En esta sección son examinadas las diversas variables que inciden en la determinación del logro educativo de los hijos y, que aún con las fuerzas positivas de las mismas, en su momento apreciaremos que hay una mayor probabilidad o frecuencia que los hijos de hogares pobres alcancen los más bajos resultados educativos en comparación a los hijos de hogares no pobres. Lo que ayuda a entender esta determinante capacidad diferenciadora de la pobreza sobre el logro educativo, es el acompañamiento de otras variables como son las de gasto escolar que describen el débil desempeño de los pobres para atender las necesidades de gasto privado en la educación de sus hijos.

Considerando que el objeto de estudio demandaba examinar la incidencia de las variables independientes sobre alguna forma de resultado educativo que se desempeñe como variable dependiente, se optó por construir la variable hijos con años de estudio aprobados con relación a la edad normativa (logro educativo). Para la medición de dicha variable de resultado se decidió utilizar el segmento de la población comprendido entre 12 y 19 años de edad, sujeta a la condición de hijo (a) en la relación de parentesco con el jefe (a) de hogar. La razón principal para dicha elección fue considerar que en tal periodo de edad, la población examinada muestra con adecuada objetividad buena parte de los resultados del sistema de educación, en sus dos niveles de educación básica, primaria y secundaria. Asimismo, es necesario precisar que la población examinada comprende a todos los hijos del jefe de hogar, incluso a los sin educación y a los de educación especial. Los datos utilizados corresponden a la ENAHO del segundo trimestre de 1998.

La población de hijos examinada es el 82 % del conjunto nacional de 12 a 19 años de edad y constituyó aproximadamente el 15 % de la población peruana, en 1998. Este segmento, según el nivel educativo alcanzado, se distribuye en 0,6 % sin educación, 34,3 % con primaria, 61,2 % con secundaria, 3,6 % con educación superior y 0,2 % con educación especial. Asimismo, esta población se distribuye, según el logro educativo alcanzado (determinado en función del mayor grado o año aprobado respecto de su correspondiente edad normativa), en 0,6 % sin ningún grado o sin educación, 41,1 % con atraso mayor a un año, 21,4 % con atraso de un año y 36,8 % en edad normativa. Se advierte que las siguientes tablas de frecuencias responden a cifras expandidas de la encuesta y que la población examinada es de 3.514.460 de habitantes de 12 a 19 años de edad. En cada cuadro sólo se indica la población examinada cuando es menor a la antes indicada.

En lo sucesivo, el logro educativo de los hijos es la expresión de resultado que indica el estado o la categoría de la población examinada de los hijos de jefe de hogar según el año de estudio aprobado respecto a la edad normativa. En principio, en la población de 12 a 19 años de 1998, se observa que entre los que aun se registraban en el nivel de primaria y los que estudiaban en el nivel de secundaria, el 15 % y el 48 %, respectivamente, aprobaron en la edad normativa y el resto lo hizo con uno o más años de atraso o integran el componente de hijos sin educación. Del total de entrevistados por la antes indicada ENAHO, incluyendo a los estudiantes de educación superior y especial, en promedio el 37 % aprobó en la edad normativa.

Cabe precisar que dichas tasas no representan a los correspondientes niveles de educación primaria, secundaria o superior, debido a que no incluye a todos los estudiantes de esos niveles. Además, es explicable el abultado componente de estudiantes con atraso en el nivel de primaria si tenemos en cuenta que la mayoría de ellos, por su edad cronológica, deberían estar estudiando secundaria. Esas limitaciones señaladas no son atribuibles a la muestra de la ENAHO 1998, II trimestre, sino a la arbitraria selección de la población en edad escolar efectuado en función de los objetivos de la presente investigación.

El logro educativo, relativo a la edad normativa, esta asociado inversamente a la deserción escolar, es decir, a mayor deserción se presenta menor logro educativo. Así, de los no matriculados en 1998, sólo el 20 % habría aprobado en su respectiva edad normativa, los cuales para el año siguiente estarán engrosando el contingente de los jóvenes con atraso escolar. Por otro lado, de los que debieron matricularse en primaria o secundaria (con o sin atraso respecto a la edad normativa), aproximadamente uno de cada cuatro no lo hizo. En tanto, en el conjunto de los matriculados y matriculadas, las mujeres alcanzan una mayor proporción entre los aprobados y aprobadas en la edad normativa con relación a los estudiantes varones (46 % y 40 %, respectivamente). Asimismo, en el total de la población examinada, es destacable que las mujeres alcanzan mayor proporción de logro educativo en edad normativa que los varones (en promedio, 40 % y 34 %, respectivamente). Ver el cuadro Nº VII.1.