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Ŀ 4.2. DINAMICA DEMOGRAFICA Y POBREZA EN EL PERU1 Julin Antezana Alvarado Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (INEI) Lima, Per 1. Aspectos generales En el Programa de Accin aprobado por la Conferencia Internacional sobre Poblacin y Desarrollo (CIPD) en El Cairo, l994, se reconoce que si bien los logros que registran las estadsticas de indicadores como la esperanza de vida y el producto nacional han sido muy alentadores, lamentablemente no reflejan de manera plena lo complejo de la realidad de la vida actual de millones de mujeres, hombres, adolescentes y nios. Es as como, a pesar de costosos esfuerzos realizados durante lar- gos decenios para buscar y lograr el desarrollo, lo cierto es que han aumentado las diferencias entre los pases ricos y los pases pobres, as como las desigualdades al interior de ellos. Aproximadamente 1 000 millones de personas viven en la pobreza en todo el mundo, y se teme que esa cifra siga aumentando. En el Per, en base a los resultados del Censo nacional de pobla- cin y vivienda de l993, se estima que la pobreza alcanza aproximada- mente a 12 374 322 personas (el 56.8% de la poblacin total del pas), de las cuales 6 178 352 (el 28.3%) viven en situacin de miseria. Estas magnitudes, que se observan en el cuadro 1, permiten tambin afirmar que el rea rural del pas es prcticamente pobre en su totalidad, pues slo el 9.9% de la poblacin rural satisface adecuadamente sus necesi- dades bsicas, mientras que ms del 90 % de los pobladores del campo viven en condiciones de pobreza (INEI/FNUAP, 1994). En cifras absolutas, hay una cantidad mayor de personas afectadas por la pobreza en las reas urbanas (6 465 428) que en las rurales (5 908 894); en cambio, las personas que se encuentran en situacin de pobreza extrema o miseria son ms en el campo (3 730 373) que en las ciudades (2 447 979). Una primera observacin importante es que la brecha de la pobreza es mucho mayor en el rea rural que en la urbana. En la zona rural del pas, la poblacin con necesidades bsicas insatisfechas es nueve veces ms que aquella con sus necesidades bsicas satisfechas. Asimismo, tal como se anot, la poblacin de reas rurales en condicin de miseria es ms de 1.5 veces la de su contraparte urbana. En la actualidad se sabe que la pobreza se asocia con desempleo, analfabetismo, desnutricin, baja condicin social de la mujer, dete- rioro ambiental, y con dificultades en el acceso a servicios sociales y sanitarios, incluyendo servicios de salud reproductiva. Estos factores que suelen acompaar a la pobreza son tambin los que ms directamente inciden sobre las tendencias negativas de la dinmica demogrfica, pues contribuyen a frenar el descenso en los niveles de mortalidad, morbili- dad y fecundidad. Asimismo, tal como se menciona en el programa de accin de El Cai- ro, la pobreza tambin est estrechamente relacionada con la inadecuada distribucin espacial de la poblacin, las modalidades insostenibles de urbanizacin, y la inequidad en la distribucin de recursos naturales bsicos como la tierra y el agua. Por otro lado, es tambin un criterio de consenso que el logro del desarrollo sostenible y la eliminacin de la pobreza deben respaldarse con polticas macroeconmicas que propicien un buen sistema de gobier- no, polticas nacionales eficientes e instituciones nacionales efica- ces. Igualmente, puesto que para el desarrollo sostenible los esfuerzos por reducir la pobreza y el crecimiento demogrfico son mutuamente complementarios, se espera que un crecimiento ms lento de la poblacin aumente la capacidad de los pases para atacar la pobreza, proteger y mantener el medio ambiente, y construir la base para el desarrollo sos- enible futuro. Al igual que en varios pases de Amrica Latina, en el Per la transicin demogrfica ha sido ms intensa de lo pronosticado, aunque los niveles de fecundidad y mortalidad no slo estn muy lejos de los ndices de los pases desarrollados sino, incluso, de los pases de Amrica Latina de transicin avanzada. 2. Fecundidad y pobreza De acuerdo a las cifras que muestra el cuadro 2, la tasa global de fecundidad (TGF) para el total del pas ha tenido una evolucin favora- ble, entre l981 y l993, pasando de 5.1 hijos por mujer a 3.4 al final del perodo, aunque presenta niveles bastante diferenciados segn el grado de afectacin de la pobreza. Se observa que en l993 para los no pobres es de 2.2, para los po- bres o con necesidades bsicas insatisfechas (NBI) es de 4.6, y para las madres en condicin de miseria de 5.5 hijos por mujer. Estos valo- res son significativamente inferiores a los registrados en l981, ao en que alcanzaron a 3.8, 7.4 y 11.1 hijos por mujer, respectivamente (PNUD/INP, 1990). Al margen de los posibles errores que puedan haberse cometido en la estimacin de los niveles de fecundidad para cada uno de estos gru- pos, particularmente en los que corresponden al ao censal de 1981, lo cierto es que en el perodo intercensal los niveles de fecundidad mues- tran una clara tendencia descendente. Este comportamiento de la fecundidad, que se presenta en relacin directa con la pobreza, se manifiesta tanto en las reas urbanas como rurales del pas. En l981 las mujeres con necesidades bsicas satisfe- chas (NBS) urbanas y rurales se encontraban con niveles de fecundidad por debajo del promedio nacional; en cambio en l993 slo las mujeres con NBS urbanas mantienen esta tendencia. En este ltimo ao, la fecun- didad de las mujeres pobres urbanas es igual a la de las no pobres rurales (3.8 hijos por mujer), siendo las mujeres pobres y en miseria rurales las que an mantienen elevados niveles de fecundidad (5.6 y 6.2 hijos por mujer, respectivamente), a pesar del importante descenso res- pecto a los valores registrados en l981 (7.9 y 10.5 hijos por mujer, respectivamente). En el perodo, el descenso ms notable se produjo en las mujeres en miseria de reas urbanas, que pasaron de una TGF de 12.4, en l981, a 4.7 hijos por mujer, en l993. Tal como se menciona en el documento Poblacin, equidad y trans- formacin productiva (CEPAL/CELADE, l993), la intensidad de la transi- cin demogrfica no aparece slo vinculada al crecimiento econmico sino que en Amrica Latina continu en los aos 80, que fueron los de mayor crisis con el consiguiente incremento de la pobreza. El deterioro en los niveles de vida y las dificultades en el acceso a bienes y ser- vicios se hicieron presentes tambin, al mismo tiempo que los descensos en la fecundidad y el incremento en la cobertura de la educacin. Al parecer, esta mayor cobertura educacional aun a costa de la calidad, junto con la creciente difusin de los medios de comunicacin social, favoreci el uniformar las aspiraciones y acercar el imagina- rio colectivo de la regin al prevaleciente en los pases desarrolla- dos (CEPAL/CELADE, l993). As, la poblacin percibe que sus aspiracio- nes de consumo y calidad de vida son cada vez ms difciles de alcanzar con familias numerosas, lo cual conduce a las parejas al deseo de tener menos hijos. En la perspectiva del desarrollo sostenible se debe tener presente el privilegio que se da a la calidad del recurso humano, la cual no s- lo es necesaria para el incremento de la productividad que requieren los esfuerzos de competitividad, sino tambin para reducir la pobreza. La experiencia ensea que para aumentar la calidad del recurso humano no es suficiente el crecimiento econmico sino que ste debe acompaar- se con polticas sociales. Los pases como el Per, de crecimiento demogrfico y niveles de pobreza altos, tendrn mayores dificultades para elevar la calidad de sus recursos humanos debido a la mayor exigencia de medios que requiere salir de la situacin de pobreza. Por otro lado, a un nivel microsocial, existen evidencias de las ventajas de una familia pequea, particularmente en los sectores po- bres, donde hay una relacin inversa con el nivel de instruccin que alcanzan los nios. Aqu, los servicios de salud reproductiva y plani- ficacin familiar resultan muy importantes por sus efectos positivos sobre la salud de la madre y del hijo, y para un desarrollo adecuado de los hijos en cuanto recursos humanos. Asimismo, la reduccin de las tasas de fecundidad significa dismi- nuir la presin sobre la generacin de empleo productivo y la demanda de servicios sociales en las prximas dcadas. Estos cambios demogrfi- cos favoreceran la liberacin de recursos para la atencin de los sec- tores pobres. Las cifras observadas muestran, as, que el descenso de la fecun- didad no ha sido homogneo en el Per, siendo los sectores pobres lo que presentan todava una fecundidad alta. Esto significa que hay un a- traso importante en materia de equidad demogrfica en el pas. Por tan- to, de no satisfacerse el deseo creciente de las parejas de no tener ms hijos de los que actualmente tienen, se intensificara la heteroge- neidad social existente, dificultndose los esfuerzos por cortar el proceso de transmisin intergeneracional de la pobreza. Esta inequidad en el descenso de la fecundidad se puede comprobar al constatar que si bien entre 1981 y 1993 el tamao promedio de los hogares en el Per ha descendido, se observa todava un mayor tamao de los hogares en la medida que el nivel de pobreza es ms alto. En 1993, mientras los hogares con NBS cuentan en promedio con 4.3 personas, los hogares en pobreza o con NBI lo hacen con 4.8 personas, en tanto que los hogares en miseria tienen 5.6 personas en promedio. Esta estructura se manifiesta -aunque con niveles menores por el descenso ya mencionado de las tasas de fecundidad a nivel nacional- igual a lo observado con datos del censo de 1981, donde el tamao promedio del hogar para estos mismos grupos fue de 4.5, 5.4 y 5.9 personas, respectivamente. Asimismo, adems de las dificultades que tienen los pobres para insertarse adecuadamente en el mercado laboral, las posibilidades de salir de esta situacin y aumentar sostenidamente su capacidad para satisfacer sus necesidades bsicas se ven limitadas, y en algunos casos reducidas, cuando se consideran las tasas de dependencia por persona ocupada. En este sentido, la dependencia econmica de los hogares tam- bin aumenta con la pobreza -segn lo observado al ao censal de 1993- de 1.9 personas por persona ocupada en la poblacin con NBS, a 2.7 en el grupo de pobreza o con NBI, y a 3.1 cuando se trata de la poblacin en el rango de miseria. Estos mismos grupos mostraron tasas en 1981 que ascendieron a 3.6 personas por persona ocupada para la poblacin con NBS, 5.1 para el grupo con NBI, y 5.9 para los hogares en miseria (An- tezana, 1993). Como ocurre en varios pases de la regin, entonces, el descenso de la fecundidad no se presenta igualmente intenso en todos los grupos sociales. Las mujeres de los estratos pobres y en miseria an tienen un mayor promedio de hijos, sobre todo las que residen en reas rurales propias de grupos campesinos y minoras tnicas, a los cuales no llegan los frutos del progreso. La accesibilidad a los servicios de planifica- cin familiar para estas mujeres es casi un imposible a pesar del rei- terado deseo de tener una fecundidad mucho menor de la que tienen. La inequidad social tambin se da en el acceso a estos servicios. 3. Mortalidad y pobreza Tambin constituye un rezago importante -y sobre todo preocupante- en materia de equidad, la elevada mortalidad y las grandes diferencias que an existen en los niveles de mortalidad. Son los mismos grupos sociales con patrones reproductivos de alta fecundidad los que se ven expuestos a una menor probabilidad de super- vivencia, lo cual es evidentemente un fenmeno que forma parte de la pobreza. Al igual que con la fecundidad, los niveles estimados de mortali dad infantil en el Per muestran diferencias significativas. Para el total del pas, la tasa de mortalidad infantil descendi de 92.1 defun- ciones de menores de un ao por cada 1 000 nacidos vivos en l981, a 58.3 por mil en el ao l993. Este ltimo valor, si bien es el nivel histrico ms bajo, resulta relativamente alto para la regin de Amri- ca Latina y refleja, adems de la influencia de elementos estrictamente biolgicos, las condiciones de vida de la poblacin, principalmente en lo que atae a la alimentacin y nutricin, agua potable y saneamiento bsico, educacin, vivienda, asistencia mdica, y otros bienes y servi- cios que se obtienen con adecuados empleos e ingresos. Adems, diversos estudios han demostrado la importancia de otros factores, como son las normas, valores y costumbres de la sociedad respecto a los hbitos hi- ginicos y a la preparacin de alimentos, as como la capacidad de los miembros del hogar para adaptarse al medio exterior. La evidencia de las desigualdades entre los grupos no pobres y po- bres y el diferencial urbano/rural de la mortalidad infantil en el Per, se pueden observar en el cuadro 3, donde las tasas obtenidas en l993 para los grupos con NBS, NBI y en condicin de miseria ascienden a 36.7, 66.5 y 68.9 por mil, respectivamente. Estos valores actuales son bastante inferiores a los estimados con los datos censales de l981, que alcanzaron a 73.9, 101.6 y 107.4 por mil, respectivamente (PNUD/INP, 1990). Esta relacin directa que se observa entre mortalidad infantil y pobreza se presenta tambin claramente en el mbito urbano del pas. En l993, mientras la poblacin con NBS lleg a una tasa de mortalidad in- fantil de 28 por mil, los grupos con NBI y en miseria alcanzaron a 46.9 y 50.9 por mil, respectivamente. Los niveles de mortalidad infantil obtenidos en l993, aunque an son altos en el contexto de Amrica Latina, son menores a los registra- dos en base a la informacin del censo de l981. En este ao, en las reas urbanas la tasa fue de 67.2 por mil para los grupos de NBS, de 82.7 para los de NBI y de 91.8 para la poblacin en miseria. En el m- bito rural, estos valores fueron de 108.7, 116.6 y 113.3 por mil, res- pectivamente. Son justamente estos grupos en situacin de pobreza los que pre- sentan ms altos niveles de mortalidad infantil, y los que mantienen mayores carencias en educacin, saneamiento bsico y en adecuada incor- poracin al mercado laboral. As se tiene que, al igual que en 1981, hacia 1993 la tasa de analfabetismo de la poblacin nacional es cuatro veces menor en las personas con NBS que la correspondiente a aquellas con NBI, e inferior en cinco veces a la estimada para la poblacin en miseria (5.2%, 20.5% y 25%, respectivamente). Asimismo, en trminos lobales, el promedio nacional urbano es significativamente menor que el rural (las tasas de analfabetismo aqu son de 6.8% y 30 %, respecti- vamente). Por otro lado, las condiciones de vivienda y saneamiento bsico, que estn fuertemente vinculadas a la mortalidad infantil, se constitu- yen en las ms frecuentes de las necesidades bsicas insatisfechas a nivel nacional. De acuerdo a cifras provenientes del censo de 1993, el 22% de la poblacin rural vive en viviendas de material inadecuado, en tanto que el 10.3% de los pobladores urbanos lo hacen en este tipo de vivienda; el hacinamiento crtico (ms de 3 personas por cuarto) afecta al 40.4% de la poblacin rural del pas y al 18.4 % de la contraparte urbana, mientras que la falta de servicios de desage de cualquier tipo caracteriza al 75.3% de la poblacin rural y al 19.8 % de la correspon- diente al mbito urbano. Las desigualdades entre los grupos no pobres y pobres en materia de mortalidad infantil pueden ser explicadas, adems, por el nivel de participacin de las personas en las actividades productivas del pas. Segn la informacin del censo de 1993, la tasa global de participacin de la poblacin no pobre o con NBS es de 42.2%, pero desciende a 35.8 % en la poblacin con NBI, y a 32.7% si se trata de las personas en si- tuacin de miseria. Si bien esta misma estructura de la participacin en las activida- des econmicas se repite en las reas urbana y rural, donde se presen- tan desigualdades mayores es al comparar la participacin de los hombres y mujeres en el mercado laboral. En trminos generales, no slo la participacin femenina es mucho menor sino que, a medida que la po- breza aumenta, la participacin de la mujer en el mercado laboral es an menor, llegando a ser casi la tercera parte de la participacin masculina (de 53.7% para los hombres y 18.1% para las mujeres, en el caso de los grupos con NBI, y de 50.4% en los hombres y 15.1% en las mujeres, en los grupos en situacin de miseria). No obstante que las cifras censales muchas veces no registran ade- cuadamente la participacin decisiva de las mujeres en la actividad agropecuaria y que a nivel urbano la organizacin social y familiar condiciona y retiene a la mujer en el hogar, es posible afirmar que su participacin en la actividad laboral es mayor que la observada a co- mienzo de la dcada anterior. En efecto, en 1993 la tasa global de par- ticipacin femenina para el grupo con NBS es de 29.6%, con NBI de 18.1%, y en miseria 15.1%, niveles superiores a los registrados en 1981 que ascienden a 22.8%, 13.6% y 11.7%, respectivamente. A pesar de que en el perodo intercensal la mortalidad infantil ha disminuido notablemente, resulta clara la relacin directa que habra entre mortalidad infantil y pobreza, y la influencia que pueden tener algunos elementos condicionantes como la educacin, servicios bsicos y de salud, que se logran con empleos e ingresos adecuados. 4. Dinmica demogrfica y pobreza En la CIPD de El Cairo l994, fue un criterio de consenso que la evolucin de la pobreza no est determinada exclusivamente por factores demogrficos diferenciales, sino tambin de manera importante por otros factores socioeconmicos, como consecuencia de los efectos derivados de la crisis. Tambin conviene tener presente lo que se anota en el documento de CEPAL/CELADE, l993, respecto a que la dinmica demogrfica tiene un pa- pel significativo en la reproduccin de la pobreza desde dos puntos de vista: en forma directa por la alta tasa de fecundidad y crecimiento de la poblacin pobre, e indirectamente, porque estos hechos favorecen la permanencia de los hijos en condiciones de vida similares a las de sus padres, por la transmisin intergeneracional de la pobreza. En este sentido, tambin conviene recordar que el mayor crecimien- to demogrfico de la poblacin pobre aumenta la incidencia de la pobre- za y la miseria entre los nios y los jvenes, pues estos grupos tienen una alta relacin de dependencia, como ya se anot. Finalmente, tal como recomienda el documento de CEPAL/CELADE (l993), en pases como el Per que se encuentran en plena transicin demogrfica, las polticas prioritarias deben enfatizar la inversin en recursos humanos mediante el mejoramiento de la calidad de los servi- cios sociales, de salud preventiva y curativa; la adecuacin de la educacin y la capacitacin a las exigencias de la competitividad, y el incremento del ahorro interno. Ŀ Bibliografa Antezana, J.(1995), Dimensiones y caractersticas de la pobreza en el Per. 1993, Instituto Nacional de Estadstica e Informtica/ Fondo de Poblacin de Naciones Unidas (INEI/FNUAP), Lima. Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe/ Centro Latinoamericano de Demografa (CEPAL/CELADE)(1993), Poblacin, equidad y transformacin productiva, Santiago de Chile. Instituto Nacional de Estadstica e Informtica/ Fondo de Poblacin de Naciones Unidas (INEI/FNUAP)(1994), Per: Mapa de necesidades bsicas insatisfechas de los hogares a nivel distrital, Lima. Naciones Unidas (1994), Programa de accin de la Conferencia Internacional sobre Poblacin y Desarrollo, El Cairo. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo/ Instituto Nacional de Planificacin (PNUD/INP)(1990), La pobreza en el Per. Diagnstico y propuestas de polticas. Proyecto regional para la superacin de la pobreza, Grupo Nacional del Per. Cuadro 1 PERU: POBLACION CON NECESIDADES BASICAS SATISFECHAS, INSATISFECHAS Y EN MISERIA, SEGUN AREAS URBANAS Y RURAL, 1993 Ŀ Poblacin Ĵ Total y rea Total Con NBS Con NBI En miseria de residencia Ĵ Nmero Por Nmero Por Nmero Por cien cien cien Total pas 21 801 654 9 427 332 43,2 12 374 322 56,8 6 178 352 28,3 Urbana 15 242 089 8 776 661 57,6 6 465 428 42,4 2 447 979 16,1 Rural 6 559 565 650 671 9,9 5 908 894 90,1 3 730 373 56,9 Fuente: INEI, Mapa de necesidades bsicas insatisfechas de los hogares a nivel distrital,1993. Elaboracin propia. Cuadro 2 PERU: TASA GLOBAL DE FECUNDIDAD DE LA POBLACION CON NECESIDADES BASICAS SATISFECHAS, INSATISFECHAS Y EN MISERIA, SEGUN AREAS, 1981-1993 Ŀ Total pas Total global de fecundidad y rea de Ĵ residencia 1981 1993 Total pas 5,1 3,4 Con NBS 3,8 2,2 Con NBI 7,4 4,6 En miseria 11,1 5,5 Urbana 4,2 2,8 Con NBS 3,0 2,2 Con NBI 6,9 3,8 En miseria 12,4 4,7 Rural 7,2 5,4 Con NBS 4,6 3,8 Con NBI 7,9 5,6 En miseria 10,5 6,2 Fuente: Antesana, J , (1993), Dimensiones y caractersticas de la pobreza en el Per, Lima. Cuadro 3 PERU: TASA DE MORTALIDAD INFANTIL DE LA POBLACION CON NECESIDADES BASICAS SATISFECHAS, INSATISFECHAS Y EN MISERIA, SEGUN AREAS, 1981-1993 Ŀ Total pas Tasa de mortalidad infantil y rea de Ĵ residencia 1981 1993 Total pas 92,1 58,3 Con NBS 73,9 36,7 Con NBI 101,6 66,5 En miseria 107,4 68,9 Urbana 74,7 39,9 Con NBS 67,2 28,0 Con NBI 82,7 46,9 En miseria 91,8 50,9 Rural 115,6 82,7 Con NBS 108,7 79,0 Con NBI 116,6 83,0 En miseria 113,3 79,7 Fuente: Antesana, J , (1993), Dimensiones y caractersticas de la pobreza en el Per, Lima. |
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