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| INTRODUCCION |
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Iniciar una excursión en el terreno educativo no es siempre
sencillo. Por el contrario, definitivamente éste es un tema polémico. Es
uno de aquellos asuntos siempre presentes en la agenda de discusión
nacional. Evidentemente el debate de fondo es sobre el tipo de hombre
que se postula formar. No es poca cosa. Desde un ángulo está en juego el
modelo de desarrollo al cual los diversos grupos sociales aspiran y
pugnan por hacer prevalecer.
En este contexto, en ocasiones el examen técnico y la evidencia
empírica aparecen atravesados por proyectos e intereses políticos,
articulación que creemos válida, y aun necesaria, siempre que lo último
no opaque lo primero.
Asumiendo estas consideraciones, en el presente texto nosotros
queremos hacer un esfuerzo por sistematizar y analizar, aún
preliminarmente, información censal sobre dos temas particularmente
complejos: el atraso y la deserción escolar.
En los últimos años mucho se ha dicho sobre esto, pero escasas son
las investigaciones existentes en nuestro país. Esperamos que el
presente texto se constituya un aporte en este sentido.
Conviene, sin embargo, situar en su real alcance lo que más
adelante se planteará. Nuestra principal fuente de datos está
constituida por el Censo Nacional de Población y Vivienda de 1993. Así,
este estudio se enmarca dentro de la propuesta del Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI) de explotar el uso de la información
censal promoviendo investigaciones diversas cuya base de datos medular
sea, precisamente, el Censo de Población.
Este instrumento posee claras ventajas, pero también algunas
limitaciones, en particular para estudios como el nuestro. Si bien, de
un lado, permite localizar con precisión la distribución espacial de los
fenómenos en análisis y asociarlos a factores socio-demográficos que
probablemente puedan estar influyendo en el comportamiento de estas
variables; en cambio, en la medida que el Censo de Población no está
diseñado específicamente para recoger con exhaustividad información
educativa, es posible encontrar un margen de diferencia entre datos
censales y algunas cifras que manejan otros sectores del Estado.
Este texto, pues, sólo debe ser asumido como una aproximación a la
problemática del atraso y la deserción escolar en el Perú. No es más que
eso, ni menos. Todo proceso de investigación es acumulativo. Es probable
que ofrezcamos algunas luces y permanezcan escollos aún por superar.
Otros estudios se justifican. Otros enfoques son válidos. Otras fuentes
de datos son necesarias. El debate permanece abierto.
La disposición pública de los resultados del Censo Escolar de 1993
nos proveerán de datos importantes para ahondar el conocimiento de la
problemática aquí estudiada.
No quisiera cerrar estas líneas introductorias sin agradecer
fundamentalmente al INEI y al Programa Mundial de Alimentos de las
Naciones Unidas, instituciones que hicieron posible este trabajo. De
igual modo queda mi reconocimiento al Ministerio de Educación con
quienes, a través de la Dirección de Estadística, mantuvimos una
fructífera coordinación. Son varias las personas que desinteresadamente
han colaborado en la investigación de diverso modo. Renán Quispe desde
el INEI brindó invalorable apoyo para sortear algunos inconvenientes que
tuvimos en el estudio. Jorge Reyes y Ramón De La Cruz, con constancia y
mucha paciencia, nos ayudaron a perfilar mejor la información empírica.
Pedro Orihuela -desde el Ministerio de Educación- y Hernán Fernández
-investigador especializado en problemática educativa- nos brindaron
críticas y sugerencias que esperamos se expresen en el texto. Mención
aparte merece María Julia Ampuero, quien participó como asistente en
esta investigación, y Romy Rodriguez, por su apoyo en el tratamiento
estadístico. A todos ellos, gracias.
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