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ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ³ CAPITULO IV ³ ³ PLANES DE ACCION PARA LA SUPERACION DE LA POBREZA ³ ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ 4.1 LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE DESARROLLO SOCIAL DE COPENHAGUE Y LA OIT Dr. Norberto E. Garc¡a* I. La Cumbre Social de Copenhague se efectu¢ en marzo de 1995. Durante los primeros d¡as hubo un intercambio de puntos de vista y presentaci¢n de ponencias de representantes de Gobiernos, directores ejecutivos de organismos del Sistema de Naciones Unidas, representantes de organizaciones intergubernamentales y de organizaciones no gubernamentales. Este intercambio se centr¢ en cada uno de los temas que la Cumbre deb¡a examinar para considerar su adopci¢n en la forma de un Programa de Acci¢n. En forma paralela, la Comisi¢n Principal de la Cumbre se reuni¢ para examinar un Proyecto de Declaraci¢n y un Programa de Acci¢n. En los £ltimos dos d¡as se reunieron 121 jefes de Estado y de Gobierno que participaron y efectuaron declaraciones en estas sesiones de la Cumbre. En la sesi¢n final, se adoptaron formalmente la Declaraci¢n y el Programa de Acci¢n de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. II. El texto completo de la Declaraci¢n y del Programa de Acci¢n est n disponibles y pueden ser consultados por los interesados. Creo que es £til, para los fines de esta exposici¢n, sintetizar los principales aspectos de la Declaraci¢n y del Programa de Acci¢n que son de particular relevancia para la labor de OIT. III.Respecto a la Declaraci¢n, cabe subrayar los diez compromisos asumidos por la naciones representadas en la Cumbre: 1) Crear un entorno econ¢mico, pol¡tico, social, cultural y jur¡dico que permita el logro del desarrollo social. 2) Alcanzar el objetivo de erradicar la pobreza mediante una acci¢n decidida en el contexto nacional y la cooperaci¢n internacional. Este compromiso incluye formular y consolidar urgentemente, de preferencia a partir de 1996, pol¡ticas y estrategias nacionales orientadas a reducir significativamente la pobreza en el menor tiempo posible. El compromiso es a£n m s prioritario en la reducci¢n de la pobreza absoluta. 3) Promover el objetivo de pleno empleo como prioridad b sica de las pol¡ticas econ¢micas y sociales y preparar a mujeres y hombres para obtener medios de vida seguros y sostenibles a trav‚s del trabajo y empleo productivo libremente elegido. 4) Promover la integraci¢n social fomentando sociedades estables, seguras y justas, basadas en la promoci¢n y protecci¢n de todos los derechos humanos, as¡ como en la no discriminaci¢n, la tolerancia, el respeto a la diversidad, la igualdad de oportunidades, la solidaridad, la seguridad y la participaci¢n de todas las personas, incluyendo grupos y personas vulnerables y no favorecidos. * Director, Equipo T‚cnico Multidisciplinario para los paises Andinos. Oficina Internacional del Trabajo. OIT. Lima. 5) Promover y lograr el pleno respeto por la dignidad humana y la igualdad y equidad entre hombres y mujeres, reconociendo y promoviendo la participaci¢n y la funci¢n directiva de la mujer en la vida pol¡tica, civil, econ¢mica, social y cultural y en el desarrollo. 6) Promover y lograr los objetivos de acceso universal y equitativo a una educaci¢n de calidad, el mayor nivel posible de salud f¡sica y mental y el acceso de todas las personas a la atenci¢n primaria de salud, respetando y promoviendo las culturas comunes y particulares. 7) Acelerar el desarrollo econ¢mico, social y humano de Africa y de los pa¡ses menos adelantados. 8) Asegurar que los programas de ajuste estructural que se acuerden, incluyan objetivos de desarrollo social. 9) Aumentar substancialmente o utilizar con mayor eficacia los recursos asignados al desarrollo social. 10)Mejorar y fortalecer, con esp¡ritu de coparticipaci¢n, el marco de la cooperaci¢n internacional, regional y subregional para el desarrollo social por medio de las Naciones Unidas y de otras instituciones multilaterales. IV. Los diez compromisos asumidos, expuestos en el p rrafo previo, son de gran importancia para la labor de OIT. Conviene subrayar la especial relevancia del tercero: el objetivo de pleno empleo. De acuerdo al tercer compromiso, los participantes en la Cumbre han acordado otorgar un ‚nfasis prioritario a la creaci¢n de empleo en el contexto de las estrategias y pol¡ticas de los gobiernos. En particular el compromiso asumido incluye: 1) ampliar las oportunidades de empleo y mejoramiento de la productividad en reas rurales y urbanas, mediante el desarrollo de los recursos humanos, la promoci¢n de tecnolog¡as, el fomento del empleo independiente, la peque¤a y micro empresas; 2) mejorar el acceso a la tierra, al cr‚dito, a la informaci¢n, a la infraestructura y otros recursos productivos para la peque¤a y micro empresas (incluidas las del sector informal); 3) asegurar que los trabajadores y los empleadores cuenten con la educaci¢n, informaci¢n y capacitaci¢n necesarias para adaptarse a los cambios y transformaciones, econ¢micas y tecnol¢gicas; 4) estudiar y promover f¢rmulas innovadoras de creaci¢n de empleo y formular pol¡ticas que permitan armonizar el trabajo remunerado con las responsabilidades familiares, facilitar el acceso de la mujer al empleo y promover la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres; 5) tomar particularmente en cuenta la importancia del sector no estructurado, actividades informales-, promover la contribuci¢n del mismo para erradicar la pobreza, fortalecer la integraci¢n social y reforzar sus v¡nculos con la econom¡a estructurada. V. El tercer compromiso incluye el fomento a la cooperaci¢n internacional en el mbito de las pol¡ticas macroecon¢micas y la liberalizaci¢n del comercio y la inversi¢n. Adem s, tambi‚n incluye el salvaguardar los derechos e intereses b sicos de los trabajadores. Con tal fin, los participantes de la Cumbre han de promover la observancia de los convenios pertinentes de la Organizaci¢n Internacional del Trabajo, en particular de aquellos esenciales para los derechos humanos en el campo laboral: prohibici¢n del trabajo forzoso, erradicaci¢n del trabajo infantil, libertad sindical, derecho de asociaci¢n y negociaci¢n colectiva, e igualdad de oportunidades y trato para hombres y mujeres. Esto se extiende a los trabajadores migrantes. VI. El Programa de Acci¢n se¤ala las pol¡ticas y medidas orientadas a cumplir los compromisos enunciados en la Declaraci¢n. En su introducci¢n, se recuerda que todas las medidas recomendadas se relacionan entre s¡: ...... "las pol¡ticas para erradicar la pobreza, reducir las disparidades y luchar contra la exclusi¢n social requieren la creaci¢n de oportunidades de empleo y resultar¡an incompletas e ineficaces si no se aplicaran tambi‚n medidas para eliminar la discriminaci¢n y promover la participaci¢n y el establecimiento de relaciones sociales armoniosas entre los distintos grupos y naciones". El Programa de Acci¢n se compone de cinco cap¡tulos. En el cap¡tulo I, titulado Un entorno propicio para el desarrollo social, se se¤ala que el desarrollo social es inseparable del entorno cultural, ecol¢gico, econ¢mico, pol¡tico y espiritual en que tiene lugar. ®Las actividades econ¢micas .... son una base fundamental del desarrollo social. Sin embargo, el desarrollo social no se lograr simplemente mediante la libre interacci¢n de las fuerzas del mercado. Es necesario que existan pol¡ticas oficiales que corrijan las fallas de los mercados, complementen los mecanismos comerciales, mantengan la estabilidad social ....¯ Se reconoce que las econom¡as y sociedades del mundo son cada vez m s interdependientes y que, por consiguiente, se requerir una mayor solidaridad y el fortalecimiento de la cooperaci¢n internacional. Se insta asimismo a promover un crecimiento econ¢mico sostenido y un desarrollo sostenible a nivel mundial mediante el fomento de las empresas y la inversi¢n productiva y el acceso generalizado a mercados abiertos. En lo que respecta a la creaci¢n de un entorno pol¡tico y jur¡dico favorable, en este cap¡tulo se pone de relieve la importancia del ®imperio de la ley y de la democracia y la existencia de normas y procedimientos de transparencia y la responsabilidad en todas las instituciones p£blicas y privadas¯, as¡ como la necesidad de eliminar todas las formas de discriminaci¢n y de ®establecer condiciones para que los participantes en la acci¢n social se organicen y act£en en un marco que les garantice la libertad de expresi¢n y de asociaci¢n y el derecho a la negociaci¢n colectiva y a la promoci¢n de sus intereses comunes, teniendo debidamente en cuenta las leyes y reglamentaciones nacionales¯. Se afirma, asimismo, que es esencial que se promuevan y protejan todos los derechos humanos y libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo, y que se fomente la ratificaci¢n y aplicaci¢n de las disposiciones de los convenios y los pactos internacionales sobre derechos humanos, as¡ como el acceso de todos a los conocimientos, la educaci¢n y la informaci¢n. El cap¡tulo II versa sobre la Erradicaci¢n de la pobreza a la cual se hace referencia como ®un problema complejo y multidimensional con or¡genes tanto en el mbito nacional como en el internacional¯. Para poder encontrar soluciones al respecto es necesario contar con programas adecuados a cada pa¡s y con actividades internacionales de apoyo a los mismos. Se propone asimismo formular o fortalecer, preferentemente desde 1996 en adelante, y ejecutar, planes nacionales de erradicaci¢n de la pobreza para abordar las causas estructurales de la pobreza. En el contexto de los planes nacionales, se prestar especial atenci¢n a la creaci¢n de empleo como medio de erradicar la pobreza. Es preciso que las personas que viven en la pobreza y sus organizaciones se incorporen plenamente en la tarea de fijar objetivos y de elaborar, ejecutar, supervisar y evaluar las estrategias y programas nacionales. Es necesario, asimismo, alentar y ayudar a las personas que viven en la pobreza a organizarse de modo que sus representantes puedan participar en la elaboraci¢n de pol¡ticas econ¢micas y sociales. En este cap¡tulo se hace referencia tambi‚n a la necesidad de vigilar y evaluar peri¢dicamente los resultados de los planes de erradicaci¢n de la pobreza y de intercambiar informaciones al respecto y se pone asimismo de relieve la necesidad de mejorar el acceso a los recursos productivos y la infraestructura con miras a aumentar las posibilidades de generaci¢n de ingresos, la diversificaci¢n de actividades y la productividad en las comunidades pobres y de bajos ingresos. Se aborda el problema de la pobreza rural y se afirma que para combatirlo es necesario ampliar y mejorar la propiedad de la tierra mediante medidas tales como la reforma agraria y otras medidas encaminadas a aumentar la seguridad de la tenencia de la tierra. Se se¤ala tambi‚n que es indispensable promover salarios justos y mejorar la situaci¢n de los trabajadores agr¡colas. Para combatir la pobreza urbana se requiere la aplicaci¢n de una serie de medidas, entre las que se incluyen medidas para promover y fortalecer las microempresas, las nuevas empresas comerciales en peque¤a escala y las cooperativas, y es necesario tambi‚n facilitar la transici¢n del sector no estructurado al sector estructurado. En este cap¡tulo se exhorta adem s a adoptar medidas para atender a las necesidades humanas b sicas de todos, incluido el acceso universal a los servicios sociales b sicos. En el cap¡tulo II, bajo el subt¡tulo de ®Aumento de la protecci¢n social y disminuci¢n de la vulnerabilidad¯, se afirma que deben fortalecerse y ampliarse los sistemas de protecci¢n social, cuando sea necesario, a fin de ®proteger de la pobreza a las personas que no pueden encontrar trabajo, las que no pueden trabajar por razones de enfermedad, discapacidad, edad avanzada o maternidad, o por tener que cuidar ni¤os o parientes enfermos o de mayor edad, las familias que han perdido a uno de sus sostenes por muerte o disoluci¢n del matrimonio y a las personas que han perdido sus medios de vida a causa de desastres naturales o disturbios civiles, guerras o desplazamientos forzados¯. Las redes de seguridad social vinculadas a la reestructuraci¢n econ¢mica deben ser consideradas como estrategias complementarias para la mitigaci¢n general de la pobreza y el aumento del empleo productivo. Asimismo, es necesario ampliar y fortalecer los programas de protecci¢n social para proteger a los trabajadores, incluidos los trabajadores por cuenta propia, as¡ como a sus familias, del riesgo de caer en la pobreza, y hay que velar por que los trabajadores conserven sus derechos cuando cambian de empleo. El cap¡tulo III, titulado La creaci¢n de empleo productivo y la reducci¢n del desempleo, reviste, por supuesto, una enorme importancia para la OIT. Al comienzo de este cap¡tulo se afirma que el trabajo productivo y el empleo son elementos fundamentales tanto del desarrollo como de la identidad humana, la consecuci¢n del pleno empleo exige que el Estado, los interlocutores sociales y todos los dem s componentes de la sociedad civil cooperen para crear condiciones que permitan a todos participar en el trabajo productivo y beneficiarse de ‚l. La mundializaci¢n y el desarrollo tecnol¢gico ofrecen nuevas oportunidades de desarrollo, pero tambi‚n provocan nuevas incertidumbres, registr ndose un aumento del empleo a jornada parcial, del empleo eventual y de otras modalidades at¡picas de empleo. Los gobiernos deben fomentar y aplicar ®pol¡ticas activas con miras a lograr un empleo pleno, productivo, debidamente remunerado y libremente escogido¯, y estas pol¡ticas han de ser una prioridad, en los planos nacional e internacional. Para reducir al m¡nimo el efecto negativo en el empleo de las medidas de estabilidad macroecon¢mica, se requiere que los gobiernos coordinen las pol¡ticas macroecon¢micas, den prioridad a los programas que promuevan un crecimiento viable y a largo plazo del empleo cuando sea necesario efectuar ajustes presupuestarios, eliminen las limitaciones estructurales que se oponen al crecimiento econ¢mico y la creaci¢n de empleo, permitan que los conflictos en materia de demanda de recursos se resuelvan de modo no inflacionario mediante sistemas de relaciones industriales bien concebidos e instauren mecanismos de seguridad social adecuados a fin de reducir al m¡nimo los perjuicios derivados de los programas de ajuste estructural. Deben fomentarse las inversiones en infraestructura que entra¤en gran densidad de mano de obra, as¡ como las innovaciones tecnol¢gicas capaces de estimular la creaci¢n de empleo. Se hace hincapi‚ en la creaci¢n y el crecimiento de las empresas del sector privado, y en la eliminaci¢n de los obst culos que afectan a las empresas peque¤as y medianas, a las que hay que facilitar el acceso al cr‚dito, los mercados, la capacitaci¢n y la tecnolog¡a. Debe fomentarse la creaci¢n de empresas cooperativas. Hay que ayudar a las empresas del sector no estructurado a aumentar su productividad e integrarse progresivamente en la econom¡a estructurada, y hacer extensivas, poco a poco, a este sector las normas de trabajo y la protecci¢n social sin destruir su capacidad para generar empleo. Una secci¢n de este cap¡tulo se dedica a las pol¡ticas de educaci¢n, capacitaci¢n y trabajo, y en ella se pide la introducci¢n de asociaciones nuevas y revitalizadas entre los departamentos de educaci¢n y otros departamentos p£blicos, las organizaciones no gubernamentales, el sector privado y las comunidades locales. Es preciso ofrecer una educaci¢n b sica amplia para mejorar las aptitudes de aprendizaje, que constituyen las base para adquirir conocimientos especializados y adaptarlos y mejorarlos con rapidez para facilitar la movilidad. Deben fomentarse los programas de capacitaci¢n para las personas que se incorporan por primera vez al mercado de trabajo y programas de reorientaci¢n profesional para trabajadores desplazados o que han quedado sin puesto por reducci¢n de planilla. En este cap¡tulo se requieren pol¡ticas laborales din micas a fin de estimular la demanda de mano de obra y evitar as¡ que la carga que suponen para los empleadores los costos indirectos de la mano de obra los disuadan de contratar trabajadores. A este respecto se menciona la necesidad de ofrecer servicios de orientaci¢n profesional y asesoramiento, ayuda activa en la b£squeda de trabajo, y servicios de asesoramiento y apoyo a las empresas, en particular a las peque¤as. Tambi‚n se pide en este cap¡tulo que se mejoren las oportunidades de empleo de los j¢venes y de las personas discapacitadas y que se fomente el acceso de mujeres y ni¤as a trabajos realizados tradicionalmente por hombres. En otras disposiciones de esta secci¢n se expone que es preciso fomentar la movilidad de la mano de obra, la reorientaci¢n profesional y el mantenimiento de niveles adecuados de protecci¢n social para facilitar la redistribuci¢n de trabajadores, favorecer la integraci¢n o reintegraci¢n de la mujer en la fuerza de trabajo, promover la cooperaci¢n entre empleadores y trabajadores para prepararse para la introducci¢n de nuevas tecnolog¡as, y fortalecer los servicios de empleo p£blicos y privados y los sistemas de informaci¢n sobre el mercado. Otra secci¢n de este cap¡tulo trata del mejoramiento de la calidad del trabajo y del empleo. Se dice que es preciso observar y cumplir plenamente las obligaciones en materia de derechos humanos que los gobiernos hayan contra¡do, y ®proteger y fomentar el respeto de los derechos b sicos de los trabajadores, incluidos la prohibici¢n del trabajo forzado y el trabajo de los ni¤os; la libertad de asociaci¢n y el derecho de organizaci¢n y de negociaci¢n colectiva¯, la igualdad en la remuneraci¢n de los hombres y las mujeres por trabajo de igual valor ®y la no discriminaci¢n en el empleo¯. Los Estados que sean partes en los convenios de la OIT deben aplicarlos plenamente, y los Estados que no sean partes en ellos deben tener en cuenta los principios consagrados en dichos convenios. Los gobiernos deben ®considerar firmemente la ratificaci¢n y la plena aplicaci¢n de los convenios de la OIT relativos a esas esferas, as¡ como los relativos al empleo, los derechos de los menores, las mujeres, los j¢venes, las personas discapacitadas y los pueblos ind¡genas¯. Deben utilizarse las normas internacionales del trabajo en vigor para orientar la formulaci¢n de la legislaci¢n y las pol¡ticas nacionales en materia de empleo. En este cap¡tulo se se¤ala tambi‚n que es preciso ®fomentar el papel de la OIT, en particular en lo relativo a la elevaci¢n del nivel de empleo y la calidad del trabajo¯. Hay que alentar la cooperaci¢n entre trabajadores y empleadores en lo relativo a la participaci¢n de los trabajadores en las utilidades de las empresas y en las decisiones de las empresas. En esta secci¢n tambi‚n se incluyen varias disposiciones sobre las medidas para lograr un medio de trabajo saludable y seguro, el fomento de relaciones laborales s¢lidas basadas en la cooperaci¢n tripartita y el respeto pleno de la libertad de asociaci¢n y del derecho de organizaci¢n y de negociaci¢n colectiva, la eliminaci¢n de todas las formas de trabajo de ni¤os que vayan en contra de las normas internacionales aceptadas. En este cap¡tulo tambi‚n se aboga por la participaci¢n plena de la mujer en el mercado de trabajo y por su acceso sin distinciones al empleo. El principio de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres deber¡a establecerse como base de las pol¡ticas de empleo; deber¡a promoverse la sensibilidad a las diferencias de trato por razones de sexo a fin de eliminar el prejuicio contra el empleo de la mujer; deber¡a mejorarse el acceso de la mujer a las tecnolog¡as que facilitan el trabajo y las labores dom‚sticas para permitirles no limitarse a trabajos estereotipados y mal remunerados; ser¡a preciso cambiar las pol¡ticas y actitudes que realzan la divisi¢n del trabajo basada en el sexo y facilitar apoyo institucional, en especial protecci¢n social para la maternidad y arreglos de trabajo flexibles; asimismo, deber¡a alentarse a los hombres a participar activamente en todas las tareas familiares y dom‚sticas. El cap¡tulo III incluye las medidas que hay que adoptar para promover un mejoramiento de las oportunidades de empleo para los grupos que tienen necesidades espec¡ficas, entre ellos los desempleados a corto y a largo plazo, los j¢venes, los pueblos ind¡genas y las personas con discapacidades. Un p rrafo que trata de los trabajadores migratorios insta a ratificar los instrumentos existentes, a brindar a los migrantes documentados una plena igualdad de trato, a la cooperaci¢n con miras a reducir las causas de la migraci¢n indocumentada y a adoptar las medidas oportunas para facilitar el regreso de los migrantes y su reintegraci¢n en sus comunidades de origen. La £ltima parte de este cap¡tulo III trata del ®Reconocimiento y comprensi¢n m s amplios del trabajo y el empleo¯. Se refiere especialmente a la contribuci¢n que supone el trabajo no remunerado, en particular el relacionado con el cuidado de familiares a cargo y el trabajo no remunerado para granjas o negocios familiares, las medidas que hay que adoptar para facilitar la flexibilidad en la forma en que las personas dividen su tiempo entre la educaci¢n y la capacitaci¢n, el empleo remunerado, las responsabilidades familiares, las actividades voluntarias y el descanso. El cap¡tulo IV que trata de la Integraci¢n social, declara que su prop¢sito es la creaci¢n de ®una sociedad para todos¯, en la que cada persona, con sus propios derechos y responsabilidades, tenga una funci¢n activa que desempe¤ar. Hace un llamamiento a los gobiernos, para que promuevan y protejan la totalidad de los derechos humanos y las libertades fundamentales, y para que hagan que las instituciones p£blicas respondan en mayor medida a las necesidades de la poblaci¢n y para que fomenten la participaci¢n m s plena de la sociedad. Enumera diversas medidas que hay que adoptar para eliminar la discriminaci¢n y para promover la tolerancia, el respeto y la valoraci¢n rec¡procos de la diversidad, comprendida la igualdad y la equidad entre los sexos. Los gobiernos deben garantizar que todas las personas sean iguales ante la ley, y proporcionar igualdad de oportunidades de empleo. Deben ampliar y mejorar el acceso a los servicios b sicos, incluyendo la atenci¢n de la salud y la educaci¢n. Pide a los gobiernos que adopten medidas para atender a las necesidades especiales de los grupos de la sociedad, comprendidas las poblaciones ind¡genas, los ni¤os, los j¢venes, las personas con discapacidad y las personas de edad, as¡ como los refugiados, las personas desplazadas y las que buscan asilo, y los migrantes documentados e indocumentados. Finalmente, trata de las medidas necesarias para combatir la violencia, la delincuencia, el problema de las drogas il¡citas y el uso indebido de drogas. El cap¡tulo V, que trata de la Aplicaci¢n y seguimiento, declara que ®para que se alcancen los objetivos del desarrollo social ser imprescindible que haya una voluntad pol¡tica renovada y masiva a escala nacional e internacional para invertir en la humanidad y en su bienestar¯. Las medidas que hay que adoptar a nivel nacional comprenden formular o consolidar, desde 1996 en adelante, amplias estrategias multisectoriales para aplicar los resultados de la Cumbre y para definir metas y objetivos con plazos establecidos para reducir la pobreza general y erradicar la pobreza extrema, ampliar el empleo y reducir el desempleo, e intensificar la integraci¢n social en el contexto de cada naci¢n. En este cap¡tulo se reclama un fortalecimiento de los mecanismos de aplicaci¢n y vigilancia, incluidos arreglos para la participaci¢n de la sociedad civil y la colaboraci¢n con las organizaciones internacionales. Todos los pa¡ses deber¡an evaluar peri¢dicamente su progreso en la aplicaci¢n de los resultados de la Cumbre, tal vez en forma de informes nacionales peri¢dicos, y los organismos bilaterales y multilaterales deber¡an ayudar a los pa¡ses a fortalecer o reconstruir su capacidad de formular estrategias integradas de desarrollo social y elaborar conceptos y programas mejorados de reuni¢n y difusi¢n de estad¡sticas e indicadores del desarrollo social para facilitar el examen y el an lisis de pol¡ticas. Se han puesto muy de relieve la contribuci¢n de la sociedad civil a la aplicaci¢n de los resultados de la Cumbre. Se alienta a las empresas comerciales a aplicar pol¡ticas de inversi¢n y de otra ¡ndole, incluso en actividades no comerciales, que contribuyan al desarrollo social, especialmente en relaci¢n con la generaci¢n de oportunidades de trabajo y con los servicios de apoyo social en el lugar de trabajo. Se alienta tambi‚n a los sindicatos a participar en la planificaci¢n y la aplicaci¢n de los programas de desarrollo social, especialmente en relaci¢n con la generaci¢n de oportunidades de trabajo en condiciones justas y en el suministro de capacitaci¢n, de servicios de atenci¢n de la salud y otros servicios b sicos. Se menciona tambi‚n el papel que desempe¤an las organizaciones de agricultores y las cooperativas. Bajo el t¡tulo de ®Movilizaci¢n de los recursos financieros¯, se hace un llamamiento a los gobiernos para aumentar la disponibilidad de recursos p£blicos para aplicar las conclusiones de la Cumbre, para reducir, seg£n resulta apropiado, los gastos militares excesivos, para dar primera prioridad al desarrollo social en la asignaci¢n de los gastos p£blicos y aumentar la utilizaci¢n efectiva y transparente de los recursos p£blicos. Se requerir n recursos financieros adicionales y una cooperaci¢n y asistencia para el desarrollo m s eficaces en los pa¡ses en desarrollo, en particular los de Africa y los pa¡ses menos adelantados, todo lo cual fue objeto de la mayor atenci¢n. Para ello habr que ®esforzarse por lograr los m s pronto posible el objetivo convenio del 0,7 por ciento del producto nacional bruto (PNG) para la asistencia oficial para el desarrollo y aumentar la proporci¢n de los fondos destinada a programas de desarrollo social¯. Se pide tambi‚n un ®compromiso rec¡proco de los pa¡ses participantes desarrollados y en desarrollo de asignar, en promedio el 20 por ciento de la asistencia oficial para el desarrollo y el 20 por ciento del presupuesto nacional, respectivamente, a programas sociales b sicos¯. En este cap¡tulo se requiere tambi‚n una reducci¢n importante de la deuda para que los pa¡ses en desarrollo puedan aplicar la Declaraci¢n y el Programa de Acci¢n. Se invita a la comunidad internacional a que contin£e estudiando los medios de aplicar medidas adicionales e innovadoras para conseguir este fin. Se insta a las instituciones financieras internacionales a integrar en mayor medida en sus pol¡ticas, programas y operaciones, las metas del desarrollo social y a asignar mayor prioridad a los pr‚stamos para el sector social. Las instituciones de Bretton Woods y otras organizaciones del Sistema de las Naciones Unidas deben trabajar con los pa¡ses interesados para que los programas de ajuste estructural promuevan el desarrollo econ¢mico y social sostenido, prestando especial atenci¢n a sus efectos sobre las personas que viven en la pobreza y los grupos vulnerables. VII. El seguimiento de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social en el contexto de la OIT. En esta parte se sintetizar n algunas de las acciones emprendidas por OIT para dar cumplimiento al mandato establecido en la Cumbre para el Desarrollo Social. En particular, se restringir el an lisis del seguimiento a dos grandes temas sustantivos: creaci¢n de empleo productivo y normas internacionales del trabajo esenciales para los derechos humanos. Con respecto al objetivo empleo productivo, el seguimiento de la Cumbre comprende acciones a nivel internacional y nacional. En el plano mundial, la OIT es agencia l¡der del Grupo de Tareas establecido por el Comit‚ Administrativo de Coordinaci¢n de las Naciones Unidas, para efectuar un seguimiento a un grupo selectivo de pa¡ses (particularmente aquellos que hayan registrado significativas transformaciones productivas) para verificar sus resultados en materia de creaci¢n de empleo y las causas de estos resultados. Este seguimiento comprende un informe, preparado por el pa¡s hu‚sped y un conjunto de agencias del Sistema de Naciones Unidas, lideradas por OIT, que incluye un diagn¢stico y evaluaci¢n, incluyendo en esta £ltima la de los actores sociales y una propuesta de pol¡ticas o reformas. Cabe destacar que en Am‚rica Latina, el 16 de diciembre de 1996 se present¢ el Informe de Chile, elaborado por una misi¢n integrada por OIT, CEPAL, UNICEF, FAO, UNESCO y el pa¡s hu‚sped. Una segunda iniciativa de responsabilidad de OIT establecida como seguimiento de la Cumbre de Copenhague, es la preparaci¢n y difusi¢n de un informe anual sobre la situaci¢n del empleo en el mundo, abarcando tanto datos emp¡ricos como evaluaci¢n y an lisis de los principales factores que explican la evoluci¢n del empleo. La OIT viene cumpliendo, por segundo a¤o consecutivo, con la publicaci¢n de este informe. En tercer lugar, en seguimiento de los compromisos de la Cumbre, la OIT ha venido desplegando acciones y brindando colaboraci¢n para contribuir, con otras instituciones internacionales, a un seguimiento de la econom¡a internacional -comercio, finanzas, etc.- y proponer acciones que repercutan positivamente sobre la creaci¢n de empleo -o prevenir la incubaci¢n de shocks externos que redunden en una destrucci¢n masiva de empleos. En el plano nacional, la OIT ha venido fortaleciendo su accionar en el terreno, para apoyar los esfuerzos nacionales para formular y ejecutar estrategias y pol¡ticas que, en cumplimiento del Programa de Acci¢n de la Cumbre de Copenhague, se implementen en los pa¡ses -con particular atenci¢n al objetivo empleo productivo y a las pol¡ticas y programas definidos para dicho objetivo. Cabe se¤alar, que la aplicaci¢n de la Pol¡tica de Asociaci¢n Activa de la OIT con sus mandantes (Gobiernos, empleadores y trabajadores) es un instrumento particularmente £til para cumplir con este compromiso de la OIT en el plano nacional. Con respecto a las normas internacionales esenciales para los derechos humanos, erradicaci¢n del trabajo infantil, prohibici¢n del trabajo forzoso, libertad sindical y negociaci¢n colectiva e igualdad de oportunidades, la OIT ha venido desplegando varias iniciativas. La primera de ellas, iniciada a fines de 1995, es la promoci¢n a nivel nacional e internacional, de la aplicaci¢n y cumplimiento de las normas internacionales esenciales para los derechos humanos en el campo laboral. Esta iniciativa abarc¢ 169 pa¡ses y numerosas instituciones multilaterales o bilaterales. En segundo lugar, la OIT ha venido preocup ndose por lograr que los pa¡ses den pasos graduales en la direcci¢n de velar por el cumplimiento de las normas internacionales del trabajo en el mbito del comercio mundial. Un grupo de trabajo de OIT, responsable de la dimensi¢n laboral del comercio internacional, acord¢ y propuso no establecer sanciones a los infractores, restringirse a las siete normas esenciales para los derechos humanos , y no a todas las normas internacionales del trabajo, y reforzar los mecanismos de control que la OIT posee, para el monitoreo de la aplicaci¢n y cumplimiento. En la reuni¢n de la Organizaci¢n Mundial del Comercio que tuvo lugar en diciembre de 1996, se le otorg¢ a la OIT la responsabilidad del monitoreo y seguimiento del cumplimiento de las normas internacionales del trabajo esenciales para los derechos humanos en el mbito del comercio mundial. Esto supone la posibilidad eventual de modificaciones en el sistema de preferencias arancelarias para pa¡ses infractores. Esta decisi¢n adoptada en el seno de la Organizaci¢n Mundial del Comercio, refuerza significativamente el contexto en el que debe operar la OIT para velar por el cumplimiento de las normas esenciales, y agrega una dimensi¢n relevante para alcanzar los compromisos asumidos en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social de Copenhague. |