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5.1 Tasa de actividad económica de mujeres y hombres
La relación entre la población económicamente activa y la población en edad activa es lo que se conoce como tasa de actividad económica. Este indicador mide el grado de contribución de las personas en edad de trabajar a la actividad económica. Según resultados de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) de 1998, en las zonas urbanas, de cada 100 personas de 14 y más años de edad consideradas aptas para desarrollar una actividad económica, 65 participan en la fuerza laboral, habiéndose incrementado esta cifra en 8,2% respecto a 1996. Las diferencias en el grado de participación masculina y femenina son notorias. La tasa de actividad femenina es de 53,9%, mientras que la masculina de 76,4%, es decir, de cada 100 hombres en edad de trabajar 76 se encuentran participando en la actividad económica urbana del país, mientras que 54 de cada 100 mujeres lo hacen. Sin embargo, las cifras muestran que en los últimos años las mujeres se vienen incorporando en mayor medida al mercado de trabajo. Así, entre 1996 y 1998 la tasa de participación femenina se incrementó en 14,2%, mientras que la masculina lo hizo en 4,4%. Esta tendencia es especialmente marcada entre las mujeres jóvenes, cuyas tasas de participación, y también de desempleo, figuran entre las más altas. (Tasa por cien)
Las diferencias en el grado de participación económica de mujeres y hombres se dan en todos los grupos de edad, siendo la brecha más corta en el grupo de edad de 14 a 24 años (10,3 puntos porcentuales) y más distante a partir del grupo de 35 a 49 años (31,7 puntos porcentuales). Al analizar la edad en la cual mujeres y hombres mayormente se insertan en la actividad económica, se observa que ambos se incorporan mayormente a partir de los veinticinco años, disminuyendo conforme avanzan los tramos de edad. Este hecho indica que sería precisamente en el tramo de 25 a 44 años de edad donde se registra una mayor integración al trabajo. SEXO, SEGUN GRUPOS DE EDAD, 1998 (Tasa por cien)
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Existen todavía desniveles en la participación en la actividad económica entre mujeres y hombres, sin embargo la incorporación de la mujer peruana en el mercado laboral es cada día más notoria. Las causas son variadas, coyunturales o de corto plazo y también de largo plazo. Así, se observa una tendencia de largo plazo, que se relaciona con los procesos de urbanización, mejoramiento de los niveles de educación adquiridos y reducción de las tasas de fecundidad. Estos factores han incidido en el ingreso de las mujeres al mercado de trabajo independientemente de las situaciones de corto plazo. Por otra parte, la crisis y las políticas de ajuste y reestructuración económica, se han traducido en una caída de los niveles de ingreso de los hogares, lo que ha impulsado a las mujeres, especialmente a las de hogares más pobres, a buscar algún tipo de actividad económica para ayudar a la sobrevivencia de los miembros de su familia. |