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2.1.5 PROBLEMATICA SOCIAL Y POBREZA: DIFICULTADES EN SU DEFINICION Y MEDICION Prof. Froil n Fern dez* 1 I. INTRODUCCION La preocupaci¢n por los problemas sociales que afecta a una parte significativa de la poblaci¢n de los diversos pa¡ses de la regi¢n, se ha estado exteriorizando £ltimamente en una serie de resoluciones, propuestas y acciones de sus Gobiernos e instancias internacionales, propugnando un Desarrollo Social, con ‚nfasis en la promoci¢n del empleo, educaci¢n y capacitaci¢n, la extensi¢n y mayor cobertura de los servicios en sectores populares y la asistencia a los grupos m s vulnerables de la sociedad. Este nuevo ‚nfasis por lo social, fue motivado por la necesidad de paliar los efectos sociales negativos de los impostergables programas de ajuste econ¢mico que deb¡an establecerse para evitar una crisis mayor. Los pa¡ses que adoptaron las medidas de ajuste en forma oportuna, evitaron males mayores y los otros que persistieron en esquemas populistas llegaron al l¡mite del colapso econ¢mico y social, en perjuicio del mismo pueblo al cual se deseaba favorecer. En todo caso hay que tener presente que la preocupaci¢n por el bienestar social no es algo nuevo, e hist¢ricamente en casi todos los pa¡ses han habido muchos gobiernos que basaban su mensaje pol¡tico en favor de los pobres y de los trabajadores, que se supon¡a tambi‚n pertenec¡an a ese estrato. As¡, se introdujeron aspectos de la legislaci¢n laboral que pretend¡an favorecer a los trabajadores asalariados al otorgarles una mayor seguridad social, regularles sus jornadas de trabajo, fijar salarios m¡nimos e indexar sus remuneraciones; se establecieron programas asistenciales y de beneficiencia p£blica para los estratos m s pobres y no cubiertos por la seguridad social; se ampli¢ el nivel educativo obligatorio, se otorgaban muchos recursos a los programas de becas y alimentaci¢n complementaria de los estudiantes; se hicieron intensas campa¤as de alfabetizaci¢n para la poblaci¢n no escolarizada y se dise¤aron programas de capacitaci¢n; hubo programas de vivienda popular y de vivienda rural y as¡ nos podr¡amos referir a numerosos otros ejemplos del pasado. Muchos programas fueron exitosos y otros no tanto, pero lo que si se ha podido constatar es que la sociedad en general ha ido progresando paulatinamente a lo largo del tiempo, aunque a£n persistan serias desigualdades. I. ACEPTACIONES DEL TERMINO POBREZA Muchos aspectos de la problem tica social son resumidos en la palabra pobreza, pero sin existir un consenso claro y espec¡fico sobre el t‚rmino, pues este es muy relativo y se entiende en forma distinta, de acuerdo a la posici¢n que tiene la persona que lo utiliza. Realmente hay muchos t‚rminos m s controvertidos que ese, por ejemplo la palabra democracia ten¡a un significado distinto en los pa¡ses del este que en los pa¡ses occidentales. El t‚rmino pobreza ha sido usado desde la antigedad, y en ciertas oportunidades algunos lo utilizaban en un sentido espiritual, como una situaci¢n deseable y ejemplificadora, propugnando con sus mensajes una resignaci¢n a ese estado de privaci¢n material. Debemos recordar una de las bienaventuranzas del Evangelio: "Bienaventurados los Pobres....", contraponi‚ndolo a las dificultades que tendr¡an los ricos y pudientes, para alcanzar una felicidad espiritual: "Ser m s f cil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico........". No s¢lo hay numerosos otros pasajes del Evangelio sobre esta materia, sino que por ejemplo los antiguos cuentos de ni¤os resaltan como positiva esa situaci¢n de privaci¢n. Un ejemplo de estos es el relato de la b£squeda de la camisa del hombre feliz, ordenada por un rey deprimido, que cuando sus emisarios despu‚s de mucho esfuerzo finalmente encuentran a ese hombre feliz, descubriendo que este hombre no usaba camisa, pues era pobre. Estas ense¤anzas b¡blicas y mensajes espirituales deben ser motivo de reflexi¢n, independientemente de si uno es o no creyente, pues aunque no sean para tomarlos al pie de la letra, nos est n induciendo a limitar el consumismo exagerado, que est ocasionando el agotamiento de los recursos naturales y la extinci¢n de especies animales y vegetales de nuestro planeta. 1.1. Acciones para los pobres, pero con los pobres Otra reflexi¢n de inter‚s es la lucha que se emprende por el "bien" de los m s pobres, pero sin la participaci¢n de ellos y sin conocerse cu les son sus intereses y aspiraciones sentidas por ellos mismos. Realmente han habido situaciones hist¢ricas tr gicas que al querer hacer el bien se hace el mal. Las acciones para "mejorar la situaci¢n social y religiosa" de seres marginados de los patrones y costumbres de una ‚poca, hizo padecer a los ind¡genas de nuestro continente, pues para evangelizarlos e incorporarlos a la "buena" cultura occidental, tuvieron que ser diezmados. Hay muchos otros ejemplos de acciones o inversiones sociales inconsultas con la poblaci¢n objeto, que han sido impuestas forzadamente, sin medir las consecuencias y sin conocer la prioridad que le asignan los beneficiarios y que finalmente rompen sus costumbres y tradiciones. Muchos de nosotros hemos le¡do el caso de la aldea africana, que se estaba abasteciendo de agua en una pila p£blica com£n, y que al establecerse un proyecto de una entidad internacional y se hicieron instalaciones individuales de agua para abastecer a cada choza, se rompi¢ la red de contactos sociales de las mujeres, quienes cuando antes iban a buscar el agua a la pila com£n, la ocasi¢n era aprovechada para cultivar la amistad y el intercambio de informaci¢n entre ellas. Tal vez si se hubiese consultado las alternativas de empleo de los recursos, los aldeanos hubiesen sugerido otras necesidades que deb¡an ser atendidas. 1.2. La conceptualizaci¢n de la pobreza Tal como se mencion¢ anteriormente, a pesar de la antigedad del t‚rmino pobreza, y a£n si tratamos de limitarla a un sentido de privaciones materiales, no existe una conceptualizaci¢n clara y consensual sobre ella y su medici¢n para ciertos enfoques, presenta serias dificultades. No existe acuerdo entre los diversos analistas y cientificos sociales para tratar este tema. La palabra pobreza encierra aspectos multifac‚ticos, no s¢lo en lo referente a la privaci¢n absoluta o relativa de bienes y servicios y otros aspectos de la problem tica social, sino que tambi‚n se hacen presentes cuestiones val¢ricas y morales, que cada individuo pondera de una forma distinta, en un momento dado. Esta diferenciaci¢n es a£n mayor entre los pa¡ses. Por ejemplo, para unos es s¡ntoma de pobreza si la cobertura educativa no llega a ni¤os en edad escolar. Pero para los pa¡ses que tienen una cobertura educativa completa, es s¡ntoma de pobreza si los rendimientos escolares son bajos y la calidad educativa est bajo los est ndares aceptados. 1.3. Sentirse pobre La pobreza para muchos es un juicio de valor, tal como la felicidad y la belleza, por ejemplo. Frecuentemente es un juicio de autocalificaci¢n. La pr ctica consumista actual, apoyada por una publicidad desaforada y la extensi¢n masiva del cr‚dito, hace sentirse frustrada a la gente, sobre todo a los j¢venes, si no puede adquirir tal producto o tal marca. Todo lo cual influye en que si alguien no est "IN" (dentro del esquema social imperante), se considera ficticiamente un marginado social, que se siente mal, frustrado y empobrecido y, en consecuencia, se rebela contra el sistema imperante, y de all¡ los altos ¡ndices de delincuencia, drogadicci¢n y alcoholismo que afecta cada vez m s a la poblaci¢n de los pa¡ses de la regi¢n. Evidentemente hay necesidades b sicas insatisfechas de tipo real y necesarias para un adecuado desarrollo de la familia y de cada persona en particular, pero hay que tener cuidado de considerar como esenciales ciertos bienes y servicios, que en realidad no lo son tanto. 1.4. Brecha entre las aspiraciones y la factibilidad de alcanzarlas Con respecto al sentimiento val¢rico de las personas sobre su situaci¢n social, ‚ste se puede representar como la brecha existente entre las aspiraciones y la factibilidad de alcanzarlas. Evidentemente las aspiraciones son cada vez m s crecientes y, a pesar que la gente mejore objetivamente su situaci¢n de bienestar, se siente m s pobre que antes, porque sus aspiraciones aumentaron demasiado y creen que est n lejos de alcanzarlas. ³ Necesidad ³ ³ ³ ÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ ³ Aspiraciones ³ ³ ÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ ³ Brecha ³ ³ Factibilidad de ³ Alcanzarlas ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ Tiempo Esto nos hace recordar, pero en sentido contrario, la historia anecd¢tica de un pescador artesanal de la Isla de Margarita en Venezuela, quien tranquilamente estaba reposando en una hamaca a la orilla del mar, cuando se le acerc¢ un turista de un pa¡s industrializado y sostuvieron el siguiente di logo: TURISTA : ¨Por qu‚ est s descansando y no pescas m s? PESCADOR : ¨Para que? TURISTA : As¡ ganar s m s dinero PESCADOR : ¨Para qu‚? TURISTA : Podr s comprarte un bote m s grande PESCADOR : ¨Para qu‚? TURISTA : Podr s obtener una pesca mayor y con los ingresos que obtengas podr s comprar un yate con motor para altamar. PESCADOR : ¨Para qu‚? TURISTA : Aumentar la pesca, ganar s m s dinero y podr s tener una flota pesquera. PESCADOR : ¨Para qu‚? TURISTA : Despu‚s de los a¤os, con los ingresos ahorrados te podr¡as retirar a descansar y disfrutar la vida sin preocupaciones, como por ejemplo viajar a una isla tan bonita como Margarita y descansar tranquilamente en una hamaca. PESCADOR : Para que esperar tanto, si ya lo estoy disfrutando ahora. Evidentemente el pescador no ten¡a mayores aspiraciones y las estaba logrando todas, por lo tanto no se consideraba pobre y al parecer era muy feliz. 1.5. Enfoque biol¢gico de la pobreza Este enfoque se relaciona con los requerimientos de supervivencia de las personas, que son muy variables de una regi¢n a otra y de un individuo a otro. En este contexto se encuentran las canastas alimentarias, que deben proporcionar los requerimientos nutricionales m¡nimos a las personas. Existen varias combinaciones de alimentos para obtener esos requerimientos nutricionales m¡nimos de calor¡as, prote¡nas y vitaminas. Te¢ricamente con una dieta mon¢tona de muy pocos alimentos de bajo costo, podr¡a cumplirse con esa exigencia nutricional. Pero el hombre necesita una dieta variada en sabores y presentaci¢n y los h bitos y costumbres deben ser tomados muy en cuenta en la definici¢n de la canasta m¡nima de alimentos. Al valorizar el costo de la canasta, debe tenerse presente los desechos de c scaras y otros desperdicios al momento de preparar los alimentos, lo mismo que el costo del combustible a emplearse en esa preparaci¢n. Si bien es cierto, que la definici¢n de la canasta alimentaria presenta algunas dificultades, ‚stas no son nada en comparaci¢n con los dem s rubros que componen una canasta de consumo normativo completa. La determinaci¢n de las necesidades normativas m¡nimas de vestuario, vivienda y miscel neos, es muy subjetiva y siempre estar n en discusi¢n los diferentes est ndares que se definan. La valorizaci¢n del costo de estas canastas, que generalmente se hacen para una familia tipo, nos permiten determinar las l¡neas de pobreza, que al compararlas con los ingresos recibidos por las familias, se cuantifican como pobres aquellas que tienen ingresos inferiores al costo de esa canasta. Bajo este enfoque biol¢gico, se puede sostener que muchos pa¡ses han eliminado la pobreza, sobre todo en cuanto a los est ndares alimentarios m¡nimos. 1.6 La pobreza es un concepto cambiante en el tiempo Realmente esta aseveraci¢n no merece comentarios mayores, pues basta pensar en la gente considerada de clase media de ‚pocas pasadas, viv¡a materialmente peor que algunas personas tildadas de pobre ahora. Por eso sostenemos que la comparaci¢n de magnitudes de pobreza en el tiempo no es pertinente, pues se estar¡an comparando conceptos distintos. La £nica comparaci¢n v lida ser¡a en el corto plazo. 1.7 La pobreza material y la pobreza moral Las causas de la pobreza se origina frecuentemente en la propia debilidad humana y no s¢lo en las estructuras sociales, pol¡ticas y econ¢micas. Hogares mal constituidos, madres sin compa¤ero, poca comunicaci¢n intrafamiliar, irrespeto entre la pareja, ritmo de vida r pido y estresante y el tentador consumismo, son el caldo de cultivo de males sociales mayores como alcoholismo, drogadicci¢n, ni¤ez abandonada, j¢venes deprimidos, prostituci¢n, delincuencia, ancianos en soledad y otro tipo de degradaciones humanas. Un enfermo de SIDA o un retardado mental, dentro de una familia acomodada, es un pobre con m s problemas que el que carece de dinero, y aunque el resto de su familia no padezca ese defecto, la tristeza y la infelicidad tambi‚n los afecta. Esta autodestrucci¢n del hombre es m s triste que algunas carencias materiales. Realmente la pobreza en su sentido m s amplio afecta a todos los estratos sociales (Carta Pastoral del Arzobispo de Santiago "Los Pobres No Pueden Esperar", 24-9-92). 1.8 Enfoque de la pobreza como desigualdad Es el enfoque de la concepci¢n de la pobreza m s f cil de comprender, pues siempre han existido desigualdades y al parecer seguir n existiendo. Aqu¡ est claro y f cil de comprender el concepto relativo de los m s pobres o los menos ricos. Este enfoque tiene amplia utilidad pr ctica en la definici¢n de la pol¡tica social, la cual puede canalizarse a cerrar brechas entre los m s despose¡dos y los que est n mejor en la estratificaci¢n social. II. POLITICA SOCIAL EN BENEFICIO DE LOS MAS POBRES (¨POBRES EN QUE?) En cuanto al l‚xico ¨Qu‚ es mejor? ¨Hablar de los pobres o de las diversas facetas de la problem tica social?. Al cient¡fico social y, en general, a las personas encargadas de definir pol¡ticas y programas sociales, les debe interesar m s cuales son los aspectos espec¡ficos de la problem tica social y la localizaci¢n de la gente que la padece, con un sentido de prioridad y con indicaci¢n del grado de gravedad de la situaci¢n. Much¡simo m s £til para el "fabricante de pol¡ticas" es conocer las privaciones espec¡ficas que padece la poblaci¢n y los hogares de cada localidad del pa¡s y en el caso de insistirse de tener un ¡ndice sint‚tico sobre la pobreza, trabajar con el percentil m s pobre de la poblaci¢n (5, 10 o 20%), y conocer su perfil, a fin de priorizar la asignaci¢n de recursos para la b£squeda de soluciones a la problem tica social. No tiene sentido hablar de los pobres (o pobreza) en forma absoluta, sino que es mejor hablar de los m s pobres o los m s necesitados, y mejor a£n hogares o personas con tal y cual carencia espec¡fica. Hay que recordar que son muchas las otras instancias que participan en la soluci¢n de los problemas sociales, y no siempre entienden un lenguaje sociol¢gico y menos en el que no existe un consenso. Un Ingeniero de obras sanitarias, al dotar de agua potable y alcantarillado a una poblaci¢n desasistida de esos servicios, est mejorando las condiciones de bienestar social de la poblaci¢n; la construcci¢n de escuelas y extensi¢n de la cobertura de la educaci¢n y capacitaci¢n de j¢venes tambi‚n son acciones en ese sentido y que representan una lucha efectiva contra la pobreza. A los t‚cnicos y especialistas que deben definir tales programas y asignar los recursos, no les dice nada el t‚rmino de pobreza a secas, ellos entienden un lenguaje m s claro y con m s sentido com£n (¨POBRES EN QUE? ¨NECESITADOS EN QUE?): N£mero de hogares de la localidad que no tiene agua y/o eliminaci¢n de excretas, n£mero de j¢venes en edad escolar que no asisten a la escuela, d‚ficit de recursos humanos en tal especialidad, discapacitados y v¡ctimas de la guerra, hogares con tales necesidades b sicas insatisfechas, etc. 2.1 La problem tica social. El enfoque coyuntural versus el enfoque estructural 2.1.1 Lo coyuntural Muchos estudios conceptualizan la pobreza como carencia de ingresos suficientes para sufragar el gasto de una canasta m¡nima de subsistencia. Lo cual induce, en frecuentes ocasiones, a errores en la definici¢n de ese concepto, pues el ingreso es una variable coyuntural. Puede suceder que un profesional est‚ cesante por una pocas semanas y al ser entrevistado, los ingresos captados por la encuesta sean nulos, por lo tanto ese criterio de ingresos, lo hace aparecer como pobre en el conteo, lo cual es un absurdo. Adem s, la problem tica social de la cesant¡a ya est estudiada y trata precisamente de investigar ese fen¢meno de la coyuntura, por lo que se hacen varias encuestas peri¢dicas en un a¤o. Tambi‚n sucede que si un miembro del hogar est recibiendo pocos ingresos en el per¡odo en que fue entrevistado, puede que en otro per¡odo est‚ en un trabajo mejor remunerado. Esta situaci¢n sucede frecuentemente con los trabajadores por cuenta propia, cuyos ingresos var¡an de un mes a otro. Quiz s esto pueda subsanarse indagando en las encuestas por los ingresos anuales, m s que por los ingresos mensuales. Hablar de pobreza en base a variables coyunturales, no es muy £til y con el agravante que esa problem tica social de tipo coyuntural tiene su propio tratamiento y con un lenguaje m s claro y de comprensi¢n por la mayor¡a de la gente: Cesantes de tal actividad, cesant¡a juvenil, desocupados en tales reas geogr ficas, subempleo por horas, ocupados mal remunerados, ca¡da de los ingresos reales, inflaci¢n, p‚rdida del poder adquisitivo de los salarios, etc. Tambi‚n nos podemos referir a otras situaciones coyunturales de tipo social, tales como enfermos por epidemias, huelgas y conflictos sociales, etc. En todo caso pueden existir situaciones de cesant¡a en estratos sociales bajos, que no est n en condiciones de esperar tranquilamente que aparezca un nuevo trabajo, debiendo autogenerar el empleo para obtener ingresos, acudir a la caridad p£blica y en ciertas oportunidades verse obligados a delinquir, pues el hambre no puede esperar d¡as. Evidentemente, si el desempleo y el subempleo de escasos ingresos, pasa de lo coyuntural a una situaci¢n cr¢nica, debe tratarse como un problema estructural. Pero en general, cuando hablamos de los desocupados de ahora, no son los mismos que hace 3 meses. 2.1.2 Lo estructural Otro tipo de problemas sociales, son aquellas situaciones m s permanentes que afectan el bienestar de la gente y de la sociedad en general en aspectos fundamentales. En este sentido hablaremos de las necesidades b sicas insatisfechas. . Escasa educaci¢n y actitud cultural de mal vivir (desorden en los gastos personales y familiares, h bitos de consumo inadecuados). . Desnutrici¢n y mal cuidado de la salud. . Falta de seguridad social y de servicios de salud (cobertura baja). . Vivienda inadecuada, materiales inapropiados, deshechos, hacinamiento, d‚ficit habitacional. . Servicios inadecuados o falta de: Agua, sistemas salubres de eliminaci¢n de excretas, electricidad. . Equipamiento del hogar insuficiente (s/refrigerador, s/ TV, s/tel‚fono, etc). . Transporte inadecuado y lejan¡a de los centros de estudio y trabajo. . Entorno inadecuado (calles polvorientas y barrosas, falta de plazas y parques, poluci¢n, contaminaci¢n de aguas, mosquitos, ruidos, basurales cercanos, etc.). . Falta de seguridad p£blica ante una delincuencia cruel (lo que impide a la gente el disfrute de la calle). . Vida pobre (enfermos cr¢nicos, discapacitados, drogadictos, alcoh¢licos, prostitutas, presidarios y otros). . Minor¡as ‚tnicas discriminadas e irrespetadas en su identidad cultural. . Problemas familiares: Violencia intrafamiliar, familias mal constituidas, madres sin compa¤ero, ni¤ez abandonada, ancianos solos y abandonados por su familia. . Falta de libertad humana. III.MEDICION DE LA POBREZA 3.1 L¡neas de pobreza La medici¢n m s frecuente de la pobreza es tomar como base el costo de una canasta de consumo normativo y calcular cuantos hogares y personas tienen ingresos inferiores a ese valor. Tanto la Canasta como los Ingreso Familiares deben expresarse en t‚rminos perc pita. Se considera como pobreza extrema a los hogares con ingresos inferiores al costo de la canasta alimentaria (CCNA). Y < CCNA Se considera como pobreza moderada a los hogares con ingresos superiores a la canasta alimentaria, pero inferiores al costo de la canasta de consumo normativo completa (CCNC). CCNA < Y < CCNC Adem s de calcularse la incidencia de la pobreza, como el porcentaje de hogares pobres, es necesario conocer la brecha de pobreza, que no es otra cosa que el porcentaje de ingresos que habr¡a que transferir a los pobres para alcanzar el valor de la canasta normativa. Lo dif¡cil de este m‚todo es investigar la variable ingresos, pues en muchos pa¡ses las personas consideran esta informaci¢n muy privada y los perceptores de ingresos ni siquiera se la dicen con exactitud a los dem s miembros de la familia. Muchas encuestas se aplican a la due¤a de casa, por el horario en que ellas se realizan, quien no conoce cu nto gana su marido exactamente, pues ‚ste le ha ocultado o tergiversado esa informaci¢n. 3.2 Necesidades b sicas insatisfechas (NBI) Este m‚todo trata de identificar las diferentes carencias de los hogares y sus viviendas, como por ejemplo: . Hogares sin agua . Hogares sin eliminaci¢n de excretas . Hogares sin electricidad . Hogares en hacinamiento . Viviendas de mala calidad . Hogares con adultos con bajo nivel educativo . Hogares con ni¤os en edad escolar que no asisten a la escuela . Hogares sin refrigerador u otros equipos considerados fundamentales Realmente este es uno de los m‚todos m s comprensibles y antiguos. Todos los censos han servido para conocer estas carencias a nivel local. En procesos de tipificaci¢n se considera el n£mero de hogares con 8,7,6,5,4,3,2 o 1 carencias o necesidades b sicas insatisfechas y as¡ conocer la intensidad de la pobreza. Pero la cifra sola de por si es muy £til en el proceso de focalizaci¢n de la problem tica social a nivel local. Lamentablemente este m‚todo exige disponer de un censo de poblaci¢n y vivienda, que ocurre cada 10 a¤os. Los mapas de pobreza, ya iniciados en Chile por Matelart en la d‚cada de los 60, establec¡a este tipo de procedimientos. Combinaci¢n de ambas metodolog¡as de medici¢n (L¡neas de Pobreza versus Necesidades B sicas Insatisfechas). La combinaci¢n de ambos m‚todos est muy de moda, emple ndose cuatro cuadrantes de clasificaci¢n de los hogares en cuanto a pobreza: Pobreza Cr¢nica: Hogares con ingresos inferiores al valor de la canasta y con alguna NBI. Pobreza Reciente: Hogares con ingresos inferiores al valor de la canasta, pero con las necesidades b sicas satisfechas Pobreza Inercial : Hogares con ingresos superiores al valor de la canasta, pero con alg£n NBI. Hogares No Pobres: Hogares con ingresos superiores al valor de la canasta y con las necesidades b sicas satisfechas Realmente este m‚todo, tiene los mismos defectos que el de la L¡nea de Pobreza, por la inexactitud en la medici¢n de los ingresos. 3.3 Controversias que causan la medici¢n de la pobreza en base a la variable ingresos Hay algunos estudios sobre la magnitud de la pobreza en Chile, que afirman que en 1987 hab¡a m s pobres que en 1970 (45% y 20%, respectivamente). Este estudio se basa en las l¡neas de pobreza, tomando como base exclusivamente los ingresos, y olvid ndose de las otras facetas de la problem tica social. Es dif¡cil dar explicaciones del porque habr¡an m s pobres en 1987, cuando en ese per¡odo de tiempo, los diversos indicadores sociales reflejaban una mejorar¡a significativa en la distintos aspectos de la problem tica social: la mortalidad infantil disminuy¢, la esperanza de vida aument¢, en ese £ltimo a¤o hab¡an m s hogares con agua potable, alcantarillado y luz, hab¡an menos campamentos y m s casitas urbanizadas entregadas, hab¡a una mayor cobertura de la educaci¢n, los ni¤os en edad escolar que estudiaban eran m s numerosos y hab¡a un menor n£mero de analfabetos que en 1970. No hubiese sido m s claro decir que las encuestas de hogares captaron una disminuci¢n de los ingresos de los hogares y no hablar expresamente de pobreza, cuando los dem s indicadores de ese concepto dec¡an lo contrario. O mejor a£n haberse referido a los nuevos conceptos de pobreza, como la carencia de libertad y el predominio del temor que imperaba en esa £ltima fecha, lo cual si era verdad. Adem s existe el agravante que las encuestas no captan bien el nivel de ingresos, pues las personas subdeclaran lo que perciben y las preguntas de ingresos se refieren a los ingresos del trabajo, principalmente, faltando la captaci¢n de otras fuentes de ingresos como las transferencias. 3.4 Unidades de an lisis, Un pa¡s (IDH), una regi¢n o comuna (SIECOM), la familia y cada persona 3.4.1 A nivel de pa¡s El Indice de Desarrollo Humano (IDH) Comprende tres aspectos fundamentales Longevidad. Se mide por la esperanza de vida al nacer Conocimiento. Se mide en base al alfabetismo adulto (personas de 15 a¤os de dad y m s) y al promedio de a¤os de escolaridad, ponderados en 2/3 y 1/3, respectivamente). E = (2/3) Alfabetismo + (1/3) A¤os escolaridad Ingresos. Se mide en base al Producto Interno Bruto per c pita, en t‚rminos reales, pero consider ndose rendimientos decrecientes del ingreso en el bienestar. C lculo de IDH . Primer paso Calcular un Indicador de Privaci¢n (Iij)para cada uno de los indicadores se¤alados. Iij = (maxXij - Xij)/(maxXij - minXij) Donde: X es cada uno de los componentes incluidos en los indicadores de privaci¢n El sub¡ndice "ij" se refiere al j-‚simo indicador en el j-‚simo pa¡s . Segundo paso Calcular un indicador promedio de privaci¢n Ij = (1/3) S Iij . Tercer paso Calcular el Indice de Desarrollo Humano, como uno menos el Indice Promedio de Privaci¢n (IDH)j = (1 - Ij) 3.4.2 A nivel de regi¢n o comuna Existe gran necesidad de medir el grado de desarrollo regional y local en cada pa¡s, a fin de identificar las zonas con una mayor problem tica social y as¡ tener elementos objetivos para priorizar la inversi¢n y el gasto social, en procura de un crecimiento equilibrado de las regiones del pa¡s. En este contexto, adquieren gran importancia los Sistemas de Estad¡sticas Locales. Uno de los casos a examinar a modo de ejemplo, es el Sistema de Informaci¢n Estad¡stica Comunal (SIECOM) que el CIENES elabora con el Ministerio del Interior de Chile. 3.4.3 A nivel de hogar o familia Al considerarse el hogar como unidad de an lisis, toda la informaci¢n se refiere al mismo, ya sea en los aspectos generales de la vivienda y su equipamiento, como en la informaci¢n sobre el grado de carencias de satisfactores de cada miembro del hogar. Es as¡ como se habla de hogares sin agua potable, hogares con ni¤os en edad escolar que no asisten al colegio, hogares con 1, 2 o m s personas desocupadas, etc. 3.4.4 A nivel de persona La informaci¢n se refiere a los individuos, tales como: El n£mero de desocupados, los ocupados con ingresos bajos, el n£mero de analfabetos. 3.5 Instrumentos de medici¢n de la problem tica social 3.5.1 Censos de Poblaci¢n y Vivienda Los censos de poblaci¢n y vivienda, constituyen el instrumento b sico y el punto de partida de muchas investigaciones estad¡sticas. Efectivamente, las estad¡sticas e indicadores se pueden obtener al nivel geogr fico lo m s desagregado que se desee (comuna, localidad, manzana). Esto constituye su gran ventaja sobre los dem s m‚todos de investigaci¢n, aunque la oportunidad con que se presentan sus resultados deja mucho que desear, pues muchas veces los mismos son extempor neos y obsoletos, y quedan como datos de la historia y no como antecedentes de un diagn¢stico situacional oportuno y £til para la adopci¢n de pol¡ticas coyunturales. En todo caso hay variables y fen¢menos que captan los censos, que no cambian tan r pidamente y que reflejan una situaci¢n estructural que no se modifica significativamente en el corto plazo. Con los resultados censales se han venido preparando los conocidos Atlas o Mapas de Pobreza, que sirven de antecedente para guiar la acci¢n en pos del desarrollo social. Tambi‚n, los antecedentes censales, sirven como marcos muestrales, en el proceso del dise¤o de las encuestas de hogares, que est n referidas m s adelante. 3.5.2 Estad¡sticas Continuas Estas estad¡sticas se refieren a aquellas producidas con una periodicidad anual, semestral, trimestral o mensual. Sus fuentes m s importantes son la Encuesta de Hogares Continua y los Registros Administrativos. 3.5.2.1 La Encuesta de Hogares Continua Las encuestas de hogares en general, se han constituido en el principal instrumento para dar seguimiento continuo a diversos aspectos de la situaci¢n social, en importantes temas socioecon¢micos (caracter¡sticas demogr ficas y educativas de la poblaci¢n, condiciones de la vivienda, empleo y cesant¡a, trabajos secundarios, estratos de ingreso). permiti‚ndose la combinaci¢n rotativa con otros temas complementarios. Si bien este instrumento permite realizar investigaciones oportunas, de mayor cobertura tem tica, en base a una combinaci¢n y de gran confiabilidad, sus estimaciones son de niveles geogr ficos agregados (nivel nacional, regional, urbano y rural). Dif¡cilmente se puede establecer un programa de encuestas simult neas y continuas, con gran desagregaci¢n geogr fica (nivel comunal por ejemplo), debido al gran tama¤o muestral exigido y por lo oneroso que significar¡a un proyecto de esta naturaleza. 3.5.2.2 Estad¡sticas de Registros Administrativos Estas estad¡sticas se obtienen de los registros peri¢dicos y continuos que se mantienen en los diversos procesos administrativos. Para mencionar algunos, se¤alamos los registros de alumnos matriculados, repitentes y desertores del sistema educativo, ficha personal de los docentes, atenciones hospitalarias, fichas del personal m‚dico y param‚dico que trabaja en hospitales p£blicos y privados, solicitudes de visas y permisos de migraci¢n para residencia permanente, registro de importaciones y pagos de aduana, declaraciones de impuesto a la renta, permisos municipales de construcci¢n, solicitudes de conexi¢n de servicios de agua potable y tel‚fono, ficha de los cuenta correntistas de los bancos, registro de veh¡culos motorizados, registro de nacimientos, defunciones y matrimonios, denuncias y detenciones, registros de hechos judiciales, etc. A pesar que estas estad¡sticas s¢lo exigen reducidos costos de procesamiento, a£n persisten importantes temas que no se procesan, o si se hace s¢lo aparecen referidos a nivel nacional y regional, ignor ndose la petici¢n que hacen los usuarios por cifras comunales que los procesos de descentralizaci¢n exigen para efectuar diagn¢sticos locales. En muchos pa¡ses se desconocen, a pesar de existir los registros fuentes, cifras referidas a conexiones de electricidad residenciales a nivel de comuna, veh¡culos registrados en cada localidad, recolecci¢n de impuestos por comuna, tipo de contribuyentes por comuna, caracter¡sticas de las personas que acuden a los servicios de salud y otros temas de gran importancia para la planificaci¢n y el desarrollo regional y local. 3.6 Encuestas e investigaciones especiales Otra fuente de informaci¢n social, est representada por las encuestas especiales, que si bien se ejecutan espor dicamente, debido a las dificultades y grandes costos que ellas implican, cuando ello ocurre constituye una fuente muy rica de informaci¢n. Son varias las encuestas especiales que se ejecutan, pero a modo de ejemplo nos referiremos a la encuesta social, la encuesta de presupuestos familiares, la encuesta demogr fica y de salud y la encuesta municipal (o comunal) 3.6.1 La Encuesta Social La caracter¡stica de esta encuesta, que se realiza en hogares, es que su tem tica es muy amplia, teniendo la gran ventaja de obtener una visi¢n completa de la realidad social, pudi‚ndose correlacionar los diferentes temas de investigaci¢n simult neos. Pero por ese mismo motivo, la calidad de las respuestas es dudosa, por el cansancio que produce en los informantes, quienes, a mitad de la encuesta empiezan a responder en forma imprecisa. Adem s, sus costos son muy onerosos, impidiendo investigaciones continuas de corta periodicidad. 3.6.2 La Encuesta de Presupuestos Familiares Esta encuesta abarca importantes temas socioecon¢micos, y es fundamental para conocer la estructura del consumo y las diferentes fuentes de ingreso de las familias y personas. Permite estudiar adem s, las caracter¡sticas de las personas y de la mano de obra, el equipamiento del hogar, las modalidades de compra de los diversos art¡culos y servicios de consumo, as¡ como las costumbres del men£ de las comidas de las distintas familias. Su principal uso es obtener las ponderaciones del Indice de Precios al Consumidor, que constituye uno de los principales indicadores de la marcha econ¢mica de un pa¡s. Tambi‚n se pueden hacer diversos estudios sobre elasticidades ingreso del consumo y servir de antecedentes a la contabilidad nacional. Es una encuesta dif¡cil de realizar, por el amplio periodo de observaci¢n del hogar, para obtener una relaci¢n de gastos de las familias, veraz y confiable. 3.6.3 La Encuesta Demogr fica y de Salud Este tipo de encuestas a los hogares, se refieren b sicamente a aspectos de planificaci¢n familiar, inscripci¢n de los hechos vitales y conocer las pr ctica de control natal de las mujeres en edad f‚rtil. Tambi‚n se incluyen temas sobre salud preventiva y curativa, y controles de la mujer embarazada y de los infantes. Es una encuesta dif¡cil de hacerse, pues exige entrevistadoras especiales, ya que muchos de los temas investigados son considerados temas privados y las personas son renuentes a conversar de ello con cualquier entrevistador. 3.6.4 La Encuesta Municipal Esta encuesta, puede presentar varias modalidades, una de ellas se refiere a una encuesta de hogares, sobre diversos temas sociales, capaz de dar estimaciones a nivel municipal (o comunal). Hay otra modalidad de aplicar la encuesta a los l¡deres de la comunidad, sobre las aspiraciones y problemas que tiene la gente de esa comunidad, seg£n su apreciaci¢n. Un £ltimo ejemplo, es aplicar este tipo de encuestas a la instituci¢n de la municipalidad o alcald¡a, sobre los diversos aspectos de la acci¢n municipal y los problemas sociales prioritarios que se deben atender. La primera de las modalidades es dif¡cil y muy onerosa de realizar, las otras modalidades son bastante m s econ¢micas, pero su uso no est muy difundido. 3.7 Encuestas de opini¢n Este tipo de encuestas, que tienen m s fama en el campo pol¡tico y de la investigaci¢n de mercado, cada d¡a adquieren una mayor utilidad e importancia, debido a los procesos democr ticos-participativos, constituy‚ndose en un excelente instrumento para poder efectuar estudios de la opini¢n p£blica, sobre aspiraciones de la gente, su opini¢n sobre los servicios recibidos y los gustos y las preferencias que esta tiene, en temas que a las autoridades y dem s cient¡ficos pol¡ticos le interesa saber, que les permita guiar su acci¢n en procura del bienestar de la poblaci¢n, satisfaciendo las aspiraciones sentidas por las personas. * Profesor del Centro Interamericano de Ense¤anza de Estad¡stica. CIENES. 1 Los comentarios y opiniones expresados por el autor de este papel de trabajo, son de car cter personal y de su exclusiva responsabilidad y no representan necesariamente la opini¢n ni el pensamiento del CIENES y de otras unidades de la OEA. |
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