Las secciones anteriores han descrito
aspectos relacionados con la medición e identificación
de los determinantes del bienestar, utilizando para tal efecto
al ingreso como variable de análisis. La principales conclusiones
son las siguientes:
- Los niveles de pobreza y desigualdad
en el Perú se han reducido en los últimos años.
No obstante ello, los niveles actuales son, en el contexto de
los países de América Latina, aun elevados. Respecto
a la desigualdad, la información para 1996 indica que el
10 % de la población más pobre obtuvo el 2 % del
ingreso total, mientras que el 10 % más rico recibió
el 33 %, siendo el ingreso percápita de este grupo 18 veces
más grande que el primero.
- Se ha comprobado que las diferencias
en la distribución de los ingresos existentes al interior
de los dominios geográficos están asociadas a los
niveles promedio de dichos ingresos, es decir, la desigualdad
es más alta en los lugares donde existe un ingreso percápita
mayor (Lima Metropolitana) y más bajo donde existe un ingreso
más bajo (sierra rural).
- Se constató que si bien
la distribución del ingreso es más desigual en el
ámbito urbano que en el rural (con Indices de Theil de
0.348 y 0.294, respectivamente), el ingreso percápita en
el primero es en promedio dos veces más alto respecto al
segundo, hecho que explica los mayores niveles de pobreza existentes
en el ámbito rural. En general se observa que los distintos
niveles de pobreza entre regiones se debe fundamentalmente a las
diferencias en los niveles de ingreso ya que la desigualdad en
la distribución dentro de las regiones son pocos importantes.
- 10.4 millones de peruanos viven
en condiciones de pobreza (43.1 % de la población). En
el ámbito rural la pobreza alcanza a más de la mitad
de sus habitantes, mientras que en el ámbito urbano al
38 %. La capital del país es el dominio con menor proporción
de habitantes pobres (32 %), mientras que la selva rural el de
mayor proporción (61 %). En términos absolutos,
sin embargo, la mayor cantidad de pobres se encuentra en la sierra
rural (mas de 3 millones de personas), siguiéndole Lima
Metropolitana (2.7 millones).
- Considerando los dominios geográficos,
los pobres de Lima Metropolitana son los menos pobres ya que sus
ingresos en promedio cubren el 67 % del costo de la canasta básica
de consumo, mientras que los de la Selva Rural son los más
pobres ya que sus ingresos cubren solo el 58.3 % del valor de
dicha canasta. En general, en el ámbito rural la pobreza
no solo es más extendida sino también más
profunda y severa respecto al ámbito urbano, lo cual significa
que es mucho más difícil y costoso (en términos
absolutos y por persona) erradicar o disminuir allí los
niveles de pobreza.
- La extrema pobreza alcanza a
4.6 millones de peruanos, afectando más al ámbito
rural (32.9 % de sus habitantes) que al ámbito urbano (11.6
%). El mayor número de pobres extremos se encuentra en
la sierra rural, albergando a mas de 1.8 millones de ellos. Mientras
que de cada 10 pobres solo 3 son pobres extremos en los dominios
urbanos, la relación en los dominios rurales es de 10 a
6.3.
- Los pobres tienen una menor la tasa
de participación. Los pobres que trabajan lo hacen fundamentalmente
en el sector informal (en el ámbito urbano) y en la agricultura
pequeña (en el ámbito rural, es decir, en la microempresa,
como autoempleados y con bajos niveles de calificación.
- Los pobres tienen mayores tasas
de desempleo que el resto de la población, siendo más
evidente esta situación en el ámbito urbano que
en rural. La tasa de desempleo de los pobres extremos urbanos
es casi tres veces mas alta que de los no pobres.
- Entre educación y pobreza
existe una relación muy estrecha debido a que cuanto más
nivel educativo tiene el jefe de hogar, mayor es el nivel de ingreso
percápita, esencialmente en al ámbito urbano. El
incremento acumulado de los ingresos en el ámbito urbano
es mayor que en el rural ya que partiendo desde el nivel primario
hasta la superior universitaria dicho aumento es de 128 % % en
el primer caso y 142 % % en el segundo. En este ámbito
la incidencia de la pobreza extrema se reduce de 15.5 % a 1.9
% al pasar del nivel educativo más bajo (sin nivel o preescolar)
al más alto (superior universitaria). Esta conclusión
se modifica en favor del ámbito rural cuando la relación
entre educación e ingreso, es controlado por otras variables
- El atraso en el inicio de la
vida escolar y el bajo rendimiento educativo de la población
pobre se observa en el alto porcentaje de estudiantes con edades
mayores para el nivel educativo al que asisten, siendo mayor este
problema en el ámbito rural ya que más de la mitad
de los matriculados con edades entre 12 y 16 años (edad
para educación secundaria) que viven en extrema pobreza
cursan algún grado de educación primaria.
- Respecto a los determinantes
de la distribución de los ingresos, el análisis
efectuado sugiere que de las 7 características consideradas
para efectuar la descomposición de la desigualdad, la educación
es de lejos el factor más importante.
- Respecto a los determinantes
del bienestar familiar, puede indicarse que, utilizando la información
de la ENAHO-1996, los postulados del enfoque del capital humano
y el que pone énfasis en el lado de la demanda del mercado
laboral se complementan para el caso peruano. Los niveles altos
de educación del jefe de hogar están fuertemente
asociados a los niveles altos de bienestar familiar. Un hogar
del ámbito rural cuyo jefe tiene un nivel secundario proporciona
a su familia un nivel de bienestar 8.3 % más alto respecto
a un hogar con jefe sin nivel o solo con nivel primario (variables
cuyos coeficientes son estadísticamente iguales a cero).
Para un hogar del ámbito urbano el impacto de la educación
secundaria es mucho más reducido ya que tal porcentaje
alcanza solo al 3.6 %.
- Los retornos de los niveles superiores
de educación son bastante más altos para los hogares
rurales que para los hogares urbanos. La educación del
cónyuge no tiene importancia para elevar los ingresos familiares
en el ámbito rural, pero sí en el urbano ya que
la educación superior de tal miembro proporciona al hogar
11 % más bienestar que un hogar sin tal atributo. Por
su parte, la influencia de la educación de los padres o
suegros del jefe de hogar en los ingresos familiares sólo
se da a nivel de la educación primaria, siendo castigada
por el mercado con un retorno negativo. En suma, el mercado remunera
más a quienes tienen nivel de educación superior
y no remunera a la educación inicial ni a la primaria.
- La categoría de "empleador
o patrono" del jefe de hogar reporta a la familia un bienestar
mayor (55 % en el ámbito rural y 35 % en el urbano) que
las otras categorías. El hecho que el jefe de hogar urbano
labore en la agricultura implica una desventaja para la familia
ya que sus ingresos se reducen frente a quienes no tienen como
jefe en esta actividad. En el ámbito rural los jefes de
hogar que trabajan en el comercio, transportes, comunicaciones,
minería y construcción muestran ingresos familiares
entre 21 % y 24 % más altos que quienes no trabajan en
estos sectores.
- En el ámbito urbano el tamaño
del centro laboral es mucho más importante que en el rural
ya que los jefes de hogar que no laboran en la microempresa reportan
niveles de bienestar familiar entre 13 y 15 % por encima de aquellos
que si laboran allí.