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ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ³ III. CARACTERISTICAS Y LIMITACIONES DE ³ ³ LA PRODUCCION DE INFORMACION ESTADISTICA SOBRE DROGAS: ³ ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ 3.1. Producci¢n de Drogas: Las estad¡sticas referidas a la producci¢n de drogas son las que presentan mayores dificultades por la naturaleza ilegal y criminal de las actividades de producci¢n y comercializaci¢n de estupefacientes y sicotr¢picos, que son realizadas por narcotraficantes, por la industria ilegal y el contrabando de sicotr¢picos. La producci¢n de datos tiende a sesgarse a la informaci¢n sobre la producci¢n y oferta ilegal de sustancias estupefacientes (PBC, coca¡na, marihuana, opio, etc.) y a los resultados de la represi¢n e interdicci¢n del TID y, a la vez, a minimizar la importancia de la informaci¢n que est referida por ejemplo a la producci¢n y oferta de tabaco y bebidas alcoh¢licas. Asimismo, no se dispone de informaci¢n sistematizada sobre la oferta industrial y comercial de alcohol y tabaco; o la producci¢n y comercializaci¢n de estupefacientes que son consumidos con fines m‚dicos y cient¡ficos , y de sicotr¢picos que usualmente se venden en boticas y farmacias sin el requisito previo de la receta m‚dica. Respecto a la hoja de coca, hasta el a¤o de 1990, el Ministerio de Agricultura y Alimentaci¢n, a trav‚s de la Oficina de Informaci¢n Agraria (O.I.A.), generaba informaci¢n estad¡stica b sica sobre la superficie cosechada de hoja de coca, rendimiento por hect rea, precios, etc. Actualmente s¢lo produce informaci¢n referida a las ventas al exterior de la hoja de coca. El Proyecto Especial del Alto Huallaga (PEAH), hasta el a¤o de 1993, con el apoyo de la O.I.A., publicaba anualmente un Compendio Estad¡stico con informaci¢n sobre dicho cultivo, los precios que se pagan en el mbito del proyecto por la hoja de coca, pasta b sica y pasta lavada, costos diferenciales por hect rea de este cultivo y cultivos alternativos, etc. Actualmente, ha limitado la producci¢n de informaci¢n a los requerimientos puntuales de la gesti¢n del proyecto. Otras fuentes importantes de datos sobre la producci¢n de hoja de coca son los Proyectos Huallaga Central y Bajo Mayo; Alto Mayo; Pichis Palcazu, etc., que desarrollan actividades en la vertiente oriental de los Andes. Estas fuentes, como otras carecen de registros adecuados para la captaci¢n de esta informaci¢n, as¡ como de la debida modernizaci¢n de su infraestructura y entrenamiento de personal. La evaluaci¢n de los cultivos de hoja de coca, marihuana y de amapola, requieren de la ejecuci¢n de un Programa Nacional de Monitoreo Satelital y de Registro Catastral de las unidades agrarias bajo este cultivo. 3.2. Tr fico Il¡cito de Drogas En el rea de la interdicci¢n, en cambio, son manifiestos los progresos alcanzados en la producci¢n de este tipo de informaci¢n; progresos debidos en gran parte al procesamiento inform tico de los datos que se registran por la represi¢n del tr fico il¡cito de drogas, y en particular, a la especializaci¢n y permanente capacitaci¢n del personal que labora en la Direcci¢n de Inform tica de la Direcci¢n Nacional Antidrogas (DINANDRO). En esta rea, es destacable la periodicidad y cobertura de los datos producidos por la DINANDRO, la Oficina de Narc¢ticos de la Superintendencia Nacional de Aduanas (SUNAD) y por la Direcci¢n de Fiscalizaci¢n de Insumos Qu¡micos sujetos a control del Ministerio de Industria, Turismo y Negociaciones Comerciales Internacionales; organismos que con recursos de la cooperaci¢n internacional y el esfuerzo de sus autoridades han desarrollado un sistema en red que permite la centralizaci¢n y producci¢n simult nea de datos relacionados al seguimiento de la producci¢n, importaci¢n, comercializaci¢n y decomiso de precursores e insumos que utilizan ilegalmente narcotraficantes y microproductores de sustancias estupefacientes. La Comisi¢n Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), por su parte ha desarrollado en 1994 un software denominado "Manual Operativo: Programa computarizado para la recopilaci¢n de la informaci¢n estad¡stica del Area de Represi¢n", para la producci¢n homog‚nea de datos sobre el TID, que actualmente viene implement ndose con la participaci¢n de la Oficina Ejecutiva de Control de Drogas (OFECOD). 3.3. Consumo y Abuso de Drogas La carencia m s notoria de informaci¢n es la relativa al consumo y uso indebido de drogas. La investigaci¢n epidemiol¢gica del consumo de drogas en el continente y en el pa¡s, que cobrara importancia a partir de fines de los a¤os 70, que es realizada b sicamente por organismos privados, ha permitido a los Estados y autoridades de Salud y Educaci¢n evaluar las tendencias de su evoluci¢n a traves de variables como la prevalencia de vida (que indica el consumo de una droga alguna vez en la vida del sujeto entrevistado), consumo reciente (que indica el consumo de una droga en el ultimo a¤o) y el consumo actual (que indica el consumo en el £ltimo mes a la fecha de la encuesta). Sin embargo, instituciones p£blicas y privadas que han realizado encuestas y/o estudios epidemiol¢gicos sobre el consumo de drogas, expertos del continente convocados en varias oportunidades por la Comisi¢n Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), han coincidido en puntualizar que se requiere completar esta informaci¢n con datos sobre pacientes adictos o farmacodependientes que atienden los sistemas nacionales de salud, ya sean instituciones p£blicas y privadas de salud, o las denominadas Comunidades Terap‚uticas, que como se sabe cubren la mayor parte de la demanda de atenci¢n por problemas de adicci¢n a sustancias estupefacientes como la pasta b sica de coca¡na, clorhidrato de coca¡na, morfina, marihuana, etc.; informaci¢n que debe especificar el consumo por tipo de sustancia o por combinaci¢n de ellas ("poliuso"), los fallecimientos o muertes asociados al consumo de alcohol, tabaco y otras drogas o causadas por agentes alcoholizados o drogados; con informaci¢n relacionada al consumo de sicotr¢picos, el consumo de hoja de coca, uso de alucin¢genos naturales, etc. Para este prop¢sito, CICAD con la participaci¢n de expertos del continente ha trabajado en la integraci¢n de los instrumentos de investigaci¢n epidemiol¢gica que han aplicado diversos pa¡ses y ha elaborado instrumentos homog‚neos para el registro de datos sobre el consumo de sustancias psicoactivas por estudiantes, de las adicciones por los Centros de Tratamiento y Servicios de Emergencia, y de muertes causadas por consumo de drogas en los Servicios M‚dicos Forenses (CICAD-1995). La ausencia de pol¡ticas definidas para la producci¢n de informaci¢n sobre el uso indebido de drogas y la aplicaci¢n coordinada de los referidos instrumentos, dificulta a la vez la coordinaci¢n y continuidad de la necesaria cooperaci¢n de las principales instituciones p£blicas y privadas que re£nen experiencia y recursos humanos entrenados para llevar adelante la producci¢n de datos sobre el abuso de drogas en el pa¡s. En el rea del consumo de drogas, se dispone de informaci¢n parcial generada por CEDRO, COPUID e instituciones hospitalarias de psiquiatr¡a y salud mental con sede en Lima del Ministerio de Salud. El Instituto Nacional de Salud Mental "Honorio Delgado-Hideyo Noguchi", como el Hospital "Hermilio Valdiz n", el Hospital "Cayetano Heredia" y el Hospital V¡ctor Larco Herrera producen informaci¢n sobre la tipolog¡a de las adicciones que no son representativos del consumo nacional de PBC, coca¡na, marihuana, nicotina, alcohol y f rmacos y sobre trastornos psiqui tricos asociados al consumo de drogas. Por otro lado, a nivel nacional no se dispone de formatos de registro de pacientes adictos que se atienden en los departamentos de psiquiatr¡a y de atenci¢n a adolescentes en los hospitales del Ministerio de Salud y el IPSS. En el "Plan Nacional para la Prevenci¢n, Tratamiento, Rehabilitaci¢n y Seguimiento de Adicciones", propuesto por un equipo de m‚dicos del Instituto Nacional de Salud Mental, se propone como objetivo espec¡fico el establecimiento del Sistema Nacional de Informaci¢n y Vigilancia Epidemiol¢gica sobre Consumo de Drogas Legales e Ilegales; que en su etapa inicial deber implementarse a nivel de Lima Metropolitana. Los registros administrativos de los hospitales, cl¡nicas y centros especializados en la atenci¢n de farmacodependientes, carecen de formatos adecuados para fines estad¡sticos de la producci¢n de esta informaci¢n. Las comunidades terape£ticas carecen en su absoluta mayor¡a de dichos registros y evitan cumplir con la obligaci¢n legal y/o institucional de llevar tales registros. Igualmente, se aprecia la existencia de dificultades de car cter institucional y operativo que pueden presentar dificultades y limites a la implementaci¢n de mecanismos de registro administrativo standarizados para el registro de las adicciones en hospitales, cl¡nicas, colegios, centros de atenci¢n comunitaria y penales; e imposibilitar el logro de resultados ¢ptimos en la aplicaci¢n estrategias comunes de investigaci¢n y vigilancia epidemiol¢gica del consumo de drogas. La ambigedad de la normatividad referida a la situaci¢n legal de los farmacodependientes dificulta la generaci¢n de datos sobre la poblaci¢n de adictos a drogas. En general, a pesar de que el consumo de drogas no est penalizado, la interdicci¢n del tr fico il¡cito y la indefinici¢n legal respecto al reconocimiento o calificaci¢n del adicto terminan por convertir a ‚ste en sospechoso de TID, y por lo tanto, en sujeto a detenci¢n y encauzamiento judicial por este hecho delictivo. La tenencia o posesi¢n de droga para el consumo, y, la posesi¢n de droga para el tr fico, son hechos jur¡dicos que la ley distingue. Sin embargo, su interdicci¢n en los hechos los confunde al discriminar por razones policiales la investigaci¢n de su microcomercializaci¢n y subvalorar la importancia que la ley asigna al tratamiento y rehabilitaci¢n social del consumidor de drogas. Respecto al consumo adictivo, un problema que no logra resolver debidamente la legislaci¢n nacional es el de la supervisi¢n de las comunidades terap‚uticas y de sus programas de atenci¢n a adictos o farmacodependientes, hecho que de superarse y con la colaboraci¢n de las propias CTs permitir disponer de informaci¢n sobre la poblaci¢n adicta que concurre a estos centros. En el sector p£blico, en el rea de la prevenci¢n del abuso de drogas son importantes los logros alcanzados por el Ministerio de Educaci¢n en la prevenci¢n primaria del abuso de drogas en los colegios secundarios, realizada desde 1984. Con la creaci¢n del "Comit‚ T‚cnico para la Prevenci¢n del Uso Indebido de Drogas" (COPUID) en 1988, se mejoran las actividades de capacitaci¢n de maestros y de prevenci¢n del uso de drogas en los colegios del pa¡s. COPUID, en 1992 realiz¢ la primera Encuesta Nacional de Colegios sobre Conocimiento y Uso de Drogas en Principales Ciudades; con el prop¢sito de generar una base de datos que le permita desarrollar sus pol¡ticas y planes de prevenci¢n a nivel nacional y en forma descentralizada a trav‚s de las Unidades de Servicios Educativos. COPUID no ha podido posteriormente actualizar las estad¡sticas de conocimientos y uso indebido de drogas en estudiantes de secundaria. Por el lado de los organismos privados, CEDRO, que es una organizaci¢n no gubernamental cuenta con una base de datos muy valiosa sobre prevalencias en el consumo de drogas legales e ilegales por parte de la poblaci¢n de ciudades con m s de 25,000 habitantes, informaci¢n que se publica regularmente y que sirve para la ejecuci¢n de diversos programas de prevenci¢n del abuso de drogas a nivel nacional. Recientemente acaba de concluir el procesamiento de la informaci¢n captada por su Encuesta Epidemiol¢gica de 1995, realizada despu‚s de 3 a¤os. En el rea de las estad¡sticas del consumo de drogas, se pueden resumir los siguientes problemas generales: a) Existencia de diferentes sistemas de informaci¢n, que son propios de las formas en que se han organizado las Oficinas de Inform tica y Estad¡stica de las instituciones p£blicas y privadas que generan informaci¢n sobre el abuso de drogas. b) Existencia de diferentes metodolog¡as para la recolecci¢n, procesamiento, an lisis y publicaci¢n de los resultados de la informaci¢n. c) Carencia de registros adecuados para una buena recolecci¢n de datos. d) Falta de informaci¢n sobre el n£mero de adictos, adictos reincidentes, adictos rehabilitados, etc. e) Carencia de datos sobre tipolog¡as y tendencias por consumo de drogas. |
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