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³    5.6. PROGRAMA DE DESARROLLO SOCIAL LA EXPERIENCIA DEL CONO      ³
³                         NORTE DE LIMA                              ³
ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ
                         Mar¡a Josefina Huam n
                              ALTERNATIVA
                               Lima, Per£


      INTRODUCCION

      La  pobreza  en  nuestro  pa¡s  no  es  un  problema nuevo  sino 
hist¢rico  y  estructural; sin embargo, la preocupaci¢n por ella tanto 
en el mundo acad‚mico como entre quienes elaboran e influyen sobre las 
pol¡ticas  p£blicas, es relativamente reciente. En los £ltimos a¤os se 
han  realizado  en  el  Per£,  y  en  otros  pa¡ses de Am‚rica Latina, 
seminarios  para  discutir  conceptos  e  intercambiar instrumentos de 
medici¢n  y  los  resultados  de  sus  aplicaciones.  Son acad‚micos y 
funcionarios  los que  deciden qui‚nes son los pobres y adem s cu ntos 
son;  entre  tanto, las pol¡ticas sociales y econ¢micas tienen todav¡a 
un efecto marginal en su disminuci¢n.

      Aunque  parezca  irrelevante,  nos preguntamos por qu‚, si no es 
nuevo,  el  tema de la pobreza ingresa reci‚n por la puerta grande del 
mundo  acad‚mico  y  de los funcionarios de Estado.  Dir¡a que es  por 
los  efectos  sociales,  tanto  de  las  crisis econ¢micas como de las 
salidas  que  se  les  ha dado. En los £ltimos diez a¤os la pobreza ha 
aumentado,  y  la estabilizaci¢n y el crecimiento econ¢mico tendr n un 
efecto marginal en su disminuci¢n. Los nuevos modelos de desarrollo no 
parecen tener lo que Tokman llama la solidaridad sist‚mica.

      Si  las crisis econ¢micas son las que producen m s pobreza y las 
pol¡ticas de salida de ellas tienen un escaso efecto en su disminuci¢n, 
entonces los instrumentos de medici¢n deber¡an servir no ya para medir 
el  volumen  de  la  pobreza  estructural  o hist¢rica solamente, sino 
tambi‚n  esa  ®nueva pobreza¯,  y deber¡amos generar instrumentos para 
entender la naturaleza, la l¢gica y las tendencias de la pobreza tanto 
urbana como rural.

      Si  bien  es  muy  positivo  que  en  el  Per£  contemos con los 
resultados  del  Censo de poblaci¢n y vivienda y a partir de ‚l con el 
mapa  de  la pobreza, no se puede soslayar que ‚ste nos muestra lo que 
ya  sab¡amos:  que  la  pobreza  m s  aguda  se encuentra en las zonas 
rurales. Podr¡a entonces compartir lo que dijo Javier Abugatt s cuando 
se¤al¢ que ya no es necesario medir, sino actuar.

      Creo,  pues,  que deber¡amos discutir respecto a instrumentos no 
s¢lo  cuantitativos  sino  cualitativos  que  den cuenta de las nuevas 
situaciones. Paso a se¤alar algunas de ellas:

-     Debemos  tener m s clara la naturaleza de la pobreza tanto rural 
como  urbana.  En  la  literatura  que sobre pobreza existe en Am‚rica 
Latina,  se  reporta que el impacto de la crisis y de las pol¡ticas de 
ajuste  estructural  han  tenido efectos sociales m s negativos en las 
zonas  urbanas  que  en las rurales, en el sentido de que en las zonas 
urbanas ha aumentado m s la pobreza. El Per£ no ha sido una excepci¢n: 
lo que m s se  ha contra¡do es el ingreso y el empleo en las ciudades.

-     Debemos  conocer  qui‚nes  son  los  nuevos  pobres.  En nuestra 
opini¢n son los migrantes urbanos de segunda o primera generaci¢n, que 
lograron  mediante  la  educaci¢n una movilidad ascendente, llegando a 
ser  profesionales  que pudieron vencer la pobreza de sus padres. Este 
sector  no  podr   reproducir  estas  mejoras  en  sus  hijos;   ‚stos 
probablemente  tendr n  una  movilidad  descendente  y  llegar n  a la 
situaci¢n  de  pobreza  de  la  que partieron sus padres o abuelos. En 
conclusi¢n, constituir n una inversi¢n y un capital humano perdidos.

-     Debemos  evaluar  c¢mo las pol¡ticas p£blicas y econ¢micas, y el 
proceso  de  modernizaci¢n  del Estado -de un Estado que nunca lleg¢ a 
ser  realmente  benefactor  como  en Uruguay, Argentina, Chile o Costa 
Rica-  aumentan  la  pobreza y la calidad de vida de las personas. Por 
ejemplo, en seguridad social y salud p£blica.

-     Si  bien nadie duda de que los escasos recursos del Estado deben 
asignarse  eficientemente  y  a  los  que  menos tienen, las pol¡ticas 
sociales  focalizadas  producen   s¢lo   un  impacto  marginal  en  el 
mejoramiento  de  las  condiciones  de  vida  de  la  poblaci¢n, y son 
absolutamente  insuficientes considerando la magnitud y car cter de la 
pobreza.

-     Es  necesario hacer un recorrido hist¢rico de la evoluci¢n de la 
pobreza;  la  comparaci¢n  entre los a¤os 1991 y 1994 es absolutamente 
parcial  y no nos permite entender las causas de su aumento ni sopesar 
si  esta  disminuci¢n  es realmente significativa. Debemos observar el 
comportamiento  de  la  pobreza partiendo del a¤o 1950 y siguiendo con 
1970,  luego con losquinquenios 1980-1985, 1985-1990, 1990-1995.  Esto 
nos  dar   elementos m s t‚cnicos y menos pol¡ticos de la evoluci¢n de 
la pobreza.

-     Finalmente,  no podemos plantearnos el combate o la erradicaci¢n 
de  la  pobreza  sin  articular  este  esfuerzo   con  los procesos de 
desarrollo.


      LA PRODUCCION Y USO DE LA INFORMACION EN EL CONO NORTE

      En  el  Cono  norte  del  pa¡s  hemos  podido seguir de cerca la 
evoluci¢n  de  la  pobreza en los £ltimos 15 a¤os. Encontramos, en los 
nueve distritos que lo conforman, desde los menos pobres de los pobres 
hasta  los  m s pobres de los pobres. Esto se ha expresado en procesos 
de  crecimiento  urbano  diferentes,  y  en  el  deterioro  del parque 
industrial  moderno con la p‚rdida de empleo para obreros calificados. 
Hemos  visto  el  empobrecimiento  de  una  capa  de  la  clase media: 
maestros,  polic¡as,  que han recurrido a estrategias de supervivencia 
consideradas  s¢lo  para  pobres,  como los comedores populares. Hemos 
visto  deteriorarse la ciudad y los servicios b sicos, expresi¢n de lo 
cual  es  el  brote  de la epidemia de c¢lera. Hemos visto desaparecer 
organizaciones  y  aparecer  otras nuevas, como las iniciativas micro-
empresariales  y los comedores populares. Hemos podido ver los efectos 
en  los  ni¤os,  las mujeres, los j¢venes y los ancianos; conocemos de 
cerca lo que se llama poblaci¢n vulnerable.

      Por  esta vivencia creemos que es muy importante conocer tambi‚n 
el  comportamiento  de  los llamados pobres, no s¢lo saber cu ntos son 
sino  tambi‚n  qu‚  han  hecho  para  enfrentar  la  pobreza, c¢mo han 
sobrevivido.  En  este  sentido,  debemos  conocer las carencias, pero 
tambi‚n  las capacidades de las personas, para potenciarlas y desarro-
llarlas.  No  debemos  verlas  como  cifras,  sino como ciudadanos con 
iniciativa, con derechos, con propuestas, con compromisos.

      Para  nosotros  el  Cono norte no es s¢lo el lugar donde habitan 
los  pobres  urbanos de Lima, sino un espacio territorial en el que se 
debe  combatir  la  pobreza  con  propuestas  de desarrollo integral a 
partir  de  los  recursos del  rea: recursos naturales, organizativos, 
infraestructurales,  y  de las capacidades de las personas. Un espacio 
en el que se deben desenvolver  y desarrollar las capacidades institu-
cionales  de  los  gobiernos  locales,  para  que  cumplan el papel de 
agentes  articuladores  en  este  proceso.  De  este modo, combatir la 
pobreza  es parte central de la problem tica de gobierno y por ende de 
la  democracia.   Ir  a  la construcci¢n de la ciudadan¡a, a lo que se 
hacia menci¢n en este seminario.

      Se  trata  entonces  de  c¢mo democratizar la problem tica de la 
pobreza,  c¢mo  crear nuevos sujetos, nuevos actores, y de desarrollar 
una voluntad pol¡tica que la enfrente de manera integral y sistem tica. 
El problema de escoger y medir los indicadores de pobreza y desarrollo, 
no es s¢lo un problema t‚cnico.

      En  una  perspectiva integral, buscando a la vez el desarrollo y 
la  democratizaci¢n  del problema, la informaci¢n debe ser considerada 
como un instrumento que favorezca la participaci¢n de nuevos sujetos y 
actores  en  la  construcci¢n  de  modelos e indicadores de desarrollo 
humano.  La  informaci¢n  no debe ser un factor m s en la brecha entre 
ricos y pobres. Es muy importante que los diferentes agentes, como las 
organizaciones,  los gobiernos locales y los organismos no gubernamen-
tales,  sean  considerados  tanto como productores como usuarios de la 
informaci¢n.  Esta  no puede estar concentrada en el gobierno central, 
sino  que  debe  estar disponible para todos los agentes de desarrollo 
que a su vez producen informaci¢n.

      El  gran  desaf¡o  est   en  c¢mo  y  qui‚nes  pueden   producir 
informaci¢n   descentralizada   respondiendo   a   las    necesidades, 
prioridades  y  posibilidades  de  las  personas.  En este sentido, es 
importante  una  estrategia descentralizada y en ella, el papel de los 
gobiernos locales.

      Los  instrumentos de la inform tica hay que desmitificarlos como 
elementos  s¢lo comprensibles para los iniciados; hay diversos instru-
mentos  que pueden ser producidos y utilizados por agentes locales. El 
sistema  mundial de Internet tiene en este campo un gran potencial, si 
se  mantiene  como espacio democr tico al servicio del desarrollo y no 
como una mercanc¡a m s en el mercado.