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Mortalidad infantil, fecundidad y migraci¢n Para el total del pa¡s, la tasa de mortalidad infantil es de 58.3 defunciones de menores de un a¤o por cada 1000 nacidos vivos. Este valor, si bien es el nivel hist¢rico m s bajo, resulta relativamente alto para la regi¢n de Am‚rica Latina y refleja, adem s de la influencia de elementos estrictamente biol¢gicos, las condiciones de vida de la poblaci¢n, principalmente lo relacionado a la alimentaci¢n y nutrici¢n, agua potable y saneamiento b sico, educaci¢n, vivienda, asistencia m‚dica y otros bienes y servicios que se obtienen con adecuados empleos e ingresos. Adem s, diversos estudios han demostrado la importancia de otros elementos y factores, como son las normas, valores y costumbres de la sociedad respecto a los h bitos higi‚nicos y la preparaci¢n de alimentos, as¡ como la capacidad de los miembros del hogar para adaptarse al medio exterior (PNUD-INP, 1990). Las desigualdades entre los grupos no pobres y pobres y el diferencial urbano-rural de la mortalidad infantil en el Per£ pueden ser explicados por los factores anteriormente se¤alados. La evidencia de esta desigualdad se puede observar en el Cuadro N§ 16, donde las tasas de mortalidad infantil para los grupos con NBS, NBI y en miseria ascienden a 36.7, 66.5 y 68.9 por mil, respectivamente. Estos valores actuales son bastante inferiores a los estimados con los d atos censales de 1981 que alcanzaron a 73.9; 101.6 y 107.4 por mil, respectivamente (PNUD-INP, 1990). Esta relaci¢n directa que habr¡a entre mortalidad infantil y pobreza se presenta tambi‚n claramente en el mbito urbano del pa¡s. En 1993, mientras la poblaci¢n con NBS lleg¢ a una tasa de mortalidad infantil de 28.0 por mil, los grupos con NBI y en miseria llegaron a 46.9 y 50.9 por mil, respectivamente. PROPORCION DE MIGRANTES, TASA GLOBAL DE FECUNDIDAD Y TASA DE MORTALIDAD INFANTIL EN LA POBLACION CON NECESIDADES SATISFECHAS, INSATISFECHAS Y EN MISERIA Seg£n Areas, 1993 ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ³ TOTAL Y ³ PROPORCION ³ TASA GLOBAL ³ TASA DE ³ ³ AREAS DE ³ DE ³ DE ³ MORTALIDAD ³ ³ RESIDENCIA ³ MIGRANTES ³ FECUNDIDAD ³ INFANTIL ³ ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ TOTAL REPUBLICA 11.1 3.4 58.3 CON NBS 12.1 2.2 36.7 CON NBI 10.2 4.6 66.5 EN MISERIA 9.6 5.5 68.9 URBANA 13.1 2.8 39.9 CON NBS 12.5 2.2 28.0 CON NBI 13.9 3.8 46.9 EN MISERIA 14.9 4.7 50.9 RURAL 6.1 5.4 82.7 CON NBS 6.8 3.8 79.0 CON NBI 6.0 5.6 83.0 EN MISERIA 6.0 6.2 79.7 þÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄþ Fuente: INEI Elaboraci¢n: Propia En cambio, en el rea rural la tasa de mortalidad infantil para los grupos con NBS, NBI y e n miseria alcanzan a 79.0, 83.0 y 79.7 por mil, respectivamente. Es decir, que en el campo las diferencias son m¡nimas pues los no pobres y los en miseria guardan casi el mismo nivel, un poco menor al registrado por los pobres o con NBI. Estos resultados permiten inferir que las pol¡ticas sociales, particularmente de salud y de poblaci¢n, deben priorizar sus acciones en toda el rea rural. Los niveles de mortalidad infantil obtenidos en 1993, aunque a£n son altos en el contexto de Am‚rica Latina, son menores a los registrados en base a la informaci¢n del Censo 1981. En este a¤o, para las reas urbanas la tasa fue de 67.2 por mil para NBS, 82.7 para NBI y 91.8 para la poblaci¢n en miseria. En el mbito rural, estos valores fueron de 108.7, 116.6 y 113.3 por mil, respectivamente (PNUD-INP, 1990). Las desigualdades que a£n existen en el interior del pa¡s respecto a este indicador se evidencian al analizar el Gr fico N§ 4 y las cifras del Cuadro N§ 7 del Anexo Estad¡stico. El departamento de Huancavelica mantiene para los grupos con NBI y en miseria tasas de mortalidad infantil por encima de 100 por mil, en tanto que Cusco y Puno presentan tasas superiores a 90 por mil y los departamentos de Apur¡mac y Ayacucho por sobre los 80 por mil. De acuerdo a las cifras que muestra el Cuadro N§ 16, la tasa global de fecundidad (TGF) para el total del pa¡s es de 3.4 hijos por mujer. Este indicador (que se define como el n£mero total de ni¤os que una mujer tendr¡a en el Per£ si su fecundidad efectiva transcurriera conforme a las tasas de fecundidad por edad en el a¤o censal de 1993), presenta niveles bastante diferenciados seg£n el grado de afectaci¢n de la pobreza. Se observa que para las no pobres es de 2.2, para las pobres o con NBI es de 4.6 y para las madres en miseria de 5.5 hijos por mujer. Estos valores son significativamente inferiores a los registrados en 1981, que alcanzaron a 3.8, 7.4 y 11.1 hijos por mujer, respectivamente (PNUD-INP, 1990). Este incremento en la fecundidad que se presenta en relaci¢n directa con la pobreza se manifiesta tanto en las reas urbanas como rurales del pa¡s. S¢lo los valores correspondientes a las mujeres urbanas con NBS se encuentran por debajo del promedio nacional (2.2 y 3.4 hijos por mujer, repectivamente), mientras que la fecundidad de las mujeres pobres urbanas es igual a la de las no pobres rurales (3.8 hijos por mujer), siendo las mujeres pobres y en miseria del campo las que a£n mantienen elevados niveles de fecundidad (5.6 y 6.2 hijos por mujer, respectivamente). Si bien todos estos niveles pueden considerarse como relativamente altos, resultan inferiores a los obtenidos en base a la informaci¢n del Censo 1981. Al parecer, el proceso de modernizaci¢n del pa¡s y las pol¡ticas de poblaci¢n, particularmente de salud reproductiva y planificaci¢n familiar, han favorecido el cambio de valores respecto al tama¤o de la familia y la mayor accesibilidad a los servicios de planificaci¢n familiar que ha permitido a las mujeres del pa¡s acercar su fecundidad efectiva a la deseada. As¡ se tiene que, para reas urba-nas, en 1981 se registraba una TGF de 3.0 para mujer con NBS, 6.9 para NBI y 12.4 para las madres en miseria (PNUD-INP, 1990), mientras que en 1993 estos valores son de 2.2, 3.8 y 4.7 hijos por mujer, respectivamente. A nivel rural, de una TGF en 1981 que ascend¡a a 4.6 para las mujeres con NBS, 7.9 para NBI y 10.5 para las madres en miseria (PNUD-INP, 1990), se reduce en 1993 a 3.8, 5.6 y 6.2 hijos por mujer, respectivamente. Esta tendencia, adem s de reflejar la progresiva actitud de las parejas respecto a su derecho de decidir el tama¤o familiar y espaciamiento en el nacimiento de sus hijos, favorece las posibilidades de satisfacci¢n de las necesidades b sicas de la poblaci¢n y lograr recursos humanos que mejoren sostenidamente su calidad. A nivel departamental, los m s altos valores de la TGF se presentan en los grupos de NBI y en miseria, en los departamentos de Amazonas (6.0 y 6.7), Apur¡mac (6.1 y 6.7) y Loreto (6.3 y 7.0). En el Gr fico N§ 5 y el Cuadro N§ 7 del Anexo Estad¡stico se muestra la distribuci¢n de este indicador de fecundidad para todos los departamentos del pa¡s. Otra variable que expresa el comportamiento demogr fico de la poblaci¢n es la migraci¢n. En el Cuadro N§ 16 se observa el porcentaje de poblaci¢n que cinco a¤os antes resid¡a en una provincia diferente a la del empadronamiento censal, informaci¢n que se considera una buena aproximaci¢n a lo que ser¡a el comportamiento migratorio de los grupos en pobreza en estudio. Para el conjunto del pa¡s, es mayor la proporci¢n de migrantes en los grupos con NBS que en los de pobreza y en miseria (12.1%, 10.2% y 9.6%, respectivamente). A nivel urbano esta relaci¢n se muestra inversa pues el porcentaje de migrantes es ligeramente menor en los grupos con NBS en comparaci¢n con los de NBI y en miseria (12.5%, 13.9% y 14.9%, respectivamente). En mbitos rurales la intensidad migratoria es mucho menor y las cifras muestran que el comportamiento migratorio de los grupos socio econ¢micos consideradoses bastante similar (6.8% para la poblaci¢n rural con NBS, 6% para NBI y 6.0% para el grupo en miseria) A nivel departamental se observa que en aquellos con alto grado de pobreza, la proporci¢n de migrantes es mayor en la poblaci¢n con NBS que en la afectada por NBI. As¡ por ejemplo, en Ayacucho el 14.6% de su poblaci¢n con NBS es migrante en tanto que en el grupo de NBI este porcentaje es de 7.7%. En Cusco la relaci¢n es de 16.6% pra NBS y 8.0% para NBI. En Huancavelica, los migrantes son el 12.5% del grupo con NBS y el 4.4% de la poblaci¢n con NBI (ver Cuadro N§ 7 del Anexo Estad¡stico). Por el contrario, en este mismo cuadro se observa que en los departamentos con menor grado de pobreza, la mayor proporci¢n de migrantes est en los grupos de NBI y en mieria, como es el caso del Callao, donde son migrantes el 17.0% de NBS, 23.6% de NBI y 29.0% del grupo en miseria. |
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