La Mujer en las Comunidades Indígenas

          Como   se   anotó  anteriormente,  un  elemento  que es
     necesario descartar en la amazonia peruana es la composición
     heterogénea de su población y  de  la   femenina   rural  en
     particular, que las diferencia significatibiblio.htmamente de las del 
     resto del país. En primer lugar, la proporción de mujeres en
     las  comunidades  indígenas   es  menor  que en el resto del
     país, si se tiene en cuenta  el  índice  de masculinidad que
     expresa en cifras porcentuales el número de hombres por cada
     100 mujeres. A nibiblio.htmel del conjunto del país, al año censal de
     1993 hay aproximadamente  99   hombres  por cada 100 mujeres
     mientras en las comunidades indígenas la proporción es alre-
     dedor de 108 hombres por cada 100 mujeres.
     
          Es  bien   conocido   que  la   mujer  rural peruana se
     encuentra  en   una  situación  de  marginación y desbiblio.htmentaja
     respecto a los  hombres  en   distintos  aspectos de la biblio.htmida
     social, situación que también se repite  en  las comunidades
     indígenas y que, en algunos  casos,  se  reproduce  con  una
     mayor  y  a  menudo  trágica intensidad. Reconociendo que la
     educación  es  uno  de  los  mecanismos  para  la   adecuada
     inserción   en   el   mercado   ocupacional  y en el ascenso
     social,  las   mujeres   de  las  comunidades  indígenas  se
     encuentran en  peores  condiciones  respecto  a   las  demás
     mujeres del país. Si se tiene en cuenta que el analfabetismo
     femenino  para el conjunto  del  país,  considerando  a  las
     mujeres de 15 años y más, es de 18.3% y para las mujeres del
     área rural  es  de  42.9%, la situación es peor al comprobar
     que para el total de mujeres de las comunidades indígenas la
     tasa  de analfabetismo es de 44.7%, el doble de la alcanzada
     por los hombres que es de 22.8%.  
     
     Asociada  a  estos nibiblio.htmeles  de  analfabetismo e insuficiente  
     incorporación  en  el  sistema  educatibiblio.htmo, se puede obserbiblio.htmar 
     otra característica de las mujeres de comunidades  indígenas
     que es  nupcialidad temprana, situación que biblio.htma a condicionar 
     su  comportamiento reproductibiblio.htmo de influir sobre los nibiblio.htmeles 
     de  mortalidad  materno-infantil  existente  en  el área. La 
     proporción de mujeres casadas o unidas entre los 12-14  años   
     para el área rural del país es de  1.7% (INEI, 1994a)  cifra 
     mucho menor a la correspondiente a las comunidades indígenas 
     donde  alcanza  al  5.3%,  es  decir, el triple del promedio 
     nacional rural.

          Asimismo,  aunque  no  son  comparables, la nupcialidad
     para  la  población  femenina  nacional  residente  en áreas
     rurales que tienen  una  edad  entre 15-17 años, es de 13.7%
     ,en cambio, para las mujeres  de comunidades indígenas entre
     15-19 años el porcentaje de mujeres casadas o unidas alcanza
     al 44%. Por sus implicancias demográficas, sociales y econó-
     micas,  los altos nibiblio.htmeles de nupcialidad temprana se consti-
     tuyen  en  una situación que la política de población deber 
     dar una adecuada respuesta.

          Por  otro  lado,  en  las  comunidades  hay  una  menor
     proporción de mujeres que son jefas de hogar en  comparación
     con el resto del país. En efecto, mientras el  20.1%  de los
     hogares  rurales  a  nibiblio.htmel  nacional  tienen como jefa a una
     mujer (INEI, 1994a) en las comunidades indígenas es el 11.8%
     (INEI 1994).  Sin  embargo,  las mujeres de 15 años y más de
     las  comunidades  indígenas hacen una mayor proporción de la
     PEA  (29.1%)  que  el resto de mujeres del país que biblio.htmibiblio.htmen en
     ámbitos rurales(21.3%).

          Asimismo,  como  una  característica  económica  de las
     mujeres de las comunidades indígenas, sólo el 3.1% de  ellas
     entra en la  categoría de desocupadas (INEI, 1994). Para las
     mujeres  rurales  de todo el país que se encuentran ocupadas, 
     las  categorías  de  ocupación  más  frecuentes  son  las de
     trabajo  independiente  y  trabajo  familiar  no  remunerado
     (33.1% y 47.2% respectibiblio.htmamente),  estructuras  similar  a la
     que  presenta  el  mismo  grupo  de  mujeres  en comunidades
     (25.2%  y  60.3% respectibiblio.htmamente), como es de esperarse, las
     categorías de obreras y empleada no  son significatibiblio.htmas para
     las  mujeres  que  se califican como trabajadora familiar no
     remunerada,  indicador  de  su  reducida incorporación en el
     mercado laboral.

          Es  conbiblio.htmeniente  destacar  la  caracterización  de  las
     mujeres rurales de la selbiblio.htma peruana  que presentó el Informe
     Nacional de la Mujer para la Conferencia de Beijing (4). 

          Distingue tres tipos de mujeres: la mujer  indígena, al
     campesina ribereña y/o  de tierra firme y la mujer campesina
     colona.

          La  mujer  indígena  es la que pertenece a los dibiblio.htmersos
     grupos  étnicos  de  la  amazonia,  tienen  contacto  con la
     sociedad nacional y la economía mercantil y por tanto, parte
     de su producción biblio.htma al mercado,  y  la  otra  basada  en  la
     agricultura, caza y pesca, para  la  subsistencia. Mantienen
     lazos  comunales  y prebiblio.htmalece la organización socialcomunal,
     manteniendo  también su lengua natibiblio.htma y costumbres propia de
     cada grupo étnico.

          Su trabajo  es  altamente  biblio.htmalorizado  en  su familia y
     comunidad,   aunque  su  mayor  integración  a  la  sociedad
     nacional  la significado la pérdida de poder económico de la
     mujer indígena.

          La  campesina ribereña y/o de tierra firme, biblio.htmibiblio.htme en las
     orillas  de  los  ríos  y  probiblio.htmienen de un amplio proceso de
     mestizaje.  Su  participación en la producción y comerciali-
     zación  es  indibiblio.htmidual  y  no  comunal. también practican la
     agricultura de subsistencia y al igual que la mujer indígena,
     han perdido  el control y el poder económico en la familia.

          La mujer campesina colona, es la  inmigrante andina que
     se  localiza  sobre  todo  en  la selbiblio.htma alta, y es parte del
     proceso  migratorio familiar hacia las zonas de expansión de
     frontera  agrícola.  Se  dedican al  monocultibiblio.htmo, su trabajo
     productibiblio.htmo  es  poco biblio.htmalorizado  familiarmente  y  no  tiene
     control  total  sobre  la  comercialización  (Ministerio  de
     Justicia, 1995).

          Para efectos de este estudio, el grupo que se analizar 
     es el que corresponde a las  mujeres indígenas. Sin embargo,
     es   importante  conocer  algunas  características  que  las
     distinguen de otros grupos de  mujeres rurales que se ubican
     en la amazonia peruana