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7. Cuenta de Producción La Cuenta de Producción muestra unicamente la producción como recurso y el consumo intermedio como empleo, el saldo contable es el valor agregado o PBI que se mide en término bruto o neto, no abarca todas las transacciones ligadas al proceso productivo, sino sólo al resultado de la producción (productos) y el consumo de bienes y servicios para la obtención de dicha producción (consumo intermedio). El consumo intermedio no comprende el desgaste y desmejoramiento del capital fijo, estos se registran como una transacción separada (CKF) y constituye la diferencia entre los saldos contables, brutos y netos. 7.1 La Producción como Actividad Económica La producción puede describirse en general como una actividad en la que una empresa utiliza insumos (bienes que se utilizan en el proceso productivo) para obtener productos (resultado de la producción). Sin embargo, es necesario especificar qué se entiende por "insumos" y por "productos" , para que esa descripción sea más operativa. El análisis económico de la producción se ocupa principalmente de actividades que dan lugar a productos que pueden suministrarse o proveerse a otras unidades institucionales. Si no se obtienen productos que puedan suministrarse a otras unidades, sea individual sea colectivamente, no puede haber división del trabajo, ni especialización de la producción, ni ganancias derivadas del intercambio. Existen dos clases principales de productos, los bienes y los servicios. Es necesario examinar sus características para poder distinguir entre las actividades que son productivas en un sentido económico, de otras actividades.
Los bienes son objetos físicos para los que existe una demanda, sobre los que se pueden establecer derechos de propiedad y cuya titularidad puede transferirse de una unidad institucional a otra, mediante transacciones realizadas en los mercados. Los bienes se demandan porque pueden usarse para satisfacer las necesidades o deseos de los hogares o de la comunidad o para producir otros bienes o servicios. La producción y el intercambio de bienes son actividades totalmente separadas. Algunos bienes nunca se pueden intercambiar, mientras que otros pueden comprarse y venderse muchas veces. La separación entre la producción de un bien y su posterior venta o reventa, es una característica económicamente significativa de los bienes que no es compartida por los servicios. Los servicios no son actividades independientes sobre las que se puedan establecer derechos de propiedad, no pueden intercambiarse por separado de su producción. Los servicios son productos heterogéneos producidos sobre pedido que, generalmente, consisten en cambios en las condiciones de las unidades que los consumen, y que son el resultado de las actividades realizadas por sus productores a demanda de los consumidores. En el momento de concluir su producción los servicios han sido suministrados a sus consumidores. La producción económica puede definirse como una actividad realizada bajo el control y la responsabilidad de una unidad institucional que utiliza insumos de mano de obra, capital y bienes y servicios para obtener otros bienes o servicios. Tiene que haber una unidad institucional que asuma la responsabilidad del proceso y que sea propietaria de los bienes producidos o que esté autorizada para cobrar, o ser remunerada de otra manera, por los servicios que presta. Un proceso puramente natural, sin intervención o dirección humana, no es producción en un sentido económico. Por ejemplo, el crecimiento no manejado de las existencias de peces en aguas internacionales no es producción, mientras que sí lo es la actividad de las granjas piscícolas. Mientras que los procesos de producción de bienes pueden identificarse sin dificultad, no siempre resulta fácil distinguir la producción de servicios de otras actividades que pueden ser a la vez importantes y útiles. Entre las actividades que no son productivas en un sentido económico se incluyen las actividades humanas básicas como comer, beber, dormir, hacer ejercicio, etc., las cuales no pueden ser realizadas por una persona en lugar de otra, pagar a otra persona para que haga ejercicio no sirve para mantenerse uno mismo en forma. En cambio, las actividades como el lavado, la elaboración de comidas, el cuidado de los hijos, de los enfermos o de las personas de edad avanzada, son actividades que pueden ser realizadas por otras unidades y que, por tanto, quedan dentro de la frontera general de la producción. Muchos hogares emplean personal de servicio doméstico remunerado para que realice esas actividades. No se elaboran cuentas de producción para las actividades de los hogares que producen servicios domésticos o personales para su autoconsumo final dentro del mismo hogar, excepción hecha de los servicios producidos empleando personal de servicio doméstico remunerado. Por lo demás, la frontera de la producción en el sistema, coincide con la general definida en la sección anterior. Por consiguiente, las actividades que quedan dentro de la frontera de la producción del Sistema pueden resumirse de la siguiente forma: 7.2 La Medición de la Producción En el Sistema, los insumos intermedios se registran y valoran en el momento en que entran en el proceso de producción, mientras que la producción se registra y valora en el momento en que los bienes y servicios surgen del proceso productivo propiamente dicho. Los insumos intermedios se valoran normalmente a precios de comprador y la producción a precios básicos o bien, alternativamente, a precios de productor si no se dispone de los precios básicos. La diferencia entre el valor de la producción y el valor de los insumos intermedios, es el valor agregado bruto, contra el cual se debe cargar el consumo de capital fijo, los impuestos sobre la producción (menos las subvenciones) y la remuneración de los asalariados. El saldo positivo o negativo resultante es el excedente neto de explotación o ingreso neto mixto. La definición, medición y valoración de la producción y los insumos es, pues, fundamental para el Sistema y se describe pormenorizadamente en las secciones siguientes.
Ciertos bienes y servicios obtenidos en los procesos de producción, incluidos los servicios producidos por las actividades auxiliares, se utilizan en el mismo período contable en otros procesos realizados en el mismo establecimiento. Esos bienes y servicios no abandonan el establecimiento y por tanto no se contabilizan como parte de su producción. Consecuentemente, el concepto de producción se aplica a una unidad de producción -establecimiento o empresa- y no a un proceso productivo. La producción tiene que definirse en el contexto de una cuenta de producción, y las cuentas de producción se elaboran para los establecimientos o las empresas y no para los procesos de producción. Por consiguiente, la producción consiste únicamente en aquellos bienes o servicios producidos dentro de un establecimiento que están disponibles para su empleo fuera de ese mismo establecimiento. Cuando una empresa tiene más de un establecimiento, la producción de la empresa es la suma de las producciones de los establecimientos que la componen. Por motivos de simplicidad, la producción de la mayoría de los bienes o servicios se registra normalmente cuando se termina su proceso productivo. Sin embargo, si para obtener una unidad de producción se necesita mucho tiempo, entonces es preciso reconocer que dicha producción se obtiene mediante un proceso continuo en el tiempo y que se tiene que registrar como "trabajos en curso". Por ejemplo, la producción de ciertos productos agropecuarios o de grandes bienes duraderos, como los buques o los edificios, puede tardar meses o años hasta su terminación, en esos casos la realidad económica se distorsionaría si la producción se tratara como si toda ella se hubiera obtenido en el momento en que termina el proceso de producción. Por tanto siempre que un proceso de producción, por largo o corto que sea, dura dos o más períodos contables, es necesario calcular los trabajos en curso completados durante cada uno de ellos con el fin de poder medir la producción obtenida en cada período. La producción en forma de bienes terminados o servicios está disponible para ser ofrecida o suministrada a otras unidades institucionales. Sin embargo, los trabajos en curso constituyen un tipo de producción que por definición no está terminada y que por tanto no se halla todavía en el estado en el que normalmente se comercializa. Oportunamente, los trabajos en curso se transforman en su momento en un producto terminado y comercializable. La producción total de un establecimiento o empresa ha de utilizarse de una u otra forma de las señaladas. Por ejemplo, parte de la cosecha obtenida por un agricultor puede venderse y otra parte pueden utilizarla los miembros del hogar del agricultor para consumo final, y el resto puede almacenarse para ser vendida o empleada en el futuro. En la práctica, algunos de los bienes vendidos, o empleados de otra manera, durante un período contable dado, pueden haber sido retirados de las existencias de bienes producidos en períodos anteriores. Así, en la situación normal en la que los datos contables disponibles sobre las ventas u otros usos se refieren al total de las ventas u otros empleos en ese período, es necesario deducir el valor de esas salidas de las existencias del valor total de las ventas u otros empleos para obtener la producción del período en cuestión. Es, pues, necesario registrar el valor de las variaciones de existencias, es decir, las entradas menos las salidas, y no simplemente los aumentos de las existencias. Esto lleva a la bien conocida identidad contable: valor de la producción = valor del total de las ventas u otros empleos de bienes o servicios producidos + valor de las variaciones de existencias de bienes producidos Se denomina producción de mercado a aquélla que es vendida a precios que son económicamente significativos o que es dispuesta de otra manera en el mercado, o que se piensa destinar a su venta o disposición en el mercado. Se dice que los precios son económicamente significativos cuando tienen una influencia significativa en las cantidades que los productores están dispuestos a ofrecer y en las cantidades que los compradores desean comprar. Prescindiendo de ciertas industrias de servicios para las que se adoptan convenios especiales, el valor de la producción de mercado de un productor viene dado por la suma de los valores de las partidas siguientes para el período considerado:
Este tipo de producción está constituido por los bienes o servicios que son retenidos por los titulares de las empresas en las que son producidos para su propio uso final. Dado que las sociedades no tienen consumo final, la producción para autoconsumo final la realizan únicamente las empresas no constituidas en sociedad: por ejemplo, los bienes agropecuarios producidos y consumidos por los miembros del mismo hogar. Esta producción no incluye los servicios domésticos y personales producidos para autoconsumo dentro de los hogares; sin embargo, los servicios de viviendas producidos para autoconsumo por los propietarios que las ocupan y los servicios producidos por cuenta propia mediante el empleo de personal de servicio doméstico remunerado, sí se incluyen en esta categoría. Los bienes o servicios utilizados para la propia formación bruta de capital fijo pueden ser producidos por cualquier tipo de empresa, constituida o no en sociedad. Comprenden, por ejemplo, las máquinas herramientas especiales producidas para su propio uso por las empresas de ingeniería, o las viviendas o sus ampliaciones producidas por los hogares. El valor de la producción para uso final propio está dado por la suma de los valores de las partidas siguientes en el período considerado: Los bienes o servicios producidos para su propio uso final se valoran a los precios básicos de productos análogos vendidos en el mercado, o bien por sus costos de producción si no se dispone de los precios básicos adecuados. Esta producción consiste en bienes y servicios individuales o colectivos, producidos por las instituciones sin fines de lucro que sirven a los hogares o por el gobierno, que se suministran gratuitamente o a precios que no son económicamente significativos a otras unidades institucionales o a la comunidad en conjunto. Esta producción puede ser realizada por dos motivos: Se dice que un precio no es económicamente significativo cuando no influye en absoluto, o influye muy poco, en la cantidad que el productor está dispuesto a ofertar y se espera que tenga únicamente una influencia marginal en las cantidades demandadas. Es, pues, un precio que no es cuantitativamente significativo desde el punto de vista de la oferta o de la demanda. Es probable que esos precios se cobren para obtener algún ingreso, o bien para conseguir una cierta reducción en el exceso de demanda que puede darse cuando los servicios son totalmente gratuitos, pero no con la intención de eliminar ese exceso de demanda. Una vez tomada la decisión, a partir de criterios administrativos, sociales o políticos, sobre la cantidad total a suministrar de un determinado bien o servicio no de mercado, su precio se fija deliberadamente muy por debajo del precio de equilibrio que tendría en el mercado. El valor de la producción no mercante de un productor, viene dado por la suma de los valores de las partidas siguientes en el período considerado: Como los precios económicamente no significativos pueden no reflejar ni los costos relativos de la producción ni las preferencias relativas de los consumidores, no proporcionan una base adecuada para valorar la producción de bienes y servicios en cuestión. En consecuencia, la producción de bienes o servicios no de mercado vendida a esos precios se valora de la misma manera que los bienes o servicios suministrados gratuitamente, es decir, por sus costos de producción. Parte de esa producción es adquirida por los hogares, y el resto constituye un gasto de consumo final de las unidades gubernamentales o de las Instituciones sin fines de lucro. |