V. SUSTENTO TEORICO DE LA RELACION ENTRE
POBREZA Y BAJO NIVEL EDUCATIVO

El presente trabajo empírico es planteado, en gran parte, bajo la concepción teórica del desarrollo sostenido sobre la calidad del capital humano. Aunque este pensamiento surge por agotamiento de aquella concepción que explicaba el desarrollo como efecto de la acumulación del capital físico, es destacable que el sustento teórico del capital humano fuera aplicada a actividades consideradas fuera del análisis económico. Así, aplicada sobre la educación, dicha teoría se concentró y destacó el efecto de esta sobre el desarrollo.

Sobre la base de esta teoría, se sostiene que el uso de los escasos recursos para conseguir educación, salud y trabajo adecuado es una inversión en la persona humana, con la finalidad de elevar su productividad. Productividad que genera el crecimiento económico y acelera el desarrollo de las naciones. El aporte de esta inversión usualmente proviene del hogar, del mismo individuo y de la sociedad. La sociedad contribuye indirectamente con impuestos, los mismos que son revertidos nuevamente a la sociedad por canales y programas que dependen de órganos de decisión del Estado y de manera directa a través de decisiones autónomas de las entidades privadas. No obstante, es pertinente precisar que en la presente investigación, al examinar la etapa del periodo de vida de los individuos comprendida entre 12 y 19 años, se asume que la inversión en educación no proviene del mismo individuo porque este dedica su tiempo a estudiar. En la realidad, parte de los estudiantes reparten su tiempo entre trabajo y estudio.

Proceso de circularidad de la pobreza.

No se puede cambiar lo que no se conoce. Generalmente no se encuentra las vías para salir de la pobreza porque se desconoce la complejidad con la que se repite la pobreza. Asimismo, no se tiene lo que no se conoce, porque, entre otras razones, no se vislumbra o se duda de las bondades de la educación. En tal sentido, el propósito del presente trabajo es aportar con una parte de este necesario conocimiento de la asociación entre la pobreza y el bajo nivel educativo. Así, el examen del proceso de la circularidad de la pobreza no se limita a la observancia de la reproducción de la pobreza entre los pobres, sino que este es percibido como el producto de lo que hacen y dejan de hacer los miembros de una sociedad, desde quienes toman decisiones de política hasta los simples ciudadanos. No siempre es posible encontrar una explicación integral a todo el proceso de la pobreza, sin embargo se observa que, por largos periodos de tiempo, se sigue con los mismos métodos y contenidos educativos o con pocas acciones de mejora en el sistema de gestión y, sobre todo, con escaso éxito en la atención de las necesidades educativas de los pobres.

La observación del proceso social, en particular, de los países en vías de desarrollo, muestra proporciones significativas de población en situación de pobreza como es el caso del Perú (46 % de hogares con al menos una NBI, en 1997). También se observa que en este componente de pobres persiste una tendencia a reproducirse, aun cuando la dinámica social y el incremento de población educada permiten que una parte del mismo salga de dicho estado. En una misma dinámica social que registra simultáneamente los movimientos de ascenso y descenso social, se presenta el fenómeno de la reproducción de la pobreza, explicada en gran parte por aquella población pobre que vive inmersa en un proceso de circularidad "pobreza - baja educación – pobreza".

Buscando explicaciones a dicha circularidad, se ha elaborado la hipótesis que factores como el escaso ingreso de los padres o del hogar y el bajo nivel educativo de los padres, son elementos determinantes del bajo nivel educativo de los hijos y de las pocas probabilidades que estos últimos tienen para abandonar su actual estado de pobreza. Aún cuando es muy importante comprender este proceso de circularidad de la pobreza, se considera igualmente trascendente para los fines de esta investigación, dar a conocer los factores con capacidad predictiva de la población de 12 a 19 años que muestra la mejor condición o mayor probabilidad para salir de la pobreza.

En economías como la peruana, la simple observación de la sociedad nos advierte que existe cierta lógica en la reproducción de la pobreza asociada a la baja educación; es decir, con pocas variantes o excepciones, en los hogares y/o las personas en estado de pobreza se cumple una relación de circularidad de la misma explicada por el bajo nivel educativo alcanzado. Esto es, aunque los hijos de los jefes de hogar en estado de pobreza muestren ciertas mejoras con relación al nivel educativo de sus progenitores y, en tanto, esas mejoras no superen un determinado nivel educativo considerado bajo por la sociedad, esa población en edad formativa no reúne las condiciones para salir de la pobreza en su etapa de adultez. Es decir, el hecho de que algunos hijos de hogares pobres alcancen uno o varios años de estudio por encima del alcanzado por sus padres y, al menos, no superen la secundaria completa, no es garantía suficiente para hacer abandono de la pobreza.

Asimismo, se observa que la circularidad de la pobreza en las unidades familiares, ocurre secularmente entre generaciones, esto es, se traslada desde los abuelos a los padres y de estos a los hijos. La pobreza no se transfiere de manera biológica ni se hereda físicamente como un bien mueble o inmueble, pero se transmite en términos de estilos de vida, de creencias, de escasez de recursos materiales, de restricciones para visualizar oportunidades y de resignación a convivir con pocos satisfactores en bienes y servicios. El origen y los vínculos de la pobreza no se limitan al individuo y/o a la familia sino involucra también el contexto local e integral de la sociedad. En el caso extremo de las comunidades campesinas del Perú, el contexto de pobreza puede ser visto como una "... cárcel invisible, cuyos barrotes están constituidos externamente por un conjunto de limitaciones económicas y políticas e internamente por las restricciones materiales de sus propias comunidades" (Efraín Gonzales de Olarte).

En ese sentido, el hecho de permanecer en la pobreza es percibido no sólo como consecuencia de las deficiencias o baja calidad de la educación sino también por efecto de factores o elementos contextuales (ambiente del hogar, socio culturales y geográficos). Estos últimos inciden a favor y en contra de la culminación de la educación básica (primaria y secundaria). Además, se observa, aunque no se pueda demostrar en el presente trabajo, que el proceso secular de la pobreza en determinados grupos sociales se perenniza por si misma, considerando que es casi imposible salir de ella sin la acción de factores externos a la familia o el hogar. Sin embargo, en contra de esta apreciación fatalista, estática de la sociedad y dependiente de elementos externos, también se observa que determinadas familias o individuos abandonan el estado de pobreza. Entonces, cobra importancia mostrar evidencias empíricas y presentar las descripciones y/o explicaciones de aquellos elementos que caracterizan y/o determinan que un determinado segmento de población califique y tenga probabilidades reales para abandonar el estado de pobreza.

El logro educativo considerado bajo, en particular en los adolescentes y jóvenes entre los 12 y 19 años de edad, es consecuencia de complejos elementos materiales, políticos y sociales que condicionan el desarrollo educativo nacional y determinan el atraso escolar de grupos en desventaja. El origen de las desventajas más comunes que afectan a nuestros estudiantes sería la pobreza, el desigual valor educativo asumido en los hogares, las diferencias culturales y la dispersión o aislamiento geográfico. De todas ellas, las que tendrían más viabilidad de ser superadas serían las dos primeras desventajas, para lo cual se requiere de trascendentes orientaciones de la política educativa y de una más decidida participación comunitaria. El elemento que atraviesa todos los estamentos involucrados en la educación y que de manera directa puede reducir el impacto de las desventajas antes mencionadas es el valor de la educación.

La educación no es el único factor que explica el desarrollo de las sociedades. Así, se acepta que el mayor desarrollo de las naciones esta asociado, entre otros, al capital financiero acumulado y disponible, a las innovaciones tecnológicas y al mayor nivel de educación y de organización de sus ciudadanos. Por lo tanto, se concibe que el nivel educativo de la población y el desarrollo de una nación se retroalimentan mutuamente y ascienden de manera paralela con el transcurrir del tiempo y se estima razonable esperar que la inversión en educación provoque incremento económico y desarrollo. Sin embargo, en determinados países como el Perú, es posible encontrar personas que habiendo alcanzado el nivel de la educación básica (secundaria completa), no hayan logrado superar el estado de pobreza. En parte, tal situación genérica se explica por la presencia tanto de elementos adversos derivados de los caprichos de la geografía como a limitaciones imputables a las diferencias culturales.

Lo que se desea destacar es que el logro de la enseñanza es el resultado del efecto combinado de la eficacia del sistema educativo y de la influencia de elementos contextuales como el origen social y los condicionantes materiales del periodo educativo de los alumnos. Entonces el diagnóstico para formular instrumentos operativos en el sistema educativo, por ejemplo, no debe limitarse al "alumno promedio" sino, por el contrario, debe rescatar la realidad diferenciada de cada provincia () y de las situaciones de pobreza de los hogares. A esta constatación se agregan un sinnúmero de dificultades e inconvenientes que, en conjunto, constituyen una compleja realidad que se resiste al cambio; no obstante, el mejoramiento educativo avanza mediante la acción concertada de los organismos del gobierno central y la ejecución o intervención de proyectos experimentales en ámbitos locales. Sin embargo, en el tema de la educación aún son necesarias las medidas nacionales de descentralización administrativa, como lo son la participación comunitaria y el involucramiento de las familias (la educación preescolar, matrícula oportuna, desarrollo de instituciones culturales locales, apoyo a los adolescentes que abandonan la escuela, etc.).

Por otro lado, las investigaciones sobre la educación señalan que las personas elevan su nivel de productividad e ingreso como reconocimiento a su capital innato y como retorno de la inversión en educación, esto es, por los agregados en conocimientos, en habilidades adquiridas con el adiestramiento y con la experiencia acumulada. Entre otros investigadores, comparando los datos de la ENIV 1991 y 1994, Gustavo Yamada F. y Jaime Saavedra Ch. encontraron que todos los grupos educacionales incrementaron sus ingresos promedio, sin embargo, el ingreso creció mas en los más educados.

Con tales elementos, se concibe que la relación entre desarrollo y educación, es una realidad en la que se agregan mejoras en la calidad de la enseñanza, acompañadas de una dinámica social que contribuye a materializar los objetivos individuales y colectivos de sus ciudadanos. Esta visión de la realidad, asume que entre los individuos integrantes de la sociedad se comparte una clara conciencia de la bondad de los contenidos del sistema de enseñanza y del efecto positivo de los factores contextuales a la educación, por dos simples razones, la contribución de los individuos en la construcción del desarrollo integral de los sectores económicos y sociales y la elección de una estrategia colectiva sustentada en la formación del capital humano. La fortaleza de esta estrategia, en particular para los piases pobres, se origina en el dinamismo y contribución de los agentes internos Estado y familia y, se proyecta hacia el desarrollo sostenido de la capacidad del capital humano nacional. En términos más objetivos, se debe entender que en dicha estrategia el Estado seguirá jugando un rol decisivo sobre la educación, sea elevando el porcentaje del Presupuesto Público destinado a la educación, logrando mas eficiencia y racionalidad en el destino del gasto y ampliando las autonomías en la dirección y gestión de los centros educativos.

El razonamiento lógico, hecho explícito a partir de la comprobada asociación positiva entre la educación y el ingreso de las personas, permite esperar que a mayor grado de educación, en primer lugar, los individuos son dotados de una más amplia capacidad de respuesta frente al mercado laboral y, en segundo lugar, que esa capacidad es determinante de una mayor productividad, la cual, a su vez permitirá alcanzar adecuados ingresos en el mercado laboral. En el caso de los jóvenes con secundaria completa, estos obtendrían mejores salarios iniciales que los otros que cuenten con menor nivel educativo. Sin duda, los jóvenes con secundaria completa aprobada en la edad normativa aventajan, potencial o realmente, a quienes alcancen ese mismo nivel educativo con atraso con relación a la edad normativa. Los más educados tienen ventajas, algunas no muy tangibles, pero finalmente atributos que los diferencian de los escasamente educados; tales como la acreditación de estudios, la capacidad para desarrollar una determinada productividad, la disponibilidad para continuar con estudios superiores o trabajar y otros más.

Sabiendo que la productividad real de un individuo se corresponde con el efecto combinado del nivel de educación, experiencia y habilidad acumulados, dicha productividad se hará evidente luego de un periodo de trabajo efectivo. En ese sentido, los adolescentes tardíos con secundaria completa, entre 15 y 19 años de edad, serían diferenciados por los contratantes en virtud del nivel educativo alcanzado. Aquí, podemos percibir la existencia de la función social de la educación sustentada por Riley , al proporcionar información de la productividad, elemento determinante para la selección por los empleadores. Esto es, la educación no sólo cumple la función de entregar conocimiento sino, además, acredita a las personas de una potencial capacidad o productividad.

Cabe precisar que los jóvenes desarrollan productividades diferenciadas en función del capital innato, del proceso de enseñanza – aprendizaje, del nivel educativo alcanzado, de las habilidades y experiencias y de las circunstancias o contextos locales (escuela pública o privada, actividad agrícola o industrial, área urbana o rural). Por razones de simplificación, se espera que, desde una perspectiva de oferta de productividad potencial, la población en edad escolar alcance distintos niveles de productividad en relación directa con el grado educativo aprobado en edad normativa y al acondicionamiento de los elementos extraescolares.

Sin duda, el proceso de cambio para salir de la pobreza vía la educación básica no se restringe a la inversión para el mejoramiento de la calidad de la enseñanza y del impecable funcionamiento de tres o cuatro instrumentos de política de desarrollo educativo. Son también necesarios contar con una renovada visión de los conductores del sistema educativo nacional, con el establecimiento de eficaces sistemas de administración y gestión, y con una creciente participación de las familias y las organizaciones civiles locales en la difusión, capacitación e interiorización del valor y del sentimiento de responsabilidad en la educación de la población en edad escolar.

Además, hay diversas evidencias que se registran como consecuencias positivas derivadas de la educación, muchas de las cuales no son apreciadas en términos de productividad pero sí en mejor calidad de vida. Por ejemplo, sabemos de algunas personas que aumentan su nivel educativo y no logran salir de la situación de pobreza; no obstante, dan muestra de cambios positivos en sus respectivos estilos de vida; así, se tornan más ordenados, asumen mejores hábitos de higiene personal, son más responsables en la conservación de su salud y en la formación de la familia, adoptan una mejor actitud hacia el trabajo y son más tolerantes, democráticos y conscientes del derecho de los demás. Por todo ello, en el transcurso de la presente investigación se mantiene el supuesto de que cualquier individuo que haya alcanzado un determinado logro educativo (estudia en la edad normativa o tiene la secundaria completa) esta potencialmente calificado para abandonar la situación de pobreza o mantenerse en el estrato de los no pobres. Así, planteamos la hipótesis de un círculo virtuoso de la educación, sostenido en la observación de un determinado segmento de la población que logra quebrar el proceso secular de la pobreza gracias a la diferenciación, al reconocimiento y a la selección que la sociedad efectúa sobre quienes alcanzan un aceptable logro educativo.

Importancia de los factores contextuales de la educación

Entre otros factores extraescolares, son examinadas algunas variables socioculturales por su trascendencia en sus efectos diferenciadores de la población examinada y no necesariamente como elementos retardatarios del progreso educativo de la misma. Entre ellos, son calificados como restrictivos, tanto para acceder al proceso educativo como para esperar retornos del mismo, el aislamiento o dispersión de la población impuesto por la geografía y el estado de pobreza de sus hogares. Prueba de ello es que en la economía peruana tenemos provincias rurales, incluso algunas cercanas a Lima Metropolitana, pobladas con campesinos pobres que en parte cuentan con secundaria completa, cuyas características de vivienda, técnicas de trabajo agropecuario y estilos de vida permanecen, con pocos cambios, similares a los registrados hace 30 años o más.

Con una perspectiva nacional, el desarrollo empírico de la presente investigación sustenta que el logro educativo alcanzado, en términos de año o grado aprobado con relación a la edad normativa es la variable que, por si sola, podría estar revelando a ese componente de población en edad escolar que cuenta con las mejores condiciones para salir del estado de pobreza. Esta variable informa sobre el año de estudio alcanzado dentro o fuera de la edad normativa y, en la categoría más elevada, indica haber estudiado y aprobado en la oportunidad que corresponde a la edad normativa. Tal vez, esa misma variable podría confirmar las diferencias del capital humano innato y del efecto diferenciado de los elementos extraescolares.

Por lo antes expresado, creemos que en el Perú, vencer la circularidad de la pobreza asociada al bajo nivel educativo es una necesidad y un reto a lograrse en el tiempo. Esto significa que la población y los funcionarios de las instituciones del Estado tomen conciencia de esta circularidad de la pobreza a fin de complementar las acciones destinadas a elevar el nivel educativo de la población y crear las condiciones para pasar al círculo virtuoso de educación – no pobreza. Para tales efectos, se estima que entre otras vías creadoras de las condiciones mínimas que exige el ingreso al círculo virtuoso de la educación, un camino importante es la inversión en elementos contextuales a la educación, esto es, entrega de escuelas, dotación de servicios básicos en las escuela existentes, apoyo alimentario para reducir la desnutrición y prestación de salud.

Considerando que las investigaciones realizadas afirman que en la formación de las personas el proceso de enseñanza constituye una parte del esfuerzo de aprendizaje del individuo, destacamos la injerencia de los factores contextuales a la educación. Estos factores, llamados también extraescolares, explican el 60 % del rendimiento escolar diferencial, según el Banco Mundial; y el clima educacional del hogar explica entre el 40% y el 50% del aprendizaje, según la CEPAL. Asimismo, la CEPAL agrega que la capacidad económica explica entre el 25 % y 30 %, e inciden positivamente en el aprendizaje la infraestructura física del hogar y la organización familiar.

En tal sentido, la presente investigación se concentra en el análisis empírico de los factores contextuales a la educación y no de los elementos del proceso de enseñanza. En principio, se examinan las variables explicativas y/o predictivas del año aprobado en edad normativa de la población en edad escolar de 12 a 19 años; esta variable dependiente se eligió en reemplazo del ingreso de los hijos, teniendo en consideración que la población examinada se encuentra en una etapa previa al ejercicio de su capacidad productiva. Las variables independientes serán identificadas con relación a los agentes involucrados en la educación y formación de los hijos, tales como el Estado y la familia, y al contexto sociocultural. La familia, por su aporte en el gasto privado para la educación y el Estado por el gasto social en servicios básicos de los centros educativos.

Para comprender la importancia de los factores contextuales a la educación se asume que en la teoría del desarrollo educativo se señala que el educando requiere de un ambiente con ciertas condiciones materiales mínimas para aprovechar las enseñanzas, de lo contrario el estudiante es arrastrado por el desaliento y el fracaso. En cierto modo, los factores contextuales también contribuyen en la disponibilidad de una oferta educativa que cuente con la capacidad exigida para retener al estudiante dentro del sistema educativo y evitar, en parte, la deserción escolar. Se podría reconocer que las deserciones escolares por razones económicas, de trabajo o de género se originan tanto en el hogar como en la economía nacional.

Aún cuando el presente examen empírico no incluye una evaluación de la educación básica, se estima que el examen de los resultados o logro educativo es importante por dos razones fundamentales, por un lado, nos hace recordar que durante el periodo de la educación básica (primaria y secundaria) el individuo depende del financiamiento de terceros, del hogar y del Estado y, por otro lado, permite comprender que la educación básica trasciende en el resto de la vida del estudiante, tanto así, que sobre la base de dichos resultados es posible hacer pronósticos sobre la futura recomposición de la situación de pobreza de la población.

Por otro lado, la selección de las variables identificadas como los componentes principales que explican más directamente el nivel educativo alcanzado en la respectiva edad normativa como efecto de las variables contextuales a la educación, servirán para dar sustento de la mayor capacidad (expectativa de mayor ingreso futuro, como retorno de la educación), de un determinado segmento de la población escolar, para salir de la pobreza. El propósito, en definitiva, de la presente investigación es aportar argumentos y evidencias empíricas que sustenten la importancia de la inversión privada y pública en la educación básica, como una estrategia para superar los actuales niveles de pobreza.

En ese sentido, se proporcionan evidencias empíricas y las características que reúnen los estudiantes en edad escolar (de 12 a 19 años) para calificar como integrantes del grupo con condiciones o mayores probabilidades para permanecer en el estrato de los no pobres o, en su caso, salir del estado de pobreza. Aquí se ha propuesto que el nivel educativo alcanzado permite y/o atrae oportunidades para salir de la pobreza y, aún siendo una credencial, el nivel educativo no es un pasaporte para ingresar al estado de no pobreza. De allí la necesidad de examinar e identificar aquellos factores extraescolares que además de contribuir con el mejor desarrollo educativo, influyen o caracterizan a los estudiantes con condiciones para abandonar la pobreza.

Sabemos que la sociedad esta integrada por grupos humanos jerarquizados y diferenciados por diversas variables o atributos correspondientes a cada variable elegida para la observación o el análisis. De manera similar, aquí hacemos una selección arbitraria de la población en edad escolar en función a determinados atributos. Tales atributos provienen de los tres grupos de variables identificadas con los vectores X, Y, Z, antes mencionados. Por lo tanto, del universo de la población en edad escolar (12 a 19 años) serían seleccionados aquellos que estudian en la respectiva edad normativa y, que al reunir otros atributos diferenciadores, califican para permanecer en el estrato de los no pobres o para salir del actual estado de pobreza. Sobre los atributos (ingreso del hogar, la disponibilidad de los tres servicios básicos, tales como agua, alumbrado eléctrico y servicios higiénicos; y otros) se realiza un arbitraje como un proceso o procedimiento que, de algún modo, simula el tamiz que inexorablemente aplica la sociedad.

Enfoques sobre pobreza

Entre otros enfoques sobre pobreza hay uno que la relaciona con la dinámica demográfica, la cual señala que "el retardo del éxito económico es un resultado de la incapacidad de las sociedades para regular sus ritmos de crecimiento demográfico, hecho que, por si mismo, crea situaciones de inequidad y pobreza". 2 Mencionamos este enfoque para ayudar a comprender que entre las variables contextuales hay elementos socioculturales y demográficos que intervienen en el proceso de desarrollo. En este sentido, advertimos que las familias pobres no sólo deben aumentar sus gastos en educación sino que además pueden contribuir en la conformación de hogares con menos miembros dependientes económicamente o con menos hijos por mujer. Al respecto, debemos tener presente que las acciones para superar la pobreza son diversas y algunas, como el programa de salud reproductiva que contribuye al bienestar de las parejas proporcionándoles información y servicios de salud dentro del principio de libre elección en el tamaño de familia, también requieren del acompañamiento de la educación.

Asimismo, recordamos que los estudios sobre la pobreza en el Perú muestran que a la extensión de la misma se adiciona la desigual distribución geográfica y que la situación de la pobreza en las áreas más desfavorecidas se relaciona a su vez con las deficiencias de educación, salud y la carencia de servicios básicos. A dicho diagnóstico de la sociedad peruana, habría que agregarle que las diferencias culturales y el acondicionamiento geográfico, son datos, al menos en el corto y mediano plazo, con los cuales se tienen que diseñar los programas de desarrollo nacional.

Además, es pertinente comprender que la confianza de la inversión estatal en la educación básica no implica riesgo alguno en la irracionalidad del gasto en subsidios a la población en situación de pobreza, al menos, en lo que pudiera especularse como sobreinversión en la educación. La indicada sobreinversión se daría en el caso que los retornos esperados sean menores al gasto en educación, en particular, de aquellos que no tienen capacidad para estudiar; es decir, aquellos con poco capital innato serían alentados por el subsidio para estudiar más años de los normados para alcanzar la secundaria completa, sin lograr, posteriormente, un ingreso similar al promedio de los educados en la edad normativa con 11 años de estudios aprobados. Al respecto, se estima que esto no ocurriría de manera generalizada por dos razones, de un lado, los menos hábiles se retiran del sistema educativo básico por considerar que su costo de oportunidad de trabajar es mayor al subsidio recibido para estudiar y, de otro lado, porque el fenómeno de la sobreinversión es más propio en la educación superior, donde el estudio subsidiado de los menos hábiles induce a los más hábiles a estudiar más de lo necesario (la diferenciación por credencialismo).