámica  migratoria  y  las
     modalidades  de  asentamientos  humanos  y  organización del
     territorio en los pueblos indígenas, así como  la  
	 problemática con el medio ambiente.

          Esta escasez  de  información  no  solamente  llevó  al 
     CONAPO  a  proponer en su programa quincenal ya señalado, el
     lograr un mejor conocimiento de  las  comunidades  indígenas
     sino  que,  indirectamente, otorgó un car cter general a los
     programas y proyectos específicos que se  ejecutaron  en  el
     período  de  1991-1995.  Para el período 1996-2000, la mayor
     disponibilidad de información y el análisis de los  resulta-
     dos del Censo Nacional de Comunidades Indígenas de 1993 debe     
     facilitar  el  diseño  de  programas y proyectos específicos 
     para grupos étnicos de la amazonia. De mayor efectividad que 
     los  programas globales y con el pleno consenso y aceptación   
     de sus integrantes. Programas y  proyectos  específicos  que 
     respondan  a  problemáticas  como  la salud reproductiva, la 
     relación con el medio ambiente y las  relaciones  de  género 
     requiere de un tratamiento adecuado y sobre todo, respetuoso  
     de las diversas formas de sentir y  actuar  de  las  propias 
     poblaciones,  de  manera  que  contribuyan  efectivamente al 
     mejoramiento de sus condiciones de vida sin menoscabo de sus 
     valores culturales.
     
          En el Programa Nacional de Población 1991-1995,  dentro  
     del Programa específico de Población y  Medio  Ambiente,  se 
     considera  como  uno  de  sus  objetivos apoyar programas de
     aprovechamiento  y  protección  de   recursos   ambientales,  
     propiciando  la  participación de la población organizada en
     general, principalmente en áreas rurales y urbano marginales  
     críticas, así como aquellos dirigidos a proteger los  terri-
     torios de poblaciones indígenas (CONAPO, 1991).
               
          La interrelación población, medio ambiente y desarrollo
     tiene en las poblaciones indígenas un grupo  demográfico  de 
     especial  preocupación  no  solamente  nacional sino también 
     internacional.  En la Conferencia Internacional sobre pobla-
     ción  y  Desarrollo - El  Cairo  1994,  los países del mundo 
     aprobaron como  objetivos,  incorporar  las  perspectivas  y 
     oportunidades  de las  comunidades  indígenas  en  todas las 
     faces de los programas  de  población,  desarrollo  y  medio 
     ambiente, así como también velar para que se presten  a  las 
     poblaciones  indígenas  los  servicios  relacionados  con la  
     población  y  el  desarrollo  que  ellos  mismos  consideren 
     adecuados, y estudiar los factores socioeconómicos que ponen  
     a las poblaciones indígenas en situación desventajosa.  

          Para  el  logro  de  estos objetivos resulta importante
     promover una mayor comprensión de las poblaciones  indígenas      
     y  sistematizar  información sobre sus características demo-
     gráficas,  incorporándola  en  los  sistemas  nacionales  de   
     estadística.

          Las acciones que en el país se formulen para el período
     1996-2000 sin duda que tendrán que considerar estas recomen-
     daciones y vincularlas con las políticas sociales orientadas  
     a  la  superación  de  la  pobreza,  uno  de los principales 
     objetivos de desarrollo del país para el  período  señalado. 
     En  el  Perú  la pobreza afecta sobre todo a grupos sociales 
     como  las  poblaciones  indígenas.  Aunque  en  el  presente 
     estudio no se ha profundizado sobre los niveles  y  caracte-
     rísticas  de  la  pobreza  en  estas  comunidades,  estudios 
     recientes estiman que hacia 1994  el  79%  de  la  población      
     indígena  se  encuentra  por debajo de la línea de pobreza y    
     más de la mitad es extremadamente pobre,  lo  cual significa      
     que  la  población  indígena  tiene  una  vez  y  media  más 
     probabilidades de ser pobres que la población no indígena, y    
     así tres veces más de ser estremadamente pobres.

          El Censo Nacional de Comunidades Indígenas  de 1993 nos
     permite conocer algunas de las características de la pobreza
     en que viven estas poblaciones  y  que  deber   considerarse
     como  información  básica  para  el  diseño  de  programas y
     proyectos que, como ya se ha mencionado, su puesta en marcha
     debe  considerar  como  premisa fundamental, la necesidad de
     responder a los diferentes requerimientos de las poblaciones
     indígenas, respetando su cosmovisión y apoyando la preserva-
     ción de sus identidades culturales, lo cual, sin embargo, no 
     es una tarea simple ni sencilla.

          Además de las características del comportamiento repro-
     ductivo anotadas en el segundo  capítulo  de  este  estudio,   
     existen otros que califican a las comunidades indígenas como 
     el grupo más afectado por la pobreza en el país. Así, aunque 
     es muy probable que la población indígena sea dueña  de  sus 
     viviendas  (según el Censo de 1993, alrededor del 74% de las 
     viviendas son propias), las características físicas de estas 
     viviendas son mucho más deficientes en comparación  con  las 
     viviendas  habitadas  por la población no indígena. El 63.4%   
     de viviendas indígenas tienen una sola habitación,  lo  cual 
     favorece la presencia del hacinamiento (más de tres personas 
     por  cuarto)  y  sólo  el  22.8% de sus viviendas tienen dos 
     habitaciones. Asimismo, en 1993 el 51% de las  viviendas  de 
     las  comunidades  indígenas utilizaba como material predomi-
     nante de las paredes a  la  madera  y  el  20%  la  quincha, 
     mientras que casi el 80% usa hojas de Palma en los techos  y 
     el 60% usa la tierra como material en los pisos.

          Resulta muy importante analizar  la  disponibilidad  de
     agua  y servicios higiénicos. Solamente el 1.4% de las vivi-
     endas de comunidades indígenas cuentan con servicio de  agua 
     conectada  a  la  red pública, y el 78% utilizan el agua que 
     sacan de los ríos, acequias o  manantiales.  Asimismo,  como 
     una  expresión  de  salubridad e higiene de las personas, el 
     0.6%  de  estas  viviendas  cuentan con servicios higiénicos  
     conectados a la red pública según el Censo de 1993, mientras   
     que el 31.6% usa pozo negro o ciego y el 65.4% no cuenta con   
     servicio higiénico alguno.

          La  escasa  dotación  de  servicios  existente  en  las
     comunidades indígenas hace que una mayor  proporción  de  su
     población está expuesta a las enfermedades que se relacionan
     con la deficiente calidad de agua y la carencia de servicios   
     higiénicos.  Las  condiciones  de  vida  de  las comunidades 
     indígenas se ven agravadas  al  constatarse  por  los  datos 
     censales  de  1993 que el 95.8% de sus viviendas carecen del 
     servicio de alumbrado el‚ctrico.

          Las condiciones de pobreza de las comunidades indígenas
     pueden  ser  mejoradas  ya que variables como educación y la
     ocupación son las que más influyen no sólo en  su  comporta-
     miento  reproductivo  sino  sobre  su  calidad  de  vida  en
     general. Se sabe, por ejemplo, que  para  los  proyectos  de
     educación  el  conocimiento sobre la ubicación y caracterís-
     ticas de la población indígenas se constituye en un elemento 
     básico  para  la  localización  de  escuelas y de centros de 
     educación Bilingüe.

          La vulnerabilidad de muchos de los pueblos indígenas de
     la amazonia peruana, en  especial  los  que  cuentan  con un
     número reducido de población, obliga al diseño de  programas 
     y proyectos específicos acorde a su realidad. Estas acciones
     de política deben considerar la  globalidad de aspectos  que
     constituyen la identidad con sus valores y su territorio, lo
     cual  es  particularmente importante en el tratamiento de la
     problemática poblacional, que es  un  tema  sensible  y  muy 
     relacionado con las expresiones culturales de estos pueblos. 
     Así, por ejemplo, debe resultar transparente que las activi-
     dades programáticas  de  planificación  familiar  disminuyen 
     notablemente el riesgo de morbi-mortalidad de la madre y  el   
     niño,  posibilitándose  de  esta  manera  la sobrevivencia y 
     mejoramiento de la calidad de vida del grupo étnico.

          Asimismo,  resulta muy conveniente introducir la plani-
     ficación  de  género  en  los  programas  y   proyectos  con 
     poblaciones indígenas,  en  tanto  propuesta  analítica  que
     permite  determinar los rasgos sociales e ideológicos de las
     relaciones entre los hombres y las mujeres en cada  contexto
     sociocultural.  En  este  sentido, a través del conocimiento 
     del rol económico, social y político que tienen los  hombres 
     y  las  mujeres  de  las  comunidades  indígenas, es posible 
     llegar a la modificación de  las  relaciones  entre  hombres  
     y   mujeres,   grupos   de  edad,  jerarquías,  autoridad  y 
     representatividad.

          Por último, la participación  activa  de  la  población
     indígena  es  un  mecanismo  que debe contribuir al continuo
     perfeccionamiento en el diseño y ejecución de los  programas
     y  proyectos de población y desarrollo, de tal manera que se
     garantice  la conservación de su cultura, idioma y su propio
     hábitat.