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ESTRUCTURA DEL CENSO Y LA ENDES La cercan¡a entre las tasas provenientes de la ENDES II y las estimaciones que se obtengan mediante la combinaci¢n lineal, dependen de la semejanza de estructuras de datos en las distintas variables. Ya se ha dicho que la ENDES II da resultados sesgados a la parte urbana, producto posible de los ponderadores utilizados. Con la finalidad de dar mayores indicios alrespecto analizaremos las proporciones de servicios con que cuentan las viviendas, visitas desde el censo y la Endes; igualmente mostraremos, como un ejemplo, la estructura del n£mero de mujeres unidas seg£n el nivel de educaci¢n y el servicio de electricidad en la vivienda. En el siguiente cuadro se muestran los porcentajes de viviendas con servicio el‚ctrico seg£n el Censo y la Endes, para las regiones pol¡ticas del pa¡s. Como se aprecia, las proporciones seg£n la encuesta est n por encima de las que da el censo, comparando el promedio nacional de ambas fuentes de datos se estima que la encuesta ha sobre- estimado la proporci¢n de viviendas con servicio el‚ctrico en un 18%. En algunas regiones como Ucayali esta sobre-estimaci¢n alcanza casi el 50%, aunque tambi‚n hay regiones como Grau con m¡nimo porcentaje, en general aquellas regiones de mayor poblaci¢n como Lima, Nor-Oriental, Mari tegui e Inka la sobre-estimaci¢n est por encima del promedio nacional. En relaci¢n al servicio de agua conectada a red p£blica la sobre estimaci¢n nacional es de mayor magnitud, aunque las disparidades regionales son m s notorias que en el servicio de electricidad, es el caso Puno y San Mart¡n con los mayores porcentaje de sobre-estimaci¢n, en tanto que Arequipa muestra valores contrarios. Pudiera darse que en algunas capitales de provincias y o distritos de regiones como Ucayali, Inka e inclusive Arequipa, se note un impacto mayor de las acciones del Gobierno entre 1991 y 1993 en relaci¢n a dotar de este servicio a pueblos peque¤os, acci¢n relativamente de poco costo si consideramos que esta categor¡a incluye agua en pil¢n p£blico o fuera de la vivienda, de todas formas es evidente que la Endes ha sobre-estimado el n£mero de viviendas con este servicio de agua. Finalmente observamos una variable social como el Nivel de Educaci¢n, donde se ha separado a las mujeres unidas con primaria completa o menos. En este caso a excepci¢n de La Libertad, la endes ha sub-estimado las proporciones de este grupo de mujeres. Si consideramos que los servicios de electricidad y agua en la vivienda, as¡ como los mejores niveles de educaci¢n son privilegio de las zonas urbanas y de las ciudades intermedias y grandes podemos concluir que la Endes II da resultados sesgados hacia lo urbano, en consecuencia los indicadores de la demanda de anticonceptivos, y posiblemente otros, est‚n influenciados por este sesgo; no est claro si esto se debe a que las zonas rurales no han estado debidamente representadas en la muestra, o es debido a los factores de ponderaci¢n que dan sobre peso a los conglomerados de 2 000 y m s habitantes o problemas del trabajo de campo desde que en la ‚poca de levantamiento de la encuesta el terrorismo no estaba derrotado por lo que era sumamente dif¡cil, sino imposible, entrar en grandes zonas declaradas en emergencia. Lo cierto es que debido a uno o varios de estos factores u otros las tasas de los componentes de la demanda de anticonceptivos est n sobre-estimadas, por lo que se espera que las estimaciones producto de las ponderaciones censales den cifras menores. CUADRO N§ 29 PERU: PORCENTAJE DE MUJERES UNIDAS CON SERVICIO DE ELECTRICIDAD Y AGUA EN LA VIVIENDA Y PRIMARIA COMPLETA O MENOS, SEGUN REGIONES POLITICAS ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ³ ³ VIVIENDAS CON ³ VIVIENDAS CON ³ MUJERES CON ³ ³ REGION ³ SERVICIO ELECTRICO ³ SERVICIO DE AGUA ³ PRIMARIA O MENOS ³ ³ ÃÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÅÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÅÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ´ ³ ³ CENSO ³ ENDES ³ CENSO ³ ENDES ³ CENSO ³ ENDES ³ ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ Total 69,2 58,8 57,0 46,0 46,4 51,3 Loreto 60,6 49,4 37,4 29,1 57,0 63,4 Andr‚s A. C ceres 59,2 47,4 39,0 32,7 55,0 63,4 Arequipa 81,9 74,4 49,7 61,3 38,0 39,3 Chav¡n 62,0 49,7 55,9 42,6 55,5 61,4 Grau 47,6 47,2 57,4 47,6 55,8 60,8 Inka 56,0 43,2 24,8 24,1 63,3 68,9 Jos‚ C. Mari tegui 52,9 40,0 49,0 32,3 61,6 65,0 Los Libertadores Wari 52,0 45,8 47,8 36,6 60,9 61,9 Nor-Oriental 47,1 36,9 43,6 31,5 61,4 69,5 La Libertad 63,2 59,0 67,5 52,0 56,7 52,6 San Mart¡n 49,2 39,3 39,4 26,6 64,6 67,6 Ucayali 74,6 49,9 19,2 18,9 48,1 56,5 Lima 96,8 83,5 81,9 65,1 21,3 28,8 ÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ Para comentar la distribuci¢n de las mujeres unidas, seg£n las distintas sub-clases, tomamos como ejemplo las regiones Lima, de alta tasa de prevalencia, e Inka, considerada de baja tasa de prevalencia; ambas en funci¢n de las sub-clases formadas con el nivel de educaci¢n y el tipo de servicio de electricidad en la vivienda. Como se observa en el gr fico siguiente, ambas regiones muestran gran coherencia entre las estructuras de la encuesta y el censo, lo que es de gran importancia, desde que la bondad de las estimaciones depende de esta similitud que garantiza que los ponderadores no introduzcan sesgos debido a la distribuci¢n de las mujeres en las distintas sub-clases. Otro aspecto positivo es la tendencia que muestran las estructuras comparadas pues responden a las caracter¡sticas esperadas para las regiones menos y m s favorecidas por la urbanizaci¢n que de alguna manera es una expresi¢n del nivel e vida de sus pobladores; en el caso de la regi¢n Inka, se observan altas proporciones de mujeres en condiciones desventajosas de servicios de la vivienda y nivel de educaci¢n, aspecto que no ocurre en Lima. Finalmente se observa que tanto en la regi¢n Inka como en Lima, que llevan tendencias similares, la l¡nea quebrada que representa a la Endes transcurre por debajo de la del censo en las sub-clases m s deprimidas e invierte su trayectoria en las de mejores condiciones, aspecto que ratifica, una vez m s, el sesgo hacia lo urbano de la Endes. |
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