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Seg£n el Censo de 1993, en el pa¡s se empadronaron 5 millones 630 mil 378 mujeres en edad f‚rtil, el 56,1% declararon estar unidas maritalmente, el 75.6% de estas mujeres unidas, es decir 2 millones 388 mil 824 estar¡an demandando servicios de Planificaci¢n Familiar. 4. Del total de mujeres en uni¢n conyugal 526 mil 640 (16.7%) estar¡an con Demanda No Satisfecha de Planificaci¢n Familiar, es decir, son mujeres que pese a no desearlo quedaron embarazadas presumiblemente por falta de informaci¢n y acceso a los servicios de planificaci¢n familiar. 5. El grupo de mujeres unidas, que estar¡an usando alg£n m‚todo de Planificaci¢n familiar es de un mill¢n 799 mil 290, un tanto m s de la mitad del total de casadas o convivientes y cerca de la tercera parte de las mujeres entre 15 y 49 a¤os de edad. 6. Un peque¤o n£mero de mujeres unidas 62 mil 898 quedaron embarazadas pese a estar usando alg£n m‚todo de Planificaci¢n Familiar por ello se las considera como demandantes de m‚todos m s seguros. 7. La educaci¢n es un factor preponderante en el uso de m‚todos anticonceptivos. Esto se muestra claramente cuando la proporci¢n de mujeres usuarias actuales con estudios superiores (72,5%) es algo m s del doble de las mujeres sin nivel de instrucci¢n (34,1%). 8. El rea de residencia indica la accesibilidad de las usuarias a los servicios de Planificaci¢n Familiar. Las residentes de las reas urbanas que actualmente usan m‚todos anticonceptivos tienen mayores facilidades, son el 63.7%, encuanto que en el rea rural solo el 39.8%. Por otro lado, es importante se¤alar que la Demanda no satisfecha de las mujeres residente en las zonas rurales (25.3%) duplican cuantitativamente aquella de las zonas urbanas (13.2%). 9. La distribuci¢n departamental de la Demanda Total de Planificaci¢n Familiar se divide en dos grandes grupos: uno, los departamentos con m s de 100 mil mujeres demandantes y otro con cantidades abajo de este valor. En el primer grupo se encuentra el 70.8% del total de poblaci¢n demandante y adem s cuenta con el departamento de Lima donde se localiza la tercera parte de la demanda total nacional. 10. El segundo grupo, apesar de contar con menor cantidad de poblaci¢n demandante, debe recibir una atenci¢n especial dado que en departamentos como Loreto, Ayacucho, Huancavelica, Apurimac y Amazonas presentan los mayores niveles de fecundidad y mortalidad infantil del pa¡s. 11. En el mbito Provincial, el nivel ®Muy Bajo¯ de la demanda total de Planificaci¢n Familiar (70% menos), est compuesta por 55 provincias que se localizan en la sierra y selva del pa¡s y concentran 311 mil mujeres. 12. A su vez, el nivel ®Bajo¯ (entre 70,1% y 74,9"), agrupa 64 provincias que totalizan 497 mil mujeres. A pesar de contar con algunas provincias localizadas en al regi¢n coste¤a la gran mayor¡a de ellas est n situadas en la sierra y selva. 13. En t‚rminos cuantitativos, el nivel ®Medio¯ (entre 75% y 78,9%) dela demanda de Planificaci¢n Familiar se presenta bastante similar al nivel anteriormente descrito. Est compuesto por 495 mil mujeres distribuidas en 53 provincias. Debe se¤alarse que en este nivel se encuentran casi todas las provincias de Puno, sin embargo, est conformado por la mayor¡a por provincias coste¤as. 14. Finalmente, el nivel ®Alto¯ (79% o m s) de la demanda cuenta con 16 provincias y aglomera la gran mayor¡a de la poblaci¢n, un mill¢n 86 mil mujeres. Obviamente este valor incluye la poblaci¢n de la Provincia de Lima. 15. Para lograr las estimaciones se combina la informaci¢n de dos fuentes de datos, la ENDES II y el Censo de Poblaci¢n y Vivienda de 1993. De la Endes se obtiene las tasas de demanda de planificaci¢n familiar a nivel regional; del Censo la poblaci¢n femenina en edad f‚rtil, casada o conviviente, para cada una de las provincias. 16. El m‚todo de estimaci¢n considera una variable dependiente quees la demanda de planificaci¢n familiar o cualquiera de sus componentes y variables independientes o explicativas que hayan sido estudiadas tanto en la Endes como en el Censo. 17. Para la selecci¢n de las variables independientes se recurre en primera instancia al conocimiento pre existente y a evidencias emp¡ricas sobre la relaci¢n entre el uso de m‚todos anticonceptivos y el contexto sociodemogr fico de forma que se obtiene un conjunto de variables consideradas como predictoras. Luego se recurre al An lisis Discriminante como un instrumento que proporciona la Estad¡stica para definir t‚cnicamente dos variables de mayor fuerza predictora. 18. Para facilitar un posterior proceso de evaluaci¢n de los resultados del trabajo, se revisa la informaci¢n base utilizada en las estimaciones provinciales. Para ellose estudian algunas estructuras formadas con los datos de la Endes y del Censo primero por separado y luego en conjunto. 19. En relaci¢n a la informaci¢n que proporciona la Endes se aprecia en primer t‚rmino, que el peque¤o n£mero de casos que interviene en el c lculo de las tasas de demanda en las distintas categor¡as, introduce errores importantes igualmente se deduce que las tasas de demanda est n afectadas por cierto sesgo hacia la parte urbana, lo que produce una sobre estimaci¢n en el caso del uso actual, y sub- estimaci¢n en la demanda insatisfecha. 20. La informaci¢n censal muestra solidez en el n£mero de casos, a£n en las provinciasde menor poblaci¢n. Las categor¡as de No Especificado requieren de un manejo especial para que no influyan en las estructuras. 21. Las estructuras de poblaci¢n de la Endes y del Censo muestran bastante similitud, aspecto que lleva a pensar que las estimaciones est n m s cerca de la fecha de la encuesta que del censo. 22. La comparaci¢n entre los resultados regionales de las tasas estimadas y calculadas con la Endes muestran una coherencia satisfactoria, con discrepancias m¡nimas en la mayor¡a de las regiones y a£n enel promedio nacional. Las mayores discrepancias se observan en la regi¢n Ucayali, donde en n£mero de casos en la encuesta es peque¤o, y la poblaci¢n de sus provincias es igualmente peque¤a. |
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