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ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ³ 3.4. JERARQUIZACION DE LAS PROVINCIAS DEL PERU SEGUN GRADO DE ³ ³ POBREZA: ASPECTOS METODOLOGICOS (1) ³ ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ Jorge Bravo Centro Latinoamericano de Demograf¡a (CELADE) Santiago, Chile 1. Antecedentes y objetivo Este documento se elabora como un aporte del Convenio BID/CELADE a los programas de inversi¢n social que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apoya en el Per£. El documento persigue, m s particularmente, presentar una propuesta metodol¢gica para integrar informaci¢n sociodemogr fica de censos y encuestas del Per£, con el prop¢sito de obtener indicadores de pobreza a nivel de provincias que sirvan a una m s eficiente asignaci¢n de recursos en las pol¡ticas y los programas sociales. Uno de los principios que gu¡an el dise¤o y la ejecuci¢n de dichas pol¡ticas y programas, sobre todo aquellos que tienen un alcance no universal o focalizado, es la priorizaci¢n de la asignaci¢n de recursos. Esta priorizaci¢n se establece, de modo importante, en funci¢n del grado de necesidad o de carencias que afecta a los diferentes grupos que componen la poblaci¢n; es decir, en funci¢n de su grado de pobreza. Una de las dimensiones importantes de dicha priorizaci¢n es la geogr fica o pol¡tico-administrativa, en atenci¢n a la funcionalidad que ella representa para la ejecuci¢n de programas. Quedan comprendidos en tal caso, por ejemplo, los programas o fondos de inversi¢n social que funcionan en muchos pa¡ses de la regi¢n, y algunos proyectos de emergencia, como el de alivio y reducci¢n de la pobreza en el Per£, iniciado el a¤o 1994. En general, la jerarquizaci¢n de las unidades pol¡tico- administrativas es relevante en todo programa orientado a aliviar las condiciones de pobreza mas cr¡ticas. Sin embargo, al intentar operacionalizar dicho principio y obtener indicadores sint‚ticos apropiados, se encuentran algunas dificultades pr cticas. Por un lado, los datos que tienen un adecuado nivel de desagregaci¢n son generalmente insuficientes. Estos datos son, t¡picamente, indicadores de necesidades b sicas insatisfechas provenientes del censo. Si bien se encuentra all¡ una cantidad de informaci¢n relevante a niveles geogr ficos suficientemente desagregados, no resulta f cil obtener un indicador sint‚tico de aceptaci¢n generalizada por parte de los analistas o los tomadores de decisiones. En particular, el censo de 1993, as¡ como la gran mayor¡a de los censos de la regi¢n de Am‚rica Latina y el Caribe, no recogen informaci¢n de ingresos, lo que impide una estimaci¢n directa de la proporci¢n de hogares debajo de la l¡nea de pobreza, que es un indicador s¡ntesis de relativamente amplia aceptaci¢n y utilizaci¢n. Por otro lado, las encuestas nacionales de hogares y de caracter¡sticas socioecon¢- micas contienen informaci¢n suficientemente detallada de ingresos para hacer las estimaciones requeridas, pero su representatividad alcanza s¢lo a grandes regiones, reas urbanas o aun metropolitanas. En una primera mirada, pues, y en ausencia de otras estad¡sticas completas y confiables al nivel requerido, el problema pareciera ser insalvable. Sin embargo, tal como sugiere este documento, es posible obtener estimaciones indirectas de la distribuci¢n del ingreso de los hogares mediante la combinaci¢n de ambas fuentes de informaci¢n (censo y encuestas) y del uso de m‚todos estad¡sticos apropiados. Un antecedente de que dicha combinaci¢n es no tan s¢lo factible sino tambi‚n £til desde el punto de vista de las pol¡ticas sociales, lo constituye el cruce de informaci¢n de ingresos y de necesidades b sicas insatisfechas, expuesto en el extensamente aplicado desarrollo de Rub‚n Kaztman (1989) para la caracterizaci¢n de la pobreza. Partiendo de la posibilidad de combinar los tipos de informaci¢n antedichos, estas notas exponen brevemente una posible forma de integrar las fuentes de informaci¢n (l‚ase el Censo de 1993 y la Encuesta nacional de prop¢sitos m£ltiples, ENAPROM) para obtener ciertos indicadores del nivel de vida en departamentos y provincias. Es importante anotar que la ENAPROM cubr¡a, hasta 1994, s¢lo el rea metropolitana de Lima y Callao y las 24 ciudades capitales del resto de los departamentos del pa¡s. A partir de 1995, la encuesta de hogares del Per£ ha extendido su cobertura a la totalidad del pa¡s, con representatividad a nivel nacional, rea urbana y rural. A partir de 1995 la encuesta se denomina Encuesta nacional de hogares (ENAHO). La idea b sica del m‚todo aqu¡ propuesto es realizar una estimaci¢n indirecta del nivel de vida en cada provincia, expresado a trav‚s del porcentaje de pobreza, en dos etapas: i) Establecer una relaci¢n estad¡stica entre el nivel de ingreso de los hogares y un conjunto de caracter¡sticas de las personas, de la vivienda y del tipo de localidad donde ellas habitan; ii) Usar el modelo desarrollado para estimar el porcentaje de pobreza a nivel departamental y provincial sobre la base de las caracter¡sticas ya se¤aladas. Dicho indicador puede servir para el objetivo deseado de jerarquizaci¢n de distritos. 2. Metodolog¡a 2.1 Factibilidad de combinar fuentes Esta secci¢n examina brevemente la posibilidad pr ctica de combinar la informaci¢n sobre los hogares y sus miembros del Censo de 1993 y la ENAPROM. Tal como sugiere el cuadro 1, hay una gran cantidad de variables que fueron recogidas tanto en el Censo como en la ENAPROM. Existen varias excepciones, como la informaci¢n sobre los materiales de paredes, techo y piso, que fue recopilada en el Censo pero no en la ENAPROM, as¡ como algunas variables espec¡ficas que fueron captadas en la ENAPROM pero no en el Censo (p.ej., preguntas sobre combustible para cocinar, por qu‚ no asiste a la escuela, actividades secundarias , y otras). Con todo, el conjunto de variables comunes es bastante amplio para los prop¢sitos presentes. Adem s, la gran mayor¡a de estas variables tienen un formato similar y c¢digos compatibles. Lo anterior, sumado al hecho de que los cuestionarios son bastante coherentes entre s¡ y que ambas encuestas se llevan bajo la responsabilidad de una sola instituci¢n, el Instituto Nacional de Estad¡stica e Inform tica (INEI), hace presumir que la informaci¢n recogida debiera ser suficientemente comparable. 2.2 Modelo estad¡stico Ya se se¤al¢ que un antecedente £til para lo que se plantea aqu¡ son los m‚todos que usan informaci¢n de encuestas en cruces de necesidades b sicas insatisfechas con l¡neas de pobreza. La propuesta presente persigue extender ese recurso a la vinculaci¢n entre censo y encuesta, de modo de poder jerarquizar las provincias seg£n indicadores del nivel de vida. Cuadro 1 INFORMACION SOBRE HOGARES EN PERU, A¥O 1993, SEGUN FUENTES ÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ³ ³ ³ C¢digos ³ ³ ³ M¢dulo/tema/pregunta ³ Censo ³ compatibles? ³ ENAPROM ³ ÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ Localizaci¢n û si û Vivienda tipo (particular) û si û propiedad/uso û si û material de paredes û - material de techo û - material del piso û - abastecimiento de agua û si û ba¤os û si û alumbrado el‚ctrico û si û combustible para cocina - û n£m. de habitaciones û si û n£m. de dormitorios û si û cocina û - producci¢n de ingresos en el hogar û - equipamiento û si û Personas Educaci¢n n£m. de personas û si û parentesco û si û permanencia - û sexo û si û edad û si û estado civil û si û religi¢n û - idioma materno û - alfabetismo û si û asiste û no û £ltimo grado û no û por qu‚ no asiste - û Ocupaci¢n y empleo profesi¢n u oficio û - actividad semana pasada û si û ocupaci¢n semana pasada û si û rama de actividad û si û categor¡a û si û n£m. de trabajadores tipo, lugar, horas - û actividad principal y secundaria - û Salud - û Migraci¢n - û Gastos del hogar - û Transferencias realizadas - û Transferencias financieras - û Ingresos - û ÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ Fuente: INEI (1993) Cédula Censal; INEI (1993b) Cuestionario ENAPROM-93 Para efectos del modelo aqu¡ propuesto, se parte de la premisa general de que existe una relaci¢n entre el nivel de ingreso de un hogar (Y) y el n£mero de miembros econ¢micamente activos (n), sus caracter¡sticas individuales (i), las caracter¡sticas de la vivienda (v) y la zona de residencia (z) dentro del pa¡s. Se propone, como primer paso, la estimaci¢n de un modelo de regresi¢n de la variable dependiente Y respecto de las variables independientes n, i, v, z, sobre la base de los datos de la ENAHO1995, y ajustar el modelo a nivel provincial con base en las variables independientes del Censo de 1993 (INEI, 1994). Un procedimiento an logo se llev¢ a cabo para efectos de estratifi- caci¢n en una encuesta de hogares en Paraguay (Sauma, 1993, anexo 3), con el objeto de imputar el nivel relativo de ingreso de 1982 a partir de la informaci¢n censal de ese a¤o y la relaci¢n estad¡stica entre ingreso de 1990 y variables no ingreso de ese mismo a¤o. La lista preliminar de variables independientes debe incluir a todas aquellas que sean comunes, ya sea exacta o aproximadamente, a la ENAHO y al Censo. Una posible especificaci¢n de las variables es la siguiente: n - n£mero de miembros econ¢micamente activos (EA) i - edad promedio de los EA en el hogar - nivel educativo promedio de los EA en el hogar - tipo de ocupaci¢n de los EA en el hogar - rama de actividad de los EA en el hogar v - tipo de vivienda - abastecimiento de agua - tipo de servicios sanitarios - disponibilidad de electricidad - hacinamiento - disponibilidad de veh¡culos - equipamiento del hogar z - zona de residencia ( rea metropolitana, ciudades grandes, ciudades medianas y peque¤as, reas rurales) N¢tese que algunas de estas variables deben ser calculadas o codificadas previamente a la realizaci¢n de regresiones propuestas en la secci¢n siguiente. Por ejemplo, el tipo de ocupaci¢n y la rama de actividad deber n agruparse en unas pocas categor¡as y definir un ¡ndice (p.ej., un promedio ponderado) de composici¢n de ocupaciones y rama de actividad. La forma m s simple de este procedimiento ser¡a tomar, respecto de la ocupaci¢n, la proporci¢n de los miembros EA en ocupaciones pertenecientes a los grupos principales, 0 a 5, de la clasificaci¢n del Censo de 1993, que incluye a los miembros de las fuerzas armadas, miembros del poder ejecutivo, profesionales, t‚cnicos, jefes y empleados de oficina, y a trabajadores calificados. Este grupo est m s estrechamente asociado al sector ®moderno¯ del mercado laboral y, es de presumir, podr¡a determinar una relaci¢n distinta entre ingreso del hogar y las variables de vivienda, individuales y de zona de residencia, ya mencionadas. Consideraciones y definiciones an logas deber n realizarse con relaci¢n a todas las dem s variables categoriales. Entre ‚stas, cabe destacar la variable z, referida a la zona de residencia. Si se define la variable dependiente como el ingreso per c pita en lugar del ingreso total del hogar, parece razonable redefinir la variable n como el cociente del n£mero de miembros econ¢micamente activos entre el n£mero total de personas en el hogar. Como un paso previo a cualquier an lisis estad¡stico, ser¡a altamente conveniente una evaluaci¢n de la variable ingreso, especialmente en lo relativo a posibles problemas de subdeclaraci¢n. Un procedimiento com£nmente utilizado en an lisis de pobreza es tomar como referencia las cuentas de ingresos y gastos de las cuentas nacionales y realizar ajustes diferenciados seg£n tipo de ingreso. 2.3 Ajuste y estimaci¢n Recu‚rdese que el objetivo final del trabajo es obtener una medida de la proporci¢n (P) de los hogares de cada distrito que se ubican por debajo de la l¡nea de pobreza. El primer paso propuesto es ajustar a los datos de la ENAHO 1995 un modelo general a nivel de hogar, del tipo: Y = Y(n , i , v , e ) (1) h h h h h donde h denota el hogar de referencia y h el t‚rmino de error del ingreso del hogar, o bien uno del tipo: p = p(h , i , u , m ) (2) h h h h h donde ph denota la probabilidad de que el hogar h se sit£e bajo la l¡nea de pobreza y uh el t‚rmino de error de esta ecuaci¢n. Deber considerarse atentamente la especificaci¢n, ajuste y validaci¢n del modelo de regresi¢n. Habr que ensayar con diferentes formas funcionales en las variables independientes, as¡ como detectar y minimizar posibles problemas de multicolinearidad, especialmente en el conjunto de variables v. Una vez determinado el modelo de regresi¢n final, existen dos posibilidades para estimar P: i) se usan los coeficientes estimados de la ecuaci¢n (1) y la informaci¢n del censo correspon- diente a las variables independientes de cada hogar, y se hace una estimaci¢n de su nivel de ingreso o de su ingreso per c pita. Para cada provincia, se calcula el porcentaje de pobreza sobre la base de los valores estimados de Yh ; ii) se usan los coeficientes estimados de la ecuaci¢n (2) y la informaci¢n del censo correspondiente a las variables independientes de cada provincia, y se calcula directamente el valor ajustado de P para la provincia. Cada una de estas variantes tiene ventajas y desventajas (v‚ase el ap‚ndice); eventualmente, podr¡an implemen- tarse ambas para evaluar la consistencia de los ordenamientos resultantes. Finalmente, ser¡a deseable realizar alg£n an lisis de consistencia de los resultados globales de la ENAHO y de su sensibilidad respecto de la especificaci¢n del modelo estad¡stico, que permita evaluar la robustez de la jerarquizaci¢n resultante. 3. Comentarios y sugerencias Como puede deducirse de las secciones anteriores, la combinaci¢n de informaci¢n de la Encuesta nacional de hogares y del Censo es factible y -mediante un trabajo estad¡stico cuidadoso- puede resultar de mucha utilidad para basar una jerarquizaci¢n de departamentos y provincias seg£n nivel de vida. Que la ENAHO recoja una cantidad apreciable de informaci¢n del mismo car cter y en un formato similar al Censo y que tenga representatividad a nivel nacional, urbano y rural, son factores que permiten tener optimismo en cuanto a la utilidad y confiabilidad de los resultados. Un primer acercamiento a la jerarquizaci¢n podr¡a realizarse a nivel departamental y provincial sobre la base de los indicadores censales recientemente publicados (INEI, 1994). Como primer punto de comparaci¢n y de posterior verificaci¢n de consistencia, parece conveniente obtener un primer conjunto de ordenamientos uni o multivariados, con la informaci¢n censal solamente. Los componentes principales de la matriz {n i v z} o mediante an lisis de discriminantes podr¡an ser particularmente £tiles a este efecto. La preparaci¢n de un archivo de las variables ya mencionadas a nivel de hogar ser , en cualquier caso, indispensable para la segunda etapa propuesta, por lo que ese an lisis preliminar complementar las fases siguientes del trabajo. Ap‚ndice Tal como se se¤ala en la p gina 7, en el contexto presente existen dos formas de obtener una estimaci¢n de la proporci¢n (P) de los hogares de cada provincia que se ubican por debajo de la l¡nea de pobreza: i) realizar un ajuste (mediante la ecuaci¢n 1) del ingreso de cada hogar en el distrito y usar la distribuci¢n de hogares seg£n nivel de ingreso para calcular P, o ii) realizar un ajuste (mediante la ecuaci¢n 2) de la probabilidad ph de que el hogar h se sit£e bajo la l¡nea de pobreza y utilizar el valor ajustado de p para cada provincia como la estimaci¢n de P. El procedimiento i tiene como ventaja que su interpretaci¢n conceptual es bastante directa y entrega adicionalmente una distribuci¢n de los hogares seg£n ingreso, la que se puede utilizar para hacer diferentes cortes, adem s del de la l¡nea de pobreza aqu¡ privilegiado. Tiene como desventaja un requerimiento de un gran volumen de c lculos, ya que la estimaci¢n se hace sobre los m s de 4 millones 760 mil hogares encuestados en el censo de julio de 1993. Otra desventaja es que no existe garant¡a, a priori, de que algunos de los valores estimados se ubiquen en un rango fuera de los m rgenes observados en la ENAPROM. El procedimiento ii, por su parte, tiene como ventaja que requiere de una cantidad de c lculos much¡simo menor (sobre las 187 provincias del pa¡s), adem s que los programas estad¡sticos disponibles incorporan la restricci¢n deseable de que los valores estimados de p y P se ubiquen dentro del rango establecido (0,1). Tiene el peque¤o inconveniente, m s bien de car cter conceptual, de que involucra usar estimaciones hechas sobre la base de una variable dicot¢mica (que asume el valor 1 si el hogar est bajo la l¡nea de pobreza, 0 si no lo est ) para predecir el valor de una variable continua (la proporci¢n de hogares o de poblaci¢n bajo la l¡nea de pobreza). Ello requiere tener alguna presunci¢n respecto de la forma de la distribuci¢n probabil¡stica de p. Este £ltimo inconveniente, sin embargo, puede superarse en buena medida experimentando con diferentes funciones de distribuci¢n para p, de modo de minimizar el riesgo de sesgo debido a la elecci¢n de una muy espec¡fica o poco flexible. ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ³ Bibliograf¡a ³ ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ ù Instituto Nacional de Estad¡stica e Inform tica (INEI) (1993a), C‚dula Censal, Censos nacionales de 1993: IX de poblaci¢n y IV de vivienda. Lima, Per£. ù (1993b), Cuestionario ENAPROM-1993, Encuesta nacional de prop¢sitos m£ltiples, Lima. ù (1994), Mapa de necesidades b sicas insatisfechas, Lima. ù Kaztman, R. (1989), "La heterogeneidad de la pobreza: el caso de Montevideo", Revista de la CEPAL, N§ 37, abril, pp. 141-152. ù Sauma, P. (1993), La distribuci¢n del ingreso en el Paraguay, Facultad de Ciencias Econ¢micas, Administrativas y Contables, Universidad Nacional de Asunci¢n, Proyecto BID ATP/SF-2156-PR. |
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