![]() ![]() ![]() |
Los cinco indicadores de salud reproductiva son relacionados con la pobreza medida por quintiles de ingresos; con el fin de conocer las diferencias más notorias. (cuadro 27)
Los más bajos niveles de pobreza se relacionan con el inicio temprano de la sexualidad. En el primer quintil (las más pobres) encontramos mayor proporción de mujeres que se inician sexualmente entre los 10 a 19 años (77.7%), mientras el 18.9% que las que se inician entre 20 a 24 años, y sólo el 3.4% de las mujeres pobres comienzan su vida sexual después de los 25 años.
Por el contrario, en el quinto quintil encontramos a las mujeres con mejores ingresos, y el 34.8% entre los 20 a 24 años, el 10.9% se inició después de los 25 años.
El bajo control de salud reproductiva, mediante el examen de mamas, se manifiesta nítidamente en el primer quintil (las más pobres) solamente el 7.9% de MEF se hicieron este examen; por el contrario más del doble, el 16.9% de mujeres clasificadas en el quinto quintil (mejores ingresos) se practicaron este control médico para detectar tempranamente un probable cáncer mamario y recibir el tratamiento adecuado.
A pesar que este tipo de control de la salud reproductiva está más extendido que el examen de mamas, los resultados no son muy discriminatorios, notándose escasas diferencias entre las mujeres más pobres del primer quintil, 20.2% se hicieron la prueba del papanicolao, frente al 26.8% de mujeres con mejores ingresos (quinto quintil).
El lugar donde ocurrió el último parto diferencia significativamente a las mujeres pobres de las que no lo son. Así encontramos que el 51.6% de mujeres muy pobres (primer quintil) se atendieron en sus casas y solamente 24.9% de las que tienen mejores ingresos (quinto quintil) se atendieron en sus domicilios.
En cambio, las mujeres con mejores condiciones económicas (quinto quintil) dieron a luz en una clínica particular (17.1%) y en un hospital o policlinico del IPSS (22.4%).
En algún establecimiento del MINSA fueron atendidas las mujeres de todos los niveles de pobreza, desde las más pobres hasta las que gozan de mejores condiciones económicas. Así en el primer quintil (39.5%), en el segundo quintil (43.6%) que son las más pobres; también fueron atendidas aquellas que tienen situación económica intermedia (40.4%), lo mismo que las que tienen mejor situación económica del cuarto quintil (33.1%) y del quinto quintil (32.6%).
La asistencia durante el parto por un médico generalmente la reciben las mujeres que tienen los más altos niveles de ingresos como el 42.8% de mujeres del quinto quintil; aún cuando la atención del médico también esta presente en los demás quintiles de ingresos, pero en menores proporciones.
Las obstetrices y enfermeras prestan atención casi por igual a las mujeres de los niveles bajos, intermedios y altos, como se puede observar en el cuadro 27.
Las parteras y promotoras que son las personas que ocupan un tercer lugar en la atención del parto, generalmente prestan asistencia a las mujeres más pobres: 25.3% del primer quintil y 24.1% del segundo quintil, y mucho menos a las mujeres del quinto quintil (12.1%).
Un cuarto recurso humano, para la asistencia del parto lo constituye los "familiares", generalmente la madre, la suegra o el marido. El 22.6% del primer quintil (las más pobres) fueron atendidas por algún familiar y sólo el 10.3% de mujeres que gozan de buena situación económica (quinto quintil).
Las diferencias entre las usuarias y no usuarias de algún método anticonceptivo según los quintiles de ingresos, son mínimas. Las usuarias del primer quintil (las más pobres) representan el 57.7% y del quinto quintil las de mejores ingresos, el 58.1%.
Las más pobres que no son usuarias son ligeramente menos (40.3%), que las no usuarias que tienen mejores condiciones económicas (41.9%). Del mismo modo, las diferencias por tipo de método usado: sea este moderno o tradicional es mínima, tienen igual distribución, superando en ambos casos en algunos puntos porcentuales las usuarias del quinto quintil, a las del primer quintil.
Todos los resultados examinados correspondientes a los indicadores de salud reproductiva, señalan por lo tanto, la existencia de evidentes desigualdades entre las mujeres en edad fértil, según los niveles de ingresos en los que se encuentran ubicadas.
Cuadro 27: La Pobreza, medida por quintiles de ingresos,
|