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FECUNDIDAD INICIAL Los tres componentes demográficos, fecundidad, mortalidad y migración, se estiman como valores promedio para cada quinquenio. La estimación de la fecundidad para el período inicial de la proyección fue correspondiente al primer quinquenio 1990-1995. El nivel de fecundidad se establece a partir de las tasas globales de fecundidad (TGF), las mismas que representan el número de promedio por mujer al término de su vida reproductiva. Para la deter- minación de este indicador se adoptaron las estimaciones oficiales, obtenidas a partir del número de hijos nacidos vivos y nacimientos ocurridos en el último año, por edad de la madre, disponibles en el censo 1993 (6). Estas estimaciones, sirvieron de base para determinar las tasas periódicas del quinquenio 1990-1995. Luego, tales tasas fueron ajustadas al valor correspondiente a la estimación nacional(7). Las estimaciones de los niveles de fecundidad por departamentos, para dicho período inicial, variaron entre 6.4 hijos por mujer en Huancavelica y 2.2 en el Callao. Es decir, en el período inicial se denota una brecha de 4.2 hijos entre los niveles de las TGF departa- mentales máxima y mínima. Estas brechas resultan, como se señaló anteriormente, tanto de las diferencias y contrastes contextuales de la realidad económica y social, que caracteriza a las regiones y departamentos del país; como de las diferencias en los patrones de nupcialidad, prevalencia de anticonceptivos y del acceso de la población a los servicios de salud reproductiva. Gráfico Nº 4.1. Sabemos que la tasa global de fecundidad está asociada a tasas específicas de fecundidad, es decir a un determinado patrón de fecundidad. Los altos niveles de fecundidad se originan por el ingreso temprano a la unión conyugal y en la continuidad de la procreación en las mujeres adultas; debido a la falta de conocimiento y de recursos para evitar los embarazos no deseados. De ahí que sea indispensable e importante establecer una estructura de fecundidad asociada a un nivel de fecundidad. En este caso, al igual que las tasas globales de fecundidad, las estructuras de fecundidad departamentales se tomaron como patrones de fecundidad oficiales. Como se disponía de estructuras de fecundidad, para cada uno de los 25 departamentos, con el fin de facilitar el análisis, se decidió ajustar dichas estructuras a siete patrones diferentes entre sí. Un primer grupo formado por los departamentos de la Selva: Loreto, Amazonas, Ucayali y Madre de Dios, el segundo grupo, en la costa norte, conformado por Piura, La Libertad y Lambayeque, caracterizado por ser predominantemente urbano; el tercero integrado por tres departamentos: Ica, Arequipa y Moquegua, denominado costa sur; el cuarto integrado por Tumbes y Tacna; el quinto de sierra central, integrado por Pasco, Apurímac, Ayacucho y Huancavelica; el sexto llamado sierra, integrado por Cajamarca, Ancash, Junín, Huánuco, Cusco y Puno; en este grupo se agregó a San Martín, por tener un patrón semejante; y por último a Lima y Callao. Las variaciones entre estos patrones de fecundidad, consideran la concentración de la fecundidad entre las MEF de 20-34 años de edad y la pérdida de importancia relativa de la fecundidad de las MEF mayores de 35 años. En el Gráfico Nº 4.2, se presentan los patrones de fecundidad establecidos, en los cuales se aprecian las diferencias de sus respectivas estructuras. En el primer grupo, identificado con los departamentos de la Selva, resalta la alta fecundidad de las mujeres muy jóvenes, lo que denota el inicio temprano a la reproducción y caracterizado por una fecundidad de cúspide centrada en el grupo de 20-24 años de edad. En cambio, en la Sierra, la mayor fecundidad se da en el siguiente grupo de edad, integrado por las MEF de 25 a 35 años de edad y caracterizado por una cúspide tardía. Este patrón muestra las tasas más altas de fecundidad en los últimos grupos de edad. En cambio, los departamentos de la Costa, presentan una fecundidad de cúspide más temprana y centrada en el grupo de 20 a 24 años de edad. |