El saber leer y escribir es la puerta principal de ingreso hacia el conocimiento y todo lo que ello significa en la vida de las personas, y en todo caso hacerlo bien, se convierte en una habilidad que discrimina a los ciudadanos en dos grupos tan dispares que para ellos no se puede pensar siquiera en la equidad, derecho fundamental de las democracias. El analfabetismo históricamente ha sido la explicación del subdesarrollo del país, de las dictaduras y de las malas condiciones de vida de los ciudadanos, por eso los gobiernos siempre se preocuparon por la alta proporción de personas en estas condiciones. El gobierno actual está realizando todos los esfuerzos necesarios para erradicar el analfabetismo, por una lado, como parte de la política social de alivio a la pobreza el PROMUDEH tiene programas específicos de alfabetización en todo el país, por el otro el Ministerio de Educación esta ampliando la cobertura de los servicios formales de educación tratando de escolarizar a la mayor parte de pobladores. La pobreza es una especie de corte horizontal de la sociedad y se presenta en cualquier clasificación que se haga y en todos ellos mostrando disparidades y brechas. Según el cuadro 13, en los hogares no pobres la tasa de mortalidad infantil de las madres que no saben leer y escribir es casi el doble que la de aquellas que sí tienen esta habilidad, en tanto que en los hogares pobres, como era de esperar, esta sobre mortalidad infantil entre estos dos grupos de madres se eleva a 3.5 veces, lo que señala que al mismo nivel de pobreza la condición de las madres de saber leer o escribir o lo que es lo mismo, de entender mejor lo que es el cuidado de la salud de los hijos, el manejo adecuado de los alimentos, el conocer el momento de acudir a los servicios de salud, produce desigualdades lamentables desde que conducen a la muerte prematura a sus hijos por no haber tenido la oportunidad de aprender a leer y escribir y ejercitar esa cualidad. En los hogares donde las madres son alfabetas, la brecha debido a la pobreza señala una mayor mortalidad infantil en los pobres respecto a los no pobres del 27.3 por ciento. En los hogares donde las madres no saben leer y escribir la relación de tasas de se eleva a casi cuatro veces, es decir una brecha del 120.8%. Las diferencias en la mortalidad infantil ocasionadas por el estado de pobreza de los hogares, son evidentes, sin embargo en los grupos de madres analfabetas, estas diferencias se multiplican (Gráfico Nº 11), demostrando de esta forma, que el importante hecho de saber leer y escribir es una habilidad que ayuda a aliviar la sobre mortalidad infantil que va acompañada a la pobreza. |