CAPITULO II

2. La Determinación del Valor de las Necesidades Básicas

La metodología de las necesidades básicas parte del supuesto que lo que da valor a la redistribución del ingreso es la posibilidad de consumo de las llamadas necesidades básicas. Al incrementarse el ingreso percibido, el hogar está en condiciones de incrementar su nivel de consumo de dichas necesidades. Si el consumo inicial era inferior a cierto monto considerado crítico, entonces existe beneficio para la redistribución. El gasto

total del hogar puede interpretarse como una medida del ingreso permanente en contraposición al ingreso en el periodo que es claramente de corto plazo.

En las versiones iniciales de este enfoque, se consideraba en situación de carencia toda persona cuyo consumo de una necesidad básica fuese inferior al umbral o nivel crítico. Posteriormente se relajó este concepto y se adoptó el criterio que lo que constituye objeto de valor es la imposibilidad de consumo, más bien que el nivel deseado de consumo.

Respecto al nivel de consumo mínimo definido, constituye factor de beneficio la existencia de personas con ingresos inferiores a dicho mínimo. La justificación económica original de esta metodología, radica en las externalidades que produce en la población no pobre. Las necesidades básicas están constituidas por bienes que conforman una canasta mínima que contempla por un lado, "alimentos" y por otro lado, "vestido, vivienda, salud". Ambos grupos de bienes tienen un límite inferior (Xij>h), el cual es calculado en base a los precios de cada región.

Para medir el beneficio de incrementar el consumo de una necesidad básica , el método de valoración propone asignar al nivel de consumo del grupo objetivo (GO = hogares pobres), la disposición de pago que habría manifestado un grupo de referencia (GR= hogares por encima del nivel de pobreza) para

dicho nivel de consumo. Este planteamiento se presenta en el gráfico Nº 7, donde la curva de demanda del grupo objetivo es DGO, la del grupo de referencia DGR , el umbral mínimo de consumo del bien básico estudiado Xi, y el nivel de consumo del grupo objetivo, Qo, al precio del mercado imperante, PM. Como en nivel de consumo del GO es inferior al umbral mínimo Xi , su nivel de valoración social o precio de necesidad básica es superior a la de mercado.

Una forma de operativizar este método es estimar ambas funciones de demanda, y una vez realizado, sustituir el precio de "necesidad básica" para el nivel de consumo del GO por la disposición a pagar del GR que es PNB . El área PNB-r-s-PM vendría a ser el beneficio que la sociedad recibe de incrementar el consumo de necesidades básicas de los hogares pobres.

Para seguir este método es primero definir los bienes que constituyen necesidades básicas, y la cantidad física consumida. Pero como hay diferencia en los bienes que satisfacen las necesidades básicas en grupos de diferente ingreso, es necesario contar con un factor de corrección que elimine las diferencias en las diferencias en calidad de los bienes. Para esto se requiere contar con índice del quantum de consumo para ambos grupos; a la vez de un índice de precio de los bienes consumidos por el grupo objetivo, respecto a aquellos consumidos por el grupo de referencia:



GRÁFICO Nº 7: DETERMINACIÓN DE LOS BENEFICIOS DE INCREMENTAR EL CONSUMO DE UNA NECESIDAD BÁSICA



De todos los bienes considerados como básicos, sólo los alimentos cuentan con información detallada en términos de precios, donde incluso la calidad podría estar reflejada en los precios. No pasa lo mismo con otros bienes básicos de los rubros vestido, vivienda, salud, que es difícil ordenarlo incluso en unidades físicas, y donde la información de precios es incompleta y no refleja la calidad de los bienes consumidos.

Para evitar este tipo de complicaciones simplificaremos el análisis restringiéndolo a los hogares pobres que conforman el panel puro de las encuestas ENAHO, cuarto trimestre de 1997, que es la que cuenta con información de los programas de apoyo social.

Al hacer esto, cada hogar es comparado contra si mismo, tomando como base una situación inicial. Como la comparación es para plazos de un año, la precisión de la calidad de los bienes consumidos puede ser dejado de lado, no habiendo necesidad de construir el índice de precio.