RESUMEN EJECUTIVO

  1. En el presente estudio se plantean dos propósitos fundamentales, uno destinado a evaluar la suficiencia de la información recolectada en la ENAHO 98-II para fines de medición de la mortalidad infantil y la mortalidad general; el otro referido a las interrelaciones entre la mortalidad infantil y la pobreza o condiciones de vida.

  2. La captación de información sobre la Mortalidad General de la población a través de encuestas, es una alternativa de sumo interés, no solamente por la posibilidad de relacionar la mortalidad general y las condiciones de vida, como es el caso de la ENAHO, sino además porque este tipo de información captada en una encuesta o en el Censo, permitiría estudiar la mortalidad por edad y sexo, puesto que la información cuya fuente es el Registro Civil, está afectada por un alto sub-registro.

  3. Se estimará tasas de mortalidad infantil para los distintos dominios de la encuesta y algunas variables sociales, relacionados a los estados de pobreza de los hogares, identificando al final los factores que expliquen el riesgo de alta mortalidad infantil en los hogares.

  4. La ENAHO 98-2, considera una forma práctica y sencilla para obtener información sobre la edad, sexo y año de fallecimiento de una o más personas en el hogar, la que debería ser replicada en las próximas encuestas, sobre todo en el censo del 2000, para disponer de suficiente información para realizar estudios sobre la estructura por edad y sexo de la mortalidad.

  5. La distribución por sexo de la población encuestada muestra mayor número de varones frente al de mujeres, en una relación de 103 hombres por cada 100 mujeres, relación de masculinidad de sentido inverso a la observada en el Censo de 1993. Esta distribución por sexo de la población de la ENAHO 98-2 se asemeja a la observada en poblaciones rurales donde los patrones característicos de emigrantes favorecen numéricamente a las mujeres, sobre todo en edades jóvenes.

  6. Al comparar las estructuras por edad y sexo de la ENAHO 98-2 y las Proyecciones Oficiales de Población, se encuentra alta semejanza, teniendo en cuenta que las estructuras demográficas que se consideran en las proyecciones son perfiles "suavizados", es decir, son producto de estructuras iniciales donde se han realizado las correcciones y ajustes necesarios.

  7. El factor memoria ha hecho que las defunciones para los años más lejanos de la serie estén subestimados, en tanto que para 1997 y 1998, años recientes, la información es más coherente con el número de muertes que se espera para esos años. De acuerdo a las proyecciones oficiales las defunciones para estos años serían, en promedio 158 mil, en tanto que de acuerdo a la encuesta estarían alrededor de 150 mil.

  8. La mortalidad por edades muestra la típica curva, que caracteriza tanto a países en desarrollo como a los desarrollados, es decir tanto el inicio como el final los valores son elevados aunque no tanto en el inicio de la curva, que representa la mortalidad de menores de 5 años.

  9. La Tabla de mortalidad construida con la información de la ENAHO 98-2, indica que la Esperanza de Vida al Nacimiento para el año 1997, es de 64.9 años.

  10. La población sin necesidades básicas insatisfechas, tiene una Esperanza de Vida al Nacimiento de 67.3 años.

  11. La población con al menos una necesidad básica insatisfecha tiene la esperanza de vida al nacimiento de 63.9 años.

  12. La esperanza de vida al nacer de la población con necesidades básicas insatisfechas, 63.9 años, es similar a la estimada en las proyecciones oficiales para la población rural en el quinquenio 1995-2000 (63.1 años), esto lleva a pensar que muchos pobladores residentes en las ciudades, en condiciones de pobreza, tendrían un estado de salud similar al de los pobladores del área rural.

  13. Las brechas entre pobladores pobres y no pobres, son de diferente magnitud en los distintos grupos de edades. La sobremortalidad de los pobres en toda la población llega al 5.3%; el grupo de niños menores de 5 años, con altas tasas de mortalidad, muestra una diferencia de 42%. Pese a que los niveles de mortalidad en la población de 5 a 14 años son los más bajos, la brecha que origina el estado de pobreza es el de mayor magnitud, 55%, es decir la mortalidad de niños pobres en edad escolar, es casi el doble de los que tienen el privilegio de vivir en hogares sin necesidades básicas.

  14. Según las estimaciones realizadas con la información de la ENAHO 98-2, la tasa de mortalidad infantil para 1997, sería de 44 por mil nacidos vivos, las proyecciones oficiales para ese año estiman una tasa de mortalidad infantil de 45.9, en tanto que el MINSA, para esa misma fecha estima 43.8 (Estimaciones que toman en cuenta los resultados de las ENDES).

  15. Al nivel nacional las disparidades debido a la condición de pobreza se expresan en tasas de mortalidad infantil de 29.9 por mil y 52.4 por mil, para pobladores no pobres y pobres, respectivamente, esta diferencia evidencia la desigualdad en las condiciones de vida de estos grupos de población. La brecha entre la mortalidad infantil de los pobladores no pobres y pobres es del 75% un poco menos que la brecha existente entre los pobladores por área de residencia urbana-rural, donde la mortalidad infantil rural es casi el doble de la urbana.

  16. Las disparidades existentes en el nivel de la mortalidad infantil dentro del territorio nacional son evidentes, en general la costa con menores tasas de mortalidad, la sierra y selva con tasas altas. La sierra sur, donde se ubican departamentos con población mayoritariamente rural en los que la mitad de los pobladores son pobres, la tasa de mortalidad infantil alcanza el nivel de 75.6 por mil. Como es natural, Lima Metropolitana ostenta la tasa de mortalidad infantil más baja entre las regiones, donde además se observa gran proporción de hogares sin necesidades básicas insatisfechas, 77.5%.

  17. La Costa tiene una tasa de mortalidad infantil de 41.1 por mil, con la gradiente por estrato de pobreza en ascenso: 36.4 por mil y 46.1 por mil. Los niveles de mortalidad infantil señalan que la región de la costa tiene en general las mejores condiciones de vida del país.

  18. La Sierra con la tasa promedio de mortalidad infantil más elevada (60.6 por mil), es la región con las condiciones de vida más desfavorables para la niñez, con gran proporción de pobladores que dependen de la agricultura. La tasa de mortalidad infantil para el estrato pobre es 65.8 por mil, 20 puntos más alta que la del estrato no pobre.

  19. La selva, igual que la sierra con elevadas tasas de mortalidad infantil, tiene condiciones de vida diferentes, pero igualmente desfavorables. La tasa promedio para la selva es de 46.9 por mil, el estrato no pobre con una tasa relativamente baja 38 por mil y con mayor nivel de mortalidad infantil los estratos pobres (48.6 por mil) y pobres extremos (64.4 por mil).

  20. En el paso de madres sin nivel de educación a madres con nivel superior, la proporción de hogares sin necesidades básicas insatisfechas crece 3.5 veces, cambia de 25% a 88%, en este estrato la tasa de mortalidad infantil que en las madres sin nivel de educación es 65.9 por mil nacidos vivos, disminuye para las madres con nivel superior a 22.1 por mil; los hogares pobres se reducen a la séptima parte, cambiando la mortalidad infantil de 118 por mil para, las madres sin nivel de educación, a 38.6, para las de educación superior. Finalmente la proporción de hogares en extrema pobreza se reduce a la 13 ava parte, disminuyendo la mortalidad infantil a la tercera parte entre las mujeres sin nivel de educación y las que tienen secundaria.

  21. En los hogares no pobres la tasa de mortalidad infantil de las madres que no saben leer y escribir es casi el doble que la de aquellas que sí tienen esta habilidad, en tanto que en los hogares pobres, la sobre mortalidad infantil entre estos dos grupos de madres se eleva a 3.5 veces, lo que señala que al mismo nivel de pobreza la condición de las madres de saber leer o escribir o lo que es lo mismo, de entender mejor lo que es el cuidado de la salud de los hijos, el manejo adecuado de los alimentos, el conocer el momento de acudir a los servicios de salud, produce desigualdades lamentables desde que conducen a la muerte prematura a sus hijos por no haber tenido la oportunidad de aprender a leer y escribir y ejercitar esa cualidad.

  22. En los hogares donde las madres saben leer y escribir, la brecha debido a la pobreza señala una mayor mortalidad infantil en los pobres respecto a los no pobres del 27.3 por ciento. En los hogares donde las madres no saben leer y escribir la relación de tasas de se eleva a casi cuatro veces, es decir una brecha del 120.8%.

  23. Los hogares con madres donde no ocurrió el evento indeseable de la enfermedad o el accidente, tienen una tasa de mortalidad infantil de 32.3 por mil nacidos vivos, tasa que casi se duplica para los otros hogares, es decir para los que fueron afectados por la enfermedad o accidente de sus madres, que llega al 55.1 por mil. Estas diferencias se repiten en mayor o menor grado cuando analizamos estos dos grupos de hogares en función de los estados de pobreza, verificando tasas muchos más elevadas en los hogares con madres enfermas.

  24. Dentro de los hogares sin presencia de enfermedad o accidente la tasa de mortalidad de menor nivel, 26.2 por mil para los no pobres, pasa 36.3 por mil para los hogares pobres y 47.4 para los hogares en extrema pobreza.

  25. En los hogares con madres que han sufrido enfermedad o accidente se da igualmente esa relación trágica entre estado de pobreza y mortalidad infantil, en el grupo de no pobres la tasa es 33.9 por mil, llegando cerca al doble para los hogares pobres, 66.5 por mil nacidos vivos.

  26. El hacinamiento en los hogares ofrece un riesgo de 2.63 veces mayor que los hogares no hacinados con respecto a la Mortalidad Infantil.

  27. Las personas sin nivel de educación ofrecen un riesgo de 2.13 veces mayor que otros niveles educativos respecto a la mortalidad en la niñez, en tanto que las personas con nivel de educación primaria ese riesgo de 1.12 veces mayor que otros niveles educativos superiores. Es decir que los hogares con madres sin nivel educativo o que hayan alcanzado máximo la primaria, están en alto riesgo de mortalidad temprana, contrariamente, los hogares con madres que alcanzaron la secundaria o los niveles superiores de estudio están garantizando la supervivencia de sus niños.

  28. En los hogares sin servicios higiénicos conectados a red pública, el riesgo de muerte infantil es de 1.92 veces mayor con respecto a los hogares que tienen si tienen acceso a la Red Pública.

  29. En resumen se tiene que las variables que exponen al riesgo de muerte infantil en los hogares son: Hacinamiento, madres sin nivel de educación o primaria, y viviendas sin servicio higiénico conectado a red pública.

  30. Las variables que favorecen la supervivencia de los niños en los hogares serían: Parto atendido por profesional u otro técnico, residencia urbana, estado civil casado, nivel de educación secundaria y servicio de agua conectado al domicilio.