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3.12 Prevención del cáncer uterino y de cáncer de mamas En el Perú, los tumores malignos vienen a constituir la primera causa de muerte de las mujeres en edad fértil. Dentro del conjunto de tumores malignos, la incidencia anual de cáncer ginecológico, de útero y ovario supera la de cualquiera de las demás localizaciones de cánceres en la mujer. La incidencia del cáncer al cuello uterino es más común en los países en desarrollo y en los niveles socioeconómicos bajos. Este cáncer presenta en el país un problema de salud pública, más extendido que el cáncer de mama. Sin embargo, sólo el 22,2% de las mujeres en edad fértil se someten a los exámenes para detectar tempranamente esta enfermedad. Esta proporción desciende al 14,4% en las mujeres del área rural, mientras que en el área urbana la cuarta parte de las mujeres se practicó dichos exámenes. Esta realidad persiste pese a la existencia desde hace varias décadas de una tecnología sencilla, eficaz y de bajo costo para su detección en fases que ofrecen una probabilidad de curación de 100%: la prueba de la citología vaginal ideada por Papanicolau. Es por ello, que el elemento de protección más efectivo continúa siendo la prevención por medio de la citología vaginal, dirigida a la población adulta femenina que tenga o haya tenido actividad sexual con atención prioritaria a los grupos de edad de mayor riesgo, esto es, superiores a 25 años. UTERINO Y CANCER DE MAMAS, SEGUN GRUPOS DE EDAD, 1998 (% respecto del total de mujeres de cada grupo de edad)
Otro tipo de cáncer que viene a afectar con más frecuencia es el cáncer a las mamas. A pesar de que este cáncer predomina en los países desarrollados, su incidencia en el país viene incrementándose paulatinamente. Sin embargo, solamente el 12,2% de las mujeres en edad fértil se realiza exámenes para su diagnóstico. Esta proporción es más baja aún en el área rural, donde de cada 100 mujeres en edad fértil, 7 se habrían realizado las pruebas para detectarlo. En el país, las oportunidades para acceder a un diagnóstico de prevención de cáncer al cuello uterino y cáncer de mamas, varían en respuesta a factores del entorno social de las mujeres. Así, se puede apreciar la magnitud de tales diferencias entre las mujeres que habitan en zonas rurales o urbanas y entre las que han alcanzado distintos niveles de escolaridad. Como muestran las cifras, tanto el lugar de residencia, el nivel de educación alcanzado y el nivel de ingreso del hogar determinan profundos contrastes en cuanto a la detección temprana de estos cánceres; así se puede observar que las mayores desigualdades se producen entre los límites inferior y superior. Así, en la escala educativa, el porcentaje de mujeres que se realizaron exámenes de detección del cáncer uterino y cáncer a las mamas es casi cuatro veces mayor entre las que tienen educación universitaria que entre las situadas con nivel de educación más bajo. UTERINO Y CANCER DE MAMAS, SEGUN NIVEL DE EDUCACION, 1998 (% respecto del total de mujeres de cada nivel de educación)
Otra variable que introduce amplias desviaciones es el nivel de ingreso que percibe el hogar. Las mujeres que pertenecen a hogares con ingresos bajos se realizan las pruebas de detección en menor medida que las mujeres de hogares con ingresos altos, especialmente del área urbana. En cambio, en el área rural, las mujeres se realizan en menor medida dichos exámenes al margen de su situación económica. Esta situación se agudiza entre las mujeres de los diferentes niveles de ingreso del área rural. UTERINO Y CANCER DE MAMAS, SEGUN NIVEL DE INGRESO, 1998 (% respecto del total de mujeres de cada nivel de ingreso)
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