Dentro de la Política Nacional de Salud se
contempla el desarrollo de acciones integradas para revertir el
actual deterioro de la calidad de vida, principalmente de los
grupos socialmente más vulnerables, para lo cual se considera
necesario promover el desarrollo de las acciones que realiza la
sociedad a través de sus agentes sanitarios, institucionales
y populares, mediante la descentralización y regionalización,
con la participación de las organizaciones sociales, organismos
no gubernamentales, e instituciones del estado.
Para el período 1990-1995 se plantearon como
metas la disminución de la incidencia de las principales
causas de morbi-mortalidad, como son las infecciones respiratorias
agudas en los menores de catorce años, enfermedades diarréicas
agudas y la deficiencia inmuno-preventiva. Las principales metas
son:
- Elevar la cobertura de inmunización al 85 por ciento.
- Erradicación de la poliomielitis.
- Eliminación del tétano-neonatal en 1995.
- Reducción de la mortalidad materna al 10/10000.
- Reducción de la morbi-mortalidad por tuberculosis
en 50 por ciento hacia 1995.
Las líneas de acción prioritarias
para el desarrollo y fortalecimiento de programas y servicios
al más corto plazo son:
- Programas de alimentación complementaria y nutricional.
- Programa de medicamentos (especialmente antibióticos, medicamentos genéricos, sales de rehidratación y sueros).
- Atención del medio ambiente para la salud.
- Programas de educación sanitaria.
A pesar de que existe una Política Nacional
de Salud, su efectividad ha estado limitada, debido principalmente
a la crisis de la economía, que se inició en la
década de los 70 y que se acentuó a partir de 1988.
Sin embargo cabe resaltar que ha disminuido la incidencia de las
enfermedades inmuno prevenibles en el período de 1985-1989.
Así se tiene, por ejemplo, que la prevalencia del sarampión
disminuyó de 47,7 por cien mil habitantes a 5,3 y la tos
ferina de 36,7 a 7,9.