|
ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿
³ 9. FAMILIA ³
ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ
Tal como se se¤al¢ anteriormente, las condiciones de pobreza
han propiciado que la poblaci¢n, y en especial la de menores
ingresos, apelen a los principios de solidaridad y ayuda mutua
para mejorar sus condiciones de existencia. En este sentido la
mujer ha jugado un rol principal, ya que a partir de la confor-
maci¢n de grupos solidarios se ha podido mantener m¡nimos
niveles de nutrici¢n en los ni¤os, y en general de la familia,
cuidado de la salud materno infantil y , en la menor parte de
veces, logrando mayores ingresos.
Por otro lado, desde la perspectiva de la familia se ha busca-
do implementar estrategias de auto empleo, sea por la v¡a de
generar una ocupaci¢n en el rea de servicios o comercio y, en
el menor de los casos, realizando actividades productivas. Seg£n
el censo de 1993 en el 13 % de viviendas se ha destinado una
habitaci¢n para realizar alguna actividad econ¢mica, este
porcentaje sube a 14 % si se consideran las viviendas en el
mbito urbano. Considerando s¢lo las viviendas que disponen de
un ambiente para realizar actividades econ¢micas se encuentra
que el 75 % se localiza en la provincia de Arequipa, en concor-
dancia con el patr¢n de distribuci¢n de la poblaci¢n a nivel
regional que es altamente concentrador en la ciudad de Arequipa.
Ahora bien, en estos casos la utilizaci¢n de mano de obra es
de car cter familiar, que no asegura un salario a los trabaja-
dores, sino la distribuci¢n de beneficios por venta de los
productos.
En las zonas rurales, estas formas de organizaci¢n obedecen a
patrones tradicionales, donde la mano de obra familiar es
utilizada seg£n la ‚poca del a¤o y el calendario agr¡cola, as¡
como del nivel de esfuerzo que exige la actividad. Las labores
colectivas est n destinadas a trabajos para beneficio de la
comunidad.
Dados los niveles de desarrollo de las zonas rurales, en
especial las andinas, la migraci¢n estacional constituye una
manera en que las familias puedan obtener ingresos adicionales o
complementarios de actividades diferentes a las realizadas en el
lugar de origen.
Los mecanismos se¤alados son algunos de los que han generado
las familias de sectores populares en especial para enfrentar
los severos efectos del proceso de pauperizaci¢n de la sociedad.
9.1. CARACTERISTICAS DE LA FAMILIA
Como producto del proceso de urbanizaci¢n y el correlato de la
modernizaci¢n, se espera que se hayan modificado las tendencias
respecto del predominio de familias extendidas por familias
nucleares y que el tama¤o de ‚stas se haya reducido. Por otro
lado, se podr¡a esperar que las uniones se hayan formalizado
mediante el matrimonio.
En el censo de 1993 se ha considerado que el hogar censal es
el conjunto de personas que ocupan una vivienda y comparten la
alimentaci¢n, as¡ no tengan v¡nculos de parentesco que, en
t‚rminos generales, puede ser asimilada a la de familia,
salvando la distancia respecto que la definici¢n hace sobre el
parentesco.
Aceptada esta propuesta se puede se¤alar que, en la regi¢n, la
familia est organizada de manera nuclear, es decir, los padres
y sus hijos. En 1993 se han censado 185 515 viviendas, en las
que se ha encontrado la siguiente distribuci¢n de hogares:
01 hogar 90,0 %
02 hogares 7,3 %
03 hogares 2,0 %
04 hogares 0,5 %
05 y + hogares 0,2 %
Seg£n estos datos, el 10 % de los hogares de la regi¢n
comparte la vivienda, hecho que si es analizado seg£n rea de
residencia urbano y rural muestra una marcada caracter¡stica
urbana sobre el fen¢meno, pues del total de viviendas con m s de
dos hogares el 96,4 % son de reas urbanas y el 3,6 % de reas
rurales; de las viviendas en el rea urbana 90 % corresponden a
la provincia de Arequipa.
Este fen¢meno puede ser expresi¢n del d‚ficit de vivienda
existente, hecho que se podr¡a agudizar si es que se analiza la
calidad de vivienda y el nivel de habitabilidad. Pero, en todo
caso, resulta significativo este porcetaje de hogares que
comparten la vivienda, en el sentido que se establecen
relaciones de dependencia que pueden terminar afectando la
constituci¢n de la familia, al margen de lo que significa la
convivencia y el desarrollo de sus integrantes.
Por otro lado, puede ser resultado del deterioro econ¢mico por
en las familias, puesto que los hijos forman un nuevo hogar y no
dejan el de sus padres sino que se agregan a ‚l, con los
consiguientes problemas de dependencia de la nueva pareja. Otra
explicaci¢n ser¡a que las nuevas familias no cuentan con los
recursos econ¢micos para adquirir una vivienda en un rea
similar en t‚rminos urbanos que la de los padres y por lo tanto,
frente a la disyuntiva de radicar en zonas urbano marginales,
o de pueblos j¢venes se produce el fen¢meno de tugurizaci¢n o
hacinamiento.
Por otro lado, la crisis no se ha restringido a lo econ¢mico y
social, sino que estos factores tambi‚n han arrastrado a una
crisis de valores que se refleja en la precariedad de las
relaciones familiares. Muchas pueden ser las causas espec¡ficas
para que los matrimonios se desintegren, generando en la mayor¡a
de los casos problemas de car cter psico social a sus miembros,
estos problemas son m s notorios en los mbitos urbanos y en
especial de las ciudades grandes.
Frente a esta situaci¢n, la mujer es la que ha asumido el rol
m s importante para afrontar los problemas creados por esta
crisis.
Seg£n el censo de 1993 el porcentaje de personas que declara
que su estado civil es separado o divorciado es de 2,1 %, cifra
superior a la encontrada en 1981 (1.1%). Tal como se aprecia en
el siguiente gr fico:
Analizando esta situaci¢n a nivel de provincia se encuentra un
comportamiento similar, es decir que se incrementa la proporci¢n
de separa-dos y divorciados. (Ver Cuadro N§ 28)
CUADRO N§ 28
REGION AREQUIPA: POBLACION DE 12 Y MAS A¥OS DE EDAD,
POR ESTADO CIVIL O CONYUGAL, SEGUN PROVINCIAS: 1981 Y 1993
(PORCENTAJE)
ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿
³ ³ ³ ESTADO CIVIL 1/ ³
³ ³ ÃÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ´
³ PROVINCIAS ³ TOTAL ³ SOLTERO ³ CASADO ³ CONVI- ³ VIUDO ³ DIVORCIADO ³
³ ³ ³ ³ ³ VIENTE ³ ³ Y SEPARADO ³
ÃÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ´
³ 1981 ³
ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ
TOTAL 100.0 44.9 39.8 9.6 4.3 1.4
(479,670)
AREQUIPA 100.0 47.8 38.4 8.5 3.8 1.5
(344,638)
CAMANA 100.0 43.6 37.6 13.3 4.0 1.5
(20,703)
CARAVELI 100.0 41.1 37.5 15.1 4.5 1.5
(15,552)
CASTILLA 100.0 36.3 44.8 12.2 5.8 0.9
(20,941)
CAYLLOMA 100.0 28.9 48.8 14.5 7.0 0.8
(24,410)
CONDESUYOS 100.0 37.0 44.8 11.7 5.8 0.7
(122,687)
ISLAY 100.0 42.1 41.5 11.0 4.0 1.4
(298,297)
LA UNION 100.0 29.6 51.3 8.8 9.6 0.7
(11,329)
ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿
³ 1993 ³
ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ
TOTAL 100.0 44.6 37.1 12.5 3.7 2.1
(670,211)
AREQUIPA 100.0 47.0 36.4 11.1 3.4 2.1
(506,268)
CAMANA 100.0 41.5 35.2 17.5 3.5 2.3
(30,234)
CARAVELI 100.0 39.6 31.5 23.3 3.6 2.0
(19,140)
CASTILLA 100.0 35.2 40.6 17.8 4.9 1.5
(24,497)
CAYLLOMA 100.0 31.6 42.7 18.2 6.2 1.3
(29,301)
CONDESUYOS 100.0 36.8 42.7 14.8 4.8 0.9
(13,288)
ISLAY 100.0 40.1 40.2 13.5 4.0 2.2
(36,420)
LA UNION 100.0 28.8 46.7 14.4 9.0 1.1
(11,063)
þÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄþ
1/ Excluye a las personas que no declararon su Estado Civil o Conyugal
FUENTE: INEI, PERFIL SOCIODEMOGRAFICO DEPARTAMENTO AREQUIPA 1993
Frente a esta informaci¢n existen algunas cifras controver-
siales, que no permiten tener una clara visi¢n del fen¢meno;
seg£n la ENDES 91-92 el 4,2 % de las mujeres declar¢ encon-
trarse en situaci¢n de separada o divorciada, casi el doble de
lo se¤alado por el censo de 1993.
Sin embargo, dada la diversidad cultural de la regi¢n andina,
pareciera coexistir una contradicci¢n en el sentido que muchos
de estos cambios se est n procesando en el mbito donde predomi-
nan la modernizaci¢n u occidentalizaci¢n de las relaciones. 6)
Lo cual lleva a plantear la discusi¢n no en t‚rminos indivi-
duales sino de la coexistencia de dos modelos de familia, uno
producto de la occidentalizaci¢n de la sociedad, caracterizado
por su individualismo y modernizaci¢n as¡ como la relativa
democratizaci¢n en la concepci¢n de roles de persona y pareja,
frente al otro modelo de base tradicional, que est sustentado
en la influencia de la comunidad sobre las decisiones de la
familia y donde los hijos constituyen un elemento que agrega al
estatus econ¢-mico y social de la familia. 7)
9.2. MADRE JEFE DEL HOGAR
Si a lo anterior se agrega el an lisis de qui‚n es el jefe de
hogar, se tiene que se est dando una tendencia creciente
respecto del rol que juega la madre en la responsabilidad
familiar, en la medida que el porcentaje de mujeres que ejercen
este rol se ha incrementado de 22 % a 24 %, tal como se puede
apreciar en el Gr fico N§ 19.
Si casi uno de cada cuatro hogares es jefaturado por las
mujeres, y s¢lo el 2,7 % de mujeres declaraque su estado civil
es separada o divorciada, existir¡a casi un 22 % de hogares en
los que el hombre no cumple este papel, o bien que al propor-
cionar la informaci¢n sobre la situaci¢n formal del hogar
prejuicios de car cter moral o cultural influyen en no mencionar
el problema, determinando su subvaluaci¢n.
Al asumir la mujer el rol de jefa del hogar se convierte en la
encargada principal del mantenimiento y supervivencia de la
familia. El desempe¤o de sus funciones asume rasgos espec¡ficos,
dadas las condiciones en que tiene lugar, de un lado el contexto
socio econ¢mico y de otro sus caracter¡sticas individuales.
Si bien en la regi¢n no existe evidencia emp¡rica, se puede
suponer por analog¡a de estudios realizados a nivel nacional que,
en la mayor¡a de casos, los hogares o familias que est n a cargo
de una mujer est n en situaci¢n de pobreza no por que ella
ejerza la conducci¢n del hogar sino debido a que la pareja
presta poco o nulo apoyo, o bien porque en las condiciones de la
uni¢n -la mayor¡a de veces consensualmente- aparentemente la
mujer no tendr¡a posibilidades de reclamar sus derechos.
En este sentido, este es un sector de la poblaci¢n que resulta
siendo uno de los mas vulnerables a la agudizaci¢n de la crisis,
y por ello est n expuestos a tener que enfrentar una serie de
procesos sociales que ponen en peligro su supervivencia y
reproducci¢n.
9.3. NI¥OS QUE TRABAJAN
Finalmente, dadas las necesidades familiares y las crisis
descritas anteriormente, se encuentra que paulatinamente se ha
incrementado el n£mero de ni¤os que trabajan, el 3,0 % de los
ni¤os entre 6 y 14 a¤os declaran realizar una actividad
econ¢mica. En t‚rminos absolutos esta es una situaci¢n predomi-
nantemente urbana, s¢lo uno de cada cuatro ni¤os que trabaja
reside en zona rural, pero la proporci¢n de ni¤os trabajadores
respecto del total de poblaci¢n infantil es menor en zonas
urbanas.
En t‚rminos de diferencia por sexo, son m s las mujeres,
quiz s porque est n dedicadas a actividades dom‚sticas.
Un hecho emp¡rico es que en la ciudad de Arequipa ha aumentado
significativamente el n£mero de ni¤os que venden golosinas en la
calle y veh¡culos de transporte p£blico, o que prestan alg£n
tipo de servicio.
CUADRO N§ 29
REGION AREQUIPA: NI¥OS QUE TRABAJAN,
SEGUN SEXO Y AREA URBANA Y RURAL; 1993.
ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿
³ AREA Y ³ POBLACION DE ³ NI¥OS QUE ³ TASA ³
³ SEXO ³ 6 A 14 A¥OS ³ TRABAJAN ³ (Por cien) ³
ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ
TOTAL 184 667 5 587 3.0
AREA
URBANA 156 332 4 482 2.9
RURAL 28 345 1 105 3.9
SEXO
HOMBRES 93 472 2 516 2.7
MUJERES 91 205 3 071 3.4
ÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ
FUENTE: INEI - CENSOS NACIONALES 1993.
|